El panfleto resume bien lo que has venido diciéndonos en este blog a lo largo de su vida y entonces y como siempre, yo le encuentro la misma disensión y dicha brevemente: no es que el relativismo sea una suerte de reduccionismo, como dices, sino que justamente es la consecuencia lógica del holismo, esto es, es cierto que, por seguir tu ejemplo, mi visión cenital del rascacielos podría ser traducida a una a pie de calle pero lo sería en la medida en que pueda abstraer, es decir, recrear ciertas propiedades comunes de un contexto y de otro y utilizarla como marco amalgamativo (si me permites el palabros) de los dos escenarios, ahora, ese parecido familiar NO necesita fundamentarse racionalmente pues solo basta que lo entendamos (por las razones que sean: biológicas, culturales, etc) tanto el del helicóptero como el de abajo, en breve: NO toda interacción (por extensión: conocimiento) ha de ser verbalizable y por lo tanto, la posibilidad de la incomunicación (de la inconmensurabilidad, como lo llamas tú) cabe como posibilidad -se quiera o no
Y de todo lo dicho, por cierto, me quedo con esta frase: "De manera que, en lugar de ver el conocimiento como un juego de acople entre conceptos y fenómenos, sería más correcto verlo con un juego de acople entre conceptos de un orden y conceptos de otro, es decir, como una búsqueda de la mayor coherencia con la mayor completitud (no me detendré en esta cuestión)"
¿Cómo se puede ser, o en qué sentido se está siendo, representacionista después de creerse uno esto? Justamente porque comparto dicha máxima hipertextualista NO soy representacionista sino partidario del juego de lenguaje como más efectiva visión motriz del proceder cognitivo humano
Héctor, antes de nada muchas gracias por leer y comentar el panfleto. En efecto, como dices, resume un poco los argumentos que he venido repitiendo a veces aquí, aunque tengo que volver a advertir, como hago en el propio panfleto, que no representa la visión más profunda que contemplo sobre el asunto, sino que está destinada a un lenguaje más corriente y convencional en el mundo de la filosofía, o sea, es algo así como una "adaptación curricular", que diría un profesor.
Yendo al contenido, a la disensión que dices seguir teniendo, diría dos cosas. la primera es que, el que haya una traudcibilidad de una perspectiva a otra, elimina el relativismo fuerte (no es posible ver -o valorar- las cosas de cualquier manera, sino de la forma en que la perspectiva concreta en la que estés te obliga a verlo, valorarlo, etc). Segundo, el que exista esa trauducibilidad no es ni más ni menos que el hecho de la invarianza, y esto no es ni más ni menos que el hecho de la realidad: que hay una realidad significa que las diferentes perspectivas son variciones intertraducibles de una manera obligada. No basta con decir que nos entendemos, la ontología tiene que expresar en palabras por qué nos entendemos y esto no es arbitrario, por qué quien ve el rascacielos desde un helicóptero tiene que verlo necesariamente de manera diferente que quien lo ve desde la acera, y como los dos pueden figurarse cómo tiene necesariamente que verlo el otro.
En cuanto al representacionismo, que te parece incoherente con el coherentismo y el holismo: fíjate en que grandes filósofos a los que hoy se llamaría "representacionistas", son holistas-coherentistas, es decir, explican las teorías como sistemas de nociones: todos los idealistas, desde Descartes a Husserl, pasando por Hegel, etc. "Representacionismo" es muchas veces una etiqueta negativa y casi vacía. El contenido esencial importante que yo salvaría de esa noción es que el conocimiento, y todo en general, es cuestión de conceptos, de ideas, no priemramente de prácticas ni de nada extra o pre- gnoseológico.
La confusión que yo te atribuyo es cómo hay que interpretar el holismo. La idea de Totalidad o Todo, que es una síntesis de las ideas de Unidad y Pluralidad, puede entenderse de diversas maneras según a cuál de esos elementos se dé la prioridad. La perspectiva racionalista (platónica, etc, y la que yo defiendo) del conocimiento (y de la valoración, etc) da la prioridad a la unidad, lo que implica que en el todo hay un orden: un orden, antes que nada, entre esos mismos elementos (la unidad prevalece sobre la pluralidad, en el conocimiento como en lo orgánico) y orden también en el interior del todo definido por esa síntesis (asimétrica) de unidad y pluralidad. En cambio, tu pluralismo entiende el todo como una especie de posterior a las partes, lo que para mí es un batiburrillo, y no salva el valor teorético ni explica los hechos teóricos.
Empezando por el final, permíteme que no comente las referencias que me dices, aparte de porque no me interesa la prensa amarilla porque, tratándose especialmente de ese oscurantista blog, me temo que mi conmetario sería suprimido (incluso de mi propio blog).
En cuanto a la democracia, tengo que confesar que yo soy anarquista o autarquista, es decir, que la opinión de la mayoría me merece más o menos el mismo respeto que la de dos o tres (es más, como decía Heráclito, uno para mí es como cien mil si es el mejor). Ahora bien, considero que la democracia bien entendida es solo un poquito peor que la autarquía y es mucho mejor que cualquier sistema que imponga la voluntad de algunos (por ejemplo, la oligarquía que disfrutamos). Para un autarquista, la democracia tiene que estar garantizada, pero se debe ir más allá. ¿En qué consiste la democracia, bien entendida? No, como creen los relativistas, en que dado que nadie puede estar equivocado en lo bueno y malo, justo o injusto, hagamos una especie de ajuste entre irracionales voluntades diversas (¿por qué habría de aceptar esto el tirano que pudiese imponerse a todos los demás, si nada es más justo que nada?), sino que, la democracia bien entendida, significa que, puesto que todos somos seres racionales, las verdades hay que buscarlas en el diálogo en el que no se imponga ninguna desigualdad arbitraria (como lo es, por ejemplo, el que los ciudadanos con más dinero, tengan mayor peso en el debate). El caso de la votación es el remedio último, después de que en la discusión se ha llegado a tal o cual grado de convencimiento colectivo. Aquí aparece la tolerancia, que consiste en pensar que, puesto que todos podemos estar equivocados (no ninguno, como cree el relativista), si no he logrado convencer a los demás, debo evitar imponerles a la fuerza mi opinión. No es la situación más deseable (la de aceptar algo por tolerancia) pero a veces es coyunturalmente inevitable. Ahora bien, mientras el no-relativista fomentará al máximo la discusión y el diálogo argumentativo, en la esperanza de que los ciudadanos nos iluminemos y enseñemos unos a los otros, el relativista carece de razón alguna para impulsarlo, y partirá del hecho de que existen disensiones irreconciliables, así que solo le queda el expediente del voto formal (mecanismo que no puede justificar frente a la tiranía) o, a lo sumo, creer en el arma de la retórica, por la cual gano adeptos a mis gustos, por la fuerza de la manipulación visto incluso desde mi propia perspectiva política. Así que, el anti-relativismo es corrosivo, no con la democracia, sino con la vaciedad que a veces se pretende democracia. La democracia real se basa en el caracter racional de las personas y en la esperanza del fruto del diálogo.
Siento tener que ponerte deberes pero, insisto, pero porque es importante, ¿no deberíamos de rechazar la democracia como forma política? No lo digo por casualidad, conste, ya que yo mismo, auspiciado por los requerimientos anarquistas sobre la legitimidad del Estado, acabé por desechar la visión legitimista, ámbito moral incluido, como perspectiva operativa.
Por lo demás, si el representacionismo se resume en verbalismo entonces sí, otra vez, radicalmente en contra y como recién te reciclé en la analogía perspectivista del rascacielos: no necesitamos de una verbalización absolutamente compartida para lograr una interactividad común: ¿que esto, en cualquier caso, pone de manifiesto una realidad proto-subjetiva? Pero por supuesto, claro que nada nuevo, quiero decir, salvo el solipsista (y ni él en puridad), todo el mundo sabe de una realidad, ahora, qué la componga es lo que se discute y un servidor admite la realidad como constrictiv medio de transmisión de nuestras interacciones y ya
¡Te recomiendo que leas los calificativos que se le dedicaron a Aristóteles en el renacimiento, especialmente si venían de una personas muy espiritual y sufrida como el pobre Lutero! (aunque también mucho materialista ignorante se siente investido para insultar a Aristóteles). A todos los tipos importantes hay quienes los divinizan (siempre se ha hablado del "divino Platón") y se les denigra. Platón es la filosofía, y lo demás son, o comentarios o glosas más o menos torpes, o bien ataques resentidos y, generalmente, raquíticos (aunque muy pregnantes entre el pensador de a pie o -también llamado- ciudadano culto.
Concedo que si eres anarquista, entonces al menos eres coherente... pero inmoral porque ¿qué pasaría si tolerásemos que el chamanismo fuera la medicina normal para tratar el cáncer? Indignante, ¿verdad? Pues lo mismo podemos decir de las recetas económicas que el gobierno de turno proponga como toda cura de la sociedad
A mi ver, si no te indigna tanto una reforma laboral como una danza vudú por todo tratamiento terpeútico, pongamos, es porque intuyes (acertadamente, claro) que cualquier propuesta social requiere para su éxito de la validación de la misma por una masa crítica social, ahora, si creyeras que el cuerpo social puede curarse mandatos coactivos mediante entonces seguro promoverías como Platón una sociedad cerrada, otra vez: contexto y, vale, esto no implica un relativismo de los valores pero sí una conexión de los mismos con demasiados ámbitos (culturales, históricos, geográficos, biológicos, religiosos, temperamentales, etc) como para creer que la posición moral/política de una persona nazca libre de toda atadura no desligable palabrero mediante: somos antes que las palabras nos lleguen pues ellan son a lo más nuestro eco, nunca nuestro timón
A mí me pueden indignar y de hecho me indignan las medidas económicas del gobierno, o el uso del chamanismo para curar el cáncer, y me indigna lo mismo aunque la mayoría de la gente esté de acuerdo y vote a ese gobierno: "masa" y "crítica" no van indisolublemente unidos. Ser anarquista o, mejor, autarquista, no significa aceptar cualquier cosa, sino precisamente aceptar solo aquellas que tu conciencia permite. Por supuesto, tu conciencia debe contemplar la tolerancia, aunque no indiscriminada (sino solo en casos dudosos), y debe procurar que el convencimiento llegue al mayor número posible de personas (dadas sus capacidades y aptitudes). Lo que es inmoral es aceptar (en conciencia, o sea, considerar legítimas) las medidas del gobierno solo o principalmente porque las haya aprobado la mayoría.
Lo que es inmoral es aceptar (en conciencia, o sea, considerar legítimas) las medidas del gobierno solo o principalmente porque las haya aprobado la mayoría.
Pero, otra vez, lo quieras o no tienes que contemporizar y entender que no desenganchas a alguien de una mala idea por ciencia infusa: si un país ultraislamista decidiera despresurizar un poco sus rasgos facciosos al, yo qué sé, permitir que las mujeres puedan conducir coches (hay países donde no se puede) y esto provocara indignaciones y revueltas y convulsiones sociales: ¿lamentarías sin atisbo de duda que el gobierno se echara para atrás o entenderías que no es el momento no se da la situación?
Claro que lo lamentaría, porque, entre otras cosas, y como te he dicho unos comentarios atrás, cualquier democracia es infinitamente superior a cualquier tiranía.
No me parece mal, ni muchísimo menos, que lo lamentes, ahora, quiero que entiendas que en el supuesto, y creo que de modo bastante verosími, la reforma crearía erupciones sociales de difícil contención y que en consecuencia el remedio puede ser peor que la enfermedad, ahora, puedes crees que daría igual.
No es habitual que medidas liberalizadoras y que protegen los derechos racionales de las personas causen grandes revueltas, salvo que se hagan de manera drástica (y tampoco es pensable que un gobierno tiránico tomase una medida así, sin que hubiese una fortísima demanda social). De todas maneras, me temo que me he perdido, y no veo bien qué es lo que quieres argumentar. ¿Puedes repetirlo, enlazándolo con el tema, que era si la crítica del relativismo supone un peligro para la democracia y todo lo demás?
La moraleja es que cualquier juicio verbalizado es susceptible de ser refutado en función de un contexto que la matiza y ahí el relativismo y un ejemplo era el tema de una medida político liberal arbitrariamente impuesta, obligatoria desde nuestra occidental perspectiva, pero que no arraigaría, antes bien, crearía discordia en otros contextos sociohistóricos, o sea y como quiero decirte siempre, no es que no compartamos un marco interactivo que da suelo a nuestras prácticas (caso negado por un escepticismo desorbitado) pero sí es cierto que nuestras proposiciones suelen ser más abstractas de lo que la realidad muchas veces requiere y de ahí que cualquier posición ideológica (en el mismo sentido NO peyorativo que tu quieres adjudicar en el panfleto) puede ser refutada en función de un contexto mucho más rico (otra vez holismo) y es que tu muy bien dices las proposiciones no revisten hechos sino otras proposiciones y a veces ese acoplamiento hay que comprimirlo u holgarlo y dar cabida a otros matices -caso de, repito, la máxima de que una mujer tiene derecho a conducir y sí, sí aquí en occidente pero no obligaría a los de Arabia Saudi a conducir sí o sí sin evaluar antes la receptividad de dicha liberal medida
A propósito: Afortunadamente esta vez ha sido diferente a lo sucedido a principios de noviembre de 1990, cuando unas veinte mujeres decidieron saltarse la norma [de NO conducir mujeres] a la torera y se pasearon por Riyadh al volante. Terminaron siendo detenidas y posteriormente liberadas, aunque solamente cuando sus guardianes masculinos hubieron firmado una declaración asegurando que no volvería a pasar. Además fueron despedidas de sus trabajos, insultadas y acosadas. Recuperaron sus puestos trás un largo año de protestas y siempre bajo vigilancia.
Héctor, una matización concreta de un principio abstracto no es apoyo alguno para el relativismo filosófico, como explico en el panfleto: es la sana verdad de que exactamente la misma cosa se ve necesariamente de diferentes modos, y ha de realizarse de diferentes maneras según el contexto específico, el cuál también es completamente determinado. Que uno sea demócrata no significa que quiera realizar la misma forma y el mismo grado de democracia en todas partes: tendrá que tener en cuenta el estado cultural y social de la gente, etc. Esto, insisto, no apoya el relativismo, sino todo lo contrario.
Lo sé, el ejemplo del rascacielos a vuelapájaro y a pie de pista, ahora, lo que yo defiendo, en la línea wittgensteniana, es que en todo momento cambiamos, siquiera ligeramente, la perspectiva y, por tanto, lo que permanece en todas ellas no es una verbalizable esencia por tanto enunciable sino -y de ahí nuestros fracasos para conseguir UNA perspectiva-, un aire de familia que intelegimos protoverbalmente: esa es "mi" propuesta contra Platón
El panfleto resume bien lo que has venido diciéndonos en este blog a lo largo de su vida y entonces y como siempre, yo le encuentro la misma disensión y dicha brevemente: no es que el relativismo sea una suerte de reduccionismo, como dices, sino que justamente es la consecuencia lógica del holismo, esto es, es cierto que, por seguir tu ejemplo, mi visión cenital del rascacielos podría ser traducida a una a pie de calle pero lo sería en la medida en que pueda abstraer, es decir, recrear ciertas propiedades comunes de un contexto y de otro y utilizarla como marco amalgamativo (si me permites el palabros) de los dos escenarios, ahora, ese parecido familiar NO necesita fundamentarse racionalmente pues solo basta que lo entendamos (por las razones que sean: biológicas, culturales, etc) tanto el del helicóptero como el de abajo, en breve: NO toda interacción (por extensión: conocimiento) ha de ser verbalizable y por lo tanto, la posibilidad de la incomunicación (de la inconmensurabilidad, como lo llamas tú) cabe como posibilidad -se quiera o no
ResponderEliminarY de todo lo dicho, por cierto, me quedo con esta frase: "De manera que, en lugar de ver el conocimiento como un juego de acople entre conceptos y fenómenos, sería más correcto verlo con un juego de acople entre conceptos de un orden y conceptos de otro, es decir, como una búsqueda de la mayor coherencia con la mayor completitud (no me detendré en esta cuestión)"
¿Cómo se puede ser, o en qué sentido se está siendo, representacionista después de creerse uno esto? Justamente porque comparto dicha máxima hipertextualista NO soy representacionista sino partidario del juego de lenguaje como más efectiva visión motriz del proceder cognitivo humano
Héctor,
Eliminarantes de nada muchas gracias por leer y comentar el panfleto. En efecto, como dices, resume un poco los argumentos que he venido repitiendo a veces aquí, aunque tengo que volver a advertir, como hago en el propio panfleto, que no representa la visión más profunda que contemplo sobre el asunto, sino que está destinada a un lenguaje más corriente y convencional en el mundo de la filosofía, o sea, es algo así como una "adaptación curricular", que diría un profesor.
Yendo al contenido, a la disensión que dices seguir teniendo, diría dos cosas. la primera es que, el que haya una traudcibilidad de una perspectiva a otra, elimina el relativismo fuerte (no es posible ver -o valorar- las cosas de cualquier manera, sino de la forma en que la perspectiva concreta en la que estés te obliga a verlo, valorarlo, etc). Segundo, el que exista esa trauducibilidad no es ni más ni menos que el hecho de la invarianza, y esto no es ni más ni menos que el hecho de la realidad: que hay una realidad significa que las diferentes perspectivas son variciones intertraducibles de una manera obligada. No basta con decir que nos entendemos, la ontología tiene que expresar en palabras por qué nos entendemos y esto no es arbitrario, por qué quien ve el rascacielos desde un helicóptero tiene que verlo necesariamente de manera diferente que quien lo ve desde la acera, y como los dos pueden figurarse cómo tiene necesariamente que verlo el otro.
En cuanto al representacionismo, que te parece incoherente con el coherentismo y el holismo: fíjate en que grandes filósofos a los que hoy se llamaría "representacionistas", son holistas-coherentistas, es decir, explican las teorías como sistemas de nociones: todos los idealistas, desde Descartes a Husserl, pasando por Hegel, etc. "Representacionismo" es muchas veces una etiqueta negativa y casi vacía. El contenido esencial importante que yo salvaría de esa noción es que el conocimiento, y todo en general, es cuestión de conceptos, de ideas, no priemramente de prácticas ni de nada extra o pre- gnoseológico.
La confusión que yo te atribuyo es cómo hay que interpretar el holismo. La idea de Totalidad o Todo, que es una síntesis de las ideas de Unidad y Pluralidad, puede entenderse de diversas maneras según a cuál de esos elementos se dé la prioridad. La perspectiva racionalista (platónica, etc, y la que yo defiendo) del conocimiento (y de la valoración, etc) da la prioridad a la unidad, lo que implica que en el todo hay un orden: un orden, antes que nada, entre esos mismos elementos (la unidad prevalece sobre la pluralidad, en el conocimiento como en lo orgánico) y orden también en el interior del todo definido por esa síntesis (asimétrica) de unidad y pluralidad. En cambio, tu pluralismo entiende el todo como una especie de posterior a las partes, lo que para mí es un batiburrillo, y no salva el valor teorético ni explica los hechos teóricos.
Penúltimo apunte: Tan corrosivo es tu ataque al relativismo que no me queda claro por qué deberían existir las democracias
ResponderEliminarOtro apunte y ya: Se habla de Platón y sus maneras en este post. Merece la pena. Y ya de paso
Empezando por el final, permíteme que no comente las referencias que me dices, aparte de porque no me interesa la prensa amarilla porque, tratándose especialmente de ese oscurantista blog, me temo que mi conmetario sería suprimido (incluso de mi propio blog).
ResponderEliminarEn cuanto a la democracia, tengo que confesar que yo soy anarquista o autarquista, es decir, que la opinión de la mayoría me merece más o menos el mismo respeto que la de dos o tres (es más, como decía Heráclito, uno para mí es como cien mil si es el mejor). Ahora bien, considero que la democracia bien entendida es solo un poquito peor que la autarquía y es mucho mejor que cualquier sistema que imponga la voluntad de algunos (por ejemplo, la oligarquía que disfrutamos). Para un autarquista, la democracia tiene que estar garantizada, pero se debe ir más allá. ¿En qué consiste la democracia, bien entendida? No, como creen los relativistas, en que dado que nadie puede estar equivocado en lo bueno y malo, justo o injusto, hagamos una especie de ajuste entre irracionales voluntades diversas (¿por qué habría de aceptar esto el tirano que pudiese imponerse a todos los demás, si nada es más justo que nada?), sino que, la democracia bien entendida, significa que, puesto que todos somos seres racionales, las verdades hay que buscarlas en el diálogo en el que no se imponga ninguna desigualdad arbitraria (como lo es, por ejemplo, el que los ciudadanos con más dinero, tengan mayor peso en el debate). El caso de la votación es el remedio último, después de que en la discusión se ha llegado a tal o cual grado de convencimiento colectivo. Aquí aparece la tolerancia, que consiste en pensar que, puesto que todos podemos estar equivocados (no ninguno, como cree el relativista), si no he logrado convencer a los demás, debo evitar imponerles a la fuerza mi opinión. No es la situación más deseable (la de aceptar algo por tolerancia) pero a veces es coyunturalmente inevitable.
Ahora bien, mientras el no-relativista fomentará al máximo la discusión y el diálogo argumentativo, en la esperanza de que los ciudadanos nos iluminemos y enseñemos unos a los otros, el relativista carece de razón alguna para impulsarlo, y partirá del hecho de que existen disensiones irreconciliables, así que solo le queda el expediente del voto formal (mecanismo que no puede justificar frente a la tiranía) o, a lo sumo, creer en el arma de la retórica, por la cual gano adeptos a mis gustos, por la fuerza de la manipulación visto incluso desde mi propia perspectiva política.
Así que, el anti-relativismo es corrosivo, no con la democracia, sino con la vaciedad que a veces se pretende democracia. La democracia real se basa en el caracter racional de las personas y en la esperanza del fruto del diálogo.
Siento tener que ponerte deberes pero, insisto, pero porque es importante, ¿no deberíamos de rechazar la democracia como forma política? No lo digo por casualidad, conste, ya que yo mismo, auspiciado por los requerimientos anarquistas sobre la legitimidad del Estado, acabé por desechar la visión legitimista, ámbito moral incluido, como perspectiva operativa.
ResponderEliminarPor lo demás, si el representacionismo se resume en verbalismo entonces sí, otra vez, radicalmente en contra y como recién te reciclé en la analogía perspectivista del rascacielos: no necesitamos de una verbalización absolutamente compartida para lograr una interactividad común: ¿que esto, en cualquier caso, pone de manifiesto una realidad proto-subjetiva? Pero por supuesto, claro que nada nuevo, quiero decir, salvo el solipsista (y ni él en puridad), todo el mundo sabe de una realidad, ahora, qué la componga es lo que se discute y un servidor admite la realidad como constrictiv medio de transmisión de nuestras interacciones y ya
Ah! perdona, recién comentastes el tema de la democracia. Bien. Luego te lo comento.
ResponderEliminarRespecto a lo de Platón: ¿amarillismo? Bueno, vale pero el tío está en todas, ¿eh? Aristóteles, por ejemplo, nunca tuvo tan mala prensa... :P
¡Te recomiendo que leas los calificativos que se le dedicaron a Aristóteles en el renacimiento, especialmente si venían de una personas muy espiritual y sufrida como el pobre Lutero! (aunque también mucho materialista ignorante se siente investido para insultar a Aristóteles).
EliminarA todos los tipos importantes hay quienes los divinizan (siempre se ha hablado del "divino Platón") y se les denigra.
Platón es la filosofía, y lo demás son, o comentarios o glosas más o menos torpes, o bien ataques resentidos y, generalmente, raquíticos (aunque muy pregnantes entre el pensador de a pie o -también llamado- ciudadano culto.
Concedo que si eres anarquista, entonces al menos eres coherente...
ResponderEliminarpero inmoral porque ¿qué pasaría si tolerásemos que el chamanismo fuera la medicina normal para tratar el cáncer? Indignante, ¿verdad? Pues lo mismo podemos decir de las recetas económicas que el gobierno de turno proponga como toda cura de la sociedad
A mi ver, si no te indigna tanto una reforma laboral como una danza vudú por todo tratamiento terpeútico, pongamos, es porque intuyes (acertadamente, claro) que cualquier propuesta social requiere para su éxito de la validación de la misma por una masa crítica social, ahora, si creyeras que el cuerpo social puede curarse mandatos coactivos mediante entonces seguro promoverías como Platón una sociedad cerrada, otra vez: contexto y, vale, esto no implica un relativismo de los valores pero sí una conexión de los mismos con demasiados ámbitos (culturales, históricos, geográficos, biológicos, religiosos, temperamentales, etc) como para creer que la posición moral/política de una persona nazca libre de toda atadura no desligable palabrero mediante: somos antes que las palabras nos lleguen pues ellan son a lo más nuestro eco, nunca nuestro timón
A mí me pueden indignar y de hecho me indignan las medidas económicas del gobierno, o el uso del chamanismo para curar el cáncer, y me indigna lo mismo aunque la mayoría de la gente esté de acuerdo y vote a ese gobierno: "masa" y "crítica" no van indisolublemente unidos. Ser anarquista o, mejor, autarquista, no significa aceptar cualquier cosa, sino precisamente aceptar solo aquellas que tu conciencia permite. Por supuesto, tu conciencia debe contemplar la tolerancia, aunque no indiscriminada (sino solo en casos dudosos), y debe procurar que el convencimiento llegue al mayor número posible de personas (dadas sus capacidades y aptitudes).
ResponderEliminarLo que es inmoral es aceptar (en conciencia, o sea, considerar legítimas) las medidas del gobierno solo o principalmente porque las haya aprobado la mayoría.
Lo que es inmoral es aceptar (en conciencia, o sea, considerar legítimas) las medidas del gobierno solo o principalmente porque las haya aprobado la mayoría.
ResponderEliminarPero, otra vez, lo quieras o no tienes que contemporizar y entender que no desenganchas a alguien de una mala idea por ciencia infusa: si un país ultraislamista decidiera despresurizar un poco sus rasgos facciosos al, yo qué sé, permitir que las mujeres puedan conducir coches (hay países donde no se puede) y esto provocara indignaciones y revueltas y convulsiones sociales: ¿lamentarías sin atisbo de duda que el gobierno se echara para atrás o entenderías que no es el momento no se da la situación?
Claro que lo lamentaría, porque, entre otras cosas, y como te he dicho unos comentarios atrás, cualquier democracia es infinitamente superior a cualquier tiranía.
EliminarNo me parece mal, ni muchísimo menos, que lo lamentes, ahora, quiero que entiendas que en el supuesto, y creo que de modo bastante verosími, la reforma crearía erupciones sociales de difícil contención y que en consecuencia el remedio puede ser peor que la enfermedad, ahora, puedes crees que daría igual.
ResponderEliminarNo es habitual que medidas liberalizadoras y que protegen los derechos racionales de las personas causen grandes revueltas, salvo que se hagan de manera drástica (y tampoco es pensable que un gobierno tiránico tomase una medida así, sin que hubiese una fortísima demanda social). De todas maneras, me temo que me he perdido, y no veo bien qué es lo que quieres argumentar. ¿Puedes repetirlo, enlazándolo con el tema, que era si la crítica del relativismo supone un peligro para la democracia y todo lo demás?
EliminarLa moraleja es que cualquier juicio verbalizado es susceptible de ser refutado en función de un contexto que la matiza y ahí el relativismo y un ejemplo era el tema de una medida político liberal arbitrariamente impuesta, obligatoria desde nuestra occidental perspectiva, pero que no arraigaría, antes bien, crearía discordia en otros contextos sociohistóricos, o sea y como quiero decirte siempre, no es que no compartamos un marco interactivo que da suelo a nuestras prácticas (caso negado por un escepticismo desorbitado) pero sí es cierto que nuestras proposiciones suelen ser más abstractas de lo que la realidad muchas veces requiere y de ahí que cualquier posición ideológica (en el mismo sentido NO peyorativo que tu quieres adjudicar en el panfleto) puede ser refutada en función de un contexto mucho más rico (otra vez holismo) y es que tu muy bien dices las proposiciones no revisten hechos sino otras proposiciones y a veces ese acoplamiento hay que comprimirlo u holgarlo y dar cabida a otros matices -caso de, repito, la máxima de que una mujer tiene derecho a conducir y sí, sí aquí en occidente pero no obligaría a los de Arabia Saudi a conducir sí o sí sin evaluar antes la receptividad de dicha liberal medida
ResponderEliminarA propósito: Afortunadamente esta vez ha sido diferente a lo sucedido a principios de noviembre de 1990, cuando unas veinte mujeres decidieron saltarse la norma [de NO conducir mujeres] a la torera y se pasearon por Riyadh al volante. Terminaron siendo detenidas y posteriormente liberadas, aunque solamente cuando sus guardianes masculinos hubieron firmado una declaración asegurando que no volvería a pasar. Además fueron despedidas de sus trabajos, insultadas y acosadas. Recuperaron sus puestos trás un largo año de protestas y siempre bajo vigilancia.
Héctor, una matización concreta de un principio abstracto no es apoyo alguno para el relativismo filosófico, como explico en el panfleto: es la sana verdad de que exactamente la misma cosa se ve necesariamente de diferentes modos, y ha de realizarse de diferentes maneras según el contexto específico, el cuál también es completamente determinado. Que uno sea demócrata no significa que quiera realizar la misma forma y el mismo grado de democracia en todas partes: tendrá que tener en cuenta el estado cultural y social de la gente, etc. Esto, insisto, no apoya el relativismo, sino todo lo contrario.
EliminarLo sé, el ejemplo del rascacielos a vuelapájaro y a pie de pista, ahora, lo que yo defiendo, en la línea wittgensteniana, es que en todo momento cambiamos, siquiera ligeramente, la perspectiva y, por tanto, lo que permanece en todas ellas no es una verbalizable esencia por tanto enunciable sino -y de ahí nuestros fracasos para conseguir UNA perspectiva-, un aire de familia que intelegimos protoverbalmente: esa es "mi" propuesta contra Platón
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