Maestro (M) y Antiguo Alumno (A)
M.–¡Hombre!, ¿qué haces tú por aquí?
A.–Hola, ¿te acuerdas de mí?
M.–Sí, claro. Fuiste alumno mío hará unos diez años, ¿no?
A.–Tienes buena memoria.
M.–La verdad es que no guardo siempre un recuerdo tan claro de mis alumnos, pero de ti me acuerdo bien.
A.–Aunque faltaba a menudo a clase.
M.–Sí, pero me parecías un muchacho muy despierto y honesto, con ganas de aprender, crítico y exigente, nada borrego y poco pendiente de la nota. En fin, todo lo que un maestro puede pedir de un buen alumno.
A.–Tal vez todo lo que un buen maestro pide de un alumno.
M.–Bueno, dejemos los piropos. ¿No andan divirtiéndose los de tu edad a estas horas, una tarde de domingo de invierno? ¿Sueles venir a este antro?
A.–No, no salgo demasiado de casa.
M.–¡Ya!, prefieres no tener compañía cuando estás solo.
A.–Puede decirse así. Hoy he venido aquí por la exposición de fotografía. Una amiga mía, que es artista, me la ha recomendado. Según ella, estas fotografías muestran lo que se puede hacer con una máquina: no parecen hechas por una máquina. ¿Qué crees tú? ¿Has venido tú también a verlas?
M.–Sí, aunque no sabía que venía a eso. Iba de paseo cuando he visto fuera el cartel de la exposición y no he tenido más remedio que entrar. Pero me está sirviendo para comprobar que no entiendo de este arte ni la mitad de lo que me gustaría. ¿Sabes tú hacer fotografías?
A.–Voy entendiendo algo con lo que me explica Beatriz, la amiga de que te he hablado.
M.–Tienes suerte.
A.–Sí, pero ¿por qué lo dices?
M.–Por eso de que tu amiga se preste a explicarte cómo debe ser una buena fotografía. Yo me he encontrado a otros muchos artistas que dicen que no hay nada que explicar, sino limitarse a mirar, o a escuchar, o a oler.
A.–Bueno, mi amiga Beatriz también dice eso, a veces.
M.–Está claro que es una artista, entonces.
A.–Y filósofa, a ratos.M.–Pero tú... me imagino que a estas alturas eres ya un ingeniero o, mejor, un físico teórico, o un filólogo de lenguas antiguas.
A.–Creo que lo dices con ironía. No, lo que es ser no soy nada, aunque vivo de las matemáticas. He estudiado un poco de todo, eso sí, y la mayor parte de cosas por mi cuenta. No me gusta creerme rata de biblioteca, pero supongo que lo soy… Aunque donde suelo leer es en casa.
M.–Rata de sofá, entonces.
A.–Y ratón de campo, cuando el tiempo lo permite.
M.–¿Y has estudiado también filosofía?
A.–Bueno, leo lo que puedo. Y algo has tenido que ver tú.
M.–¡Eso es lo mejor que puede escuchar un maestro!
A.–El verano del curso en que me tuviste en clase me puse a darle vueltas a lo que nos planteabas y a leer algunos de los libros que nos nombraste. Pero los dejé porque no sacaba nada en claro, y aplacé esos asuntos. Me he puesto otra vez a leer filosofía hace poco. Siempre he creído que era lo que a mí más me interesaba, aunque quizá por eso nunca me he atrevido a estudiarla en serio... y he estudiado, en cambio, casi cualquier otra cosa.
M.–Así que eres casi un sabio completo.
A.–No, solo conozco soluciones ingeniosas a problemas complicados.
M.–Eso está muy bien, ¿no? Lo dices como con disgusto.
A.–Después de todo me siento como, según te gustaba contarnos, debió de sentirse Descartes: más ignorante que al principio. Ni siquiera sé para qué sirve lo que sé. Mira, cuando algún familiar, de esos que apenas han estudiado y llevan toda su vida trabajando, me pregunta sobre mis conocimientos con cara de interés, como si estuviese delante de un sabio, me da vergüenza entrar en una conversación así, e intento desviarla a asuntos más sencillos y naturales.
M.–Bueno, pero eso puede ser solo prueba de tu humildad.
A.–No, es que sé que todo lo que puedo contarle son doce cosas muy técnicas pero, en el fondo, bastante inútiles. Cuando se trata, en cambio, de si está bien que fulanito haya hecho tal cosa o sería mejor hacer tal otra (quiero decir, sobre asuntos importantes en la vida), no solo no sé más que ellos sino que hasta soy más torpe: unas veces digo una cosa y otras, otra, y siempre tengo la sensación de equivocarme. Y la gente lo nota. Creo que, aunque hacen como que respetan mucho los estudios, en realidad creen que solo sirven para poder hacer trabajos de más precisión, nada más. Y la verdad, ¿para qué más me sirven?... Cuando era pequeño escribía cuentecillos y poesías, ¿sabes? Desde hace algún tiempo, animado por Beatriz, estoy volviendo a dedicarme a la literatura... Algo en lo que pueda, al menos, divertirme y ser libre.
M.–Es bonito el deseo de libertad.
A.–Te burlas otra vez. Pero... ¿para qué te sirve a ti la filosofía? ¡Si es que no la tienes solo como modo de ganarte la vida!... Eso no me lo pareció nunca, la verdad, cuando te veía tan entusiasmado y teatral en clase. Pero no creo que te sirva más que para eso, para disfrutar y pasar el rato.
M.–Para matar el tiempo, como se suele decir, sí. No me burlo. Ya es bastante si no te aburres como una ostra. ¿Quién podría burlarse de que algo te de gusto y te haga feliz? Si la literatura, o la filosofía, o lo que sea, sirven para eso, creo que no se les puede pedir más. Ningún medicamento ni veneno da tanto.
A.–Pero no es suficiente, por lo menos para mí. Cuando escribo no sé tomármelo solo como una diversión, por más que disfrute escribiendo… aunque también sufro. No sé si es una enfermedad, pero busco ahí algo más, algo así como... (no te rías) el sentido de las cosas.
M.–Casi con toda seguridad, estás enfermo.
A.–¿Y sabes lo que creo también? Me da un poco de pudor decírtelo, pero estoy seguro de que tampoco tú tienes la filosofía por un pasatiempo. Me parece que te avergüenza confesar que crees que es algo muy importante, que tienes algo escondido.
M.–Todos tenemos algo escondido. ¿Tú no guardas una caja con cosas, quizá inútiles pero a las que tienes cariño, y que no mostrarías a casi nadie?
A.–Pero, si uno cree que tiene algo valioso y se lo queda él solo, ¿no es eso una actitud egoísta?
M.–Seguramente.
A.–Tú nos decías a veces, aunque algunos no estaban de acuerdo, que todos somos filósofos y podemos vivir los problemas de los que trata la filosofía.
M.–Es más, decía que creo que todos necesitamos y deseamos enfrentarnos a esos problemas.
A.–Aunque también recuerdo que, no sé si en broma, nos desanimabas de estudiar filosofía, siempre que salía el tema.
M.–¿Crees que no pensaba las dos cosas?
A.–No lo sé.
M.–Pues sí las pensaba, y sigo pensando así. Tienes razón en lo de que creo que la filosofía tiene algún valor. Es lógico, ¿no? Por algo me dedico a ella. Pero te equivocas si crees que quiero guardarla para mí. A menudo, al revés, hay que hacerme callar. Lo que sí es verdad es que, justo porque la creo valiosa, no me parece que se pueda hablar de esos asuntos como quien habla del tiempo (salvo si eres amante de la meteorología, claro). Si se quiere llegar a algo, tienen que darse las circunstancias.
A.–¿Qué circunstancias?
M.–Cada uno tenemos unos momentos más oportunos y, sobre todo, unas maneras más adecuadas de que se nos presenten esas preguntas, y no sirve de mucho que se nos presenten de otra manera o en mal momento. Es cierto que no me he encontrado a casi nadie que, si le presentas un rompecabezas, no muestre interés y no tenga algo que decir, pero no como para que llegue a poner todo su empeño en ello. Para esto hace falta que la casualidad, o lo que sea, le haya puesto a uno en esa predisposición que algunos ven casi como enfermedad.Vamos, tiene que estar, como se dice, pidiéndolo a gritos.
A.–¿Cuál dirías tú, entonces, que es la gran utilidad de la filosofía?
M.–¿¡Cómo!? ¿Me estás pidiendo, ni más ni menos, que te explique para qué me parece que sirve lo que hago, y un domingo por la tarde?
A.–Eso mismo, lo que estabas deseando. Imagínate que es el momento adecuado para mí, aunque no te grite, y tú elije la manera.
M.–Tienes más valor que un vikingo. Me encuentras después de años y me pides que me justifique delante de ti, un joven solitario y perdido.
A.–Y pobre y feo.
M.–Pero… me has pillado. Aunque intento disimular, soy un maniático. Si no me lo hubieses pedido tú, habría acabado pidiéndote que me lo pidieras.
A.–Te entiendo, me recuerdas un poco a mí. Y no sé si eso es bueno. Así que hazme el favor de hablar.
M.–Eso sí, en cuanto veas que te importa un comino, me avisas y ya está.
A.–O huyo sin avisar, no te apures. Tómalo como que no tenemos nada mejor que hacer antes de la cena.
M.–Está bien. ¿Conoces los diálogos de Platón?
A.–He leído algunos.
M.–¿Y qué te parecen?
A.–No sé... Los encuentro irónicos y bien escritos, pero no comprendo qué es lo que en el fondo nos quieren enseñar. ¿Tú eres platónico?
M.–A mi modo.
A.–Para algunos de mis compañeros, “platónico” era casi un insulto. Aunque a la vez parece que Platón fuese el padre de todos los filósofos.
M.–Según se dice, la historia de la filosofía es una serie de comentarios a sus diálogos.
A.–Comentarios críticos, ¿no?
M.–Sobre todo, quizá. Pero ahí sigue, en pie. Es como si nos resistiésemos a aceptar lo que Platón pretende, pero a la vez Platón fuese irresistible.
A.–¿No será por lo bien que escribe?
M.–Eso sería muy irónico, porque para él “retórico” era casi un insulto. Yo pienso que no se puede separar una cosa de otra, un pensamiento de cómo está escrito. Platón escribió lo que escribió como lo escribió porque no podía ni quería escribir otra cosa y de otra manera. La cuestión es: ¿qué significa todo eso? No es fácil entender a un hombre tan extraño y tan cercano a la vez. Si te interesa, te cuento lo que yo creo, y lo que he oído y leído sobre ello.
A.–Me parece muy bien, pero, si no es mucho pedir, deja eso para otra ocasión y hoy dime lo que piensas de lo que te he preguntado; o sea, qué valor tiene, según tú, la filosofía, cómo te ayuda a... vivir el tiempo, además de a matarlo.
M.–Haremos otra cosa: hablaremos sobre eso, sobre la filosofía, ilustrándolo, si viene a cuento, con lo que dice Platón. Al fin y al cabo, él mismo creía que los textos son un recordatorio, que solo sirven para quien ha pensado las cosas.
A.–Eso es dar dos lecciones en una, y en domingo. ¿Cuántas herejías estaremos cometiendo de una sola vez?
M.–Es que como profesor casi no sé hablar sin citar a alguien y esconderme detrás de él. Bueno, pues ya que vamos a ir fuera de los cauces oficiales, podríamos tomárnoslo como algo del todo excepcional.
A.–¿Y eso cómo sería?
M.–Tomándonoslo completamente en serio, como un juego.
A.–Me parece bien. Aunque creo que esto es lo que hacías, también, en clase.
M.–No siempre lo conseguía, todo jugaba en contra. Pero ahora, que no nos vamos a juzgar, nos podemos figurar que este asunto es el más importante que hay, y que por eso no sirve para nada; pero, por eso también, es el más interesante y divertido. No creamos que acabaremos teniendo la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad; ni sobre lo que te preocupa a ti, ni sobre lo que dijo Platón, ni sobre nada.
A.–Vale, si por lo menos llegamos a tener parte. Solo ten en cuenta una cosa: aunque hace años estudié algo de filosofía, y con algún buen maestro, no me acuerdo bien de nada. Así que cuando te refieras a Platón, o a otros filósofos, si los mencionas, haz como que yo no tengo apenas idea.
M.–De acuerdo. ¿Qué prefieres que parezcamos, dos perros solitarios o dos murciélagos chillones?
A.–¿Por qué lo dices?
M.–¿Te parece bien que salgamos de este lugar? Hay demasiado ruido y demasiado poca luz para hablar tranquilos y con claridad. Aquí al lado hay un parque. Podemos dar vueltas al estanque.
A.–Me parece bien. Hace algo de frío, pero no llueve. Aunque, lo que es luz, no vamos a tener ya mucha. ¿O hay luna llena esta noche?
Hola JA.
ResponderEliminarMe alegro de que tengas un blog en el que puedas explicarte a tus anchas. El día que no ande yo estrecho de tiempo vendré a leer y comentar.
Un saludo.
sursum corda!
ResponderEliminarme alegrará mucho tenerte por aquí (y también encontrarte en otros lugares, como el barco de Jesús), y siento que andes tan ocupado que no tengas ocasión, desde hace tiempo, de aportar tus muy valiosos comentarios. ¡Espero que estés solucionando el problema de la crisis, o algo semejante!
"¡Espero que estés solucionando el problema de la crisis, o algo semejante!"
ResponderEliminar¡Algo semejante, pero en versión "micro": salir bien parado de ésta, que no es poca cosa.
sursum corda!
ResponderEliminar¡eso no es motivo suficiente para que dejes de atender a los blogs!!
No, pero empieza a preocuparme si podría comprar un ordenador nuevo si fallara éste.
ResponderEliminarSupongo que no soy el primero que te dice que la crisis nos está poniendo al límite.
Sursum corda!
ResponderEliminartienes toda la razón. Esto cada vez se parece más a cuando yo tenía diez o catorce años. Una buena ocasión para leer a los estoicos, por ejemplo.
Es cierto. Pasamos demasiados años, al menos hasta 1985, en crisis, que yo vi muy de cerca en mi casa y en las de mi familia.
ResponderEliminarAhora vamos por el tercer año y no parece que vayamos a salir pronto.
Veo mucha gente que sigue viviendo bien, con normalidad, pero mucha otra que tiene problemas serios. Y poco a poco, todos vamos cayendo en el agujero negro económico sin fondo.
Así que conviene algo de estoicismo y autosuficiencia.
Y como lo que toca en esta entrada es comentar a cerca de la filosofía, paso al tema.
Juan Antonio:
ResponderEliminarYo no creo que podamos NO HACER filosofía. De hecho, todo el mundo tiene un esquema mental de la parte de la realidad con la que tiene contacto y no puede no tenerlo. La opción es, necesariamente, hacer mala filosofía o buena filosofía, simple o compleja, sin opción de abstenerse.
Todos tratamos instintivamente de conocer nuestro entorno para preverlo y manipularlo. Un ruido repentino nos sobresalta y nos pone en atención, un ruido repetido llega a ser ignorado y, en general, prestamos atención a lo inesperado y nos acostumbramos a lo rutinario.
Podríamos recordar lo de Aristóteles de que la admiración es el comienzo de la filosofía, pero deberíamos recordar que mucho de lo que consideramos obvio o evidente no lo vemos así porque lo comprendamos sino porque lo hemos incluido en el "guión" de LO NORMAL.
Una forma de argumentar esto es aludir al valor como adaptación biológica de cualquier forma de detectar y procesar datos como señales del mundo: la posible presa y el potencial cazador se esconden unos de otros para no ser percibidos, y ambos tienen sistemas de detección del otro tan perfectos como que no tenerlos les cuesta la vida.
Pero soy partidario de no poner los resultados al principio sino tras las consideraciones metodológicas y filosóficas que están en su base. Cualquiera nos puede preguntar -y, si no, nosotros mismos debemos hacerlo- cómo sabemos que los seres vivos hacen eso, o por qué lo hacen, o cómo sabemos que hay seres vivos o cualquier cosa. Por lo tanto, debemos empezar por cuestionar todas las cosas que creemos por costumbre para darles una base más firme que habernos aburrido de prestarles atención.
Espero no hacer comentarios demasiado largos, en la medida de lo posible, y que sean útiles ya que son, a mi juicio, temas que no podemos soslayar si usamos de un mínimo de seriedad.
Veo mucha gente que sigue viviendo bien, con normalidad, pero mucha otra que tiene problemas serios. Y poco a poco, todos vamos cayendo en el agujero negro económico sin fondo.
ResponderEliminarEsto me parece muy cierto, y extraño. Por una parte, hay gente para la que parece que no pasa nada. Y otros, cada vez más, parecen ir hacia el tercermundo.
En una de mis clase de segundo de Bachillerato hay CUARENTA Y SEIS alumnos matriculados (a veces incluos asisten todos: no cabemos en clase). Pero me acuerdo de que, cuando era niño, había ese número (o cerca) de alumnos en clase.
Podríamos recordar lo de Aristóteles de que la admiración es el comienzo de la filosofía, pero deberíamos recordar que mucho de lo que consideramos obvio o evidente no lo vemos así porque lo comprendamos sino porque lo hemos incluido en el "guión" de LO NORMAL.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Es muy difícil poner en tela de juicio lo que consideramos normal. Esto es lo más difícil de la filosofía, a mi parecer.
Pero soy partidario de no poner los resultados al principio sino tras las consideraciones metodológicas y filosóficas que están en su base.
Exacto. Y, sin embargo, en esto pasa como en el futbol. algunos solo se fijan en el goleador. En el terreno del conocimiento, los que se interesan por cuestiones muy generales, de principios, etc, pueden pasar por unos parlanchines improductivos. Mucha gente no sabe cuánta filosofía hay detrás de la más pedestre de las actividades concretas en el campo, por ejemplo, de la tecnología, o de la política.
Sería cosa de otra entrada o del blog de JL Ferreira ponernos a discutir de economía, de los problemas y las soluciones. Pero creo que todos podemos compartir que hay un retroceso alarmante del nivel de vida tras años de excesos de "nuevos ricos".
ResponderEliminarYo también fui uno de los cuarenta en las clases de 40 alumnos, pero parecía que habíamos alcanzado un mayor bienestar que cuando veíamos con admiración las primeras calculadoras Texas Instruments, HP o Casio. Y aquí estamos, a dieta tras la juerga.
En fin, sigamos.
JA:
ResponderEliminar"Es muy difícil poner en tela de juicio lo que consideramos normal. Esto es lo más difícil de la filosofía, a mi parecer."
La historia de la filosofía ha sido un constante saltar de sorpresas. Recuerdas que los primeros filósofos eran una especie de mitógrafos de la naturaleza, a la que dedicaban unos bonitos versos posiblemente para complacer a un auditorio de nobles y comerciantes en sus ratos libres. Sin embargo, pronto se vio que no todo era como se esperaba, que la unidad y la pluralidad de los seres o de sus cualidades, o su permanencia y cambio chocaban unas con otras, como si fuera difícil o imposible conciliar todo lo que parecía normal y fácil de explicar en hexámetros.
Ésa ha sido la trayectoria de la filosofía en constante sorpresa, viendo que unas respuestas generaban necesariamente nuevas preguntas y que muchas soluciones conducían a paradojas, saliendo de la ingenua presunción de que todo es sencillo hasta llegar a la no menos interesante conclusión de que todo es más profundo de lo que parece incluso tras cavar largo tiempo desde la superficie.
"algunos solo se fijan en el goleador. En el terreno del conocimiento, los que se interesan por cuestiones muy generales, de principios, etc, pueden pasar por unos parlanchines improductivos."
Te consta que soy un férreo defensor de la filosofía como un continuo regido por el método de las ciencias, pero me comprenderías peor que mal si creyeras que entro dentro del hombre de paja del "cientifismo" que os preocupa a los platónicos -no es un "insulto", sino lo que un "aristotélico" amigo de la verdad diría de un platónico también amigo por la verdad-.
El criterio de las ciencias no es el utilitarismo, aunque la utilidad de la técnica y las ciencias es signo de la verdad si lo examinas con cuidado. Así que yo no argumento que todo se reduce a que tengamos antibióticos y teléfonos que cuestan más que un televisor plano. LO hago sobre la base de que todo lo que podemos tener, hacer, disfrutar se fundamenta en la capacidad de la razón para alcanzar la verdad mediante un sencillo método: tomar como datos acerca de la realidad sólo lo imprescindible una vez superados todos los filtros que evitan sesgos cognitivos.
Pero no sólo eso, sino que nuestra sociedad progresa sobre la base de la cooperación y que tal cosa sólo es posible considerando a cada ser humano alguien dotado de una razón igual en su esencia a la de cualquier otro ser humano. Algo de eso debemos al platonismo ¿verdad? y a su "rehabilitación" por los humanistas del Renacimiento.
El problema es que tanto se trate de sacar los calcetines del armario, de usar antibióticos como de garantizar la libertad, en el fondo siempre hay una pregunta de por qué eso es así, o es mejor que sea así, o por qué no ha sido siempre así o si se puede hacer mejor. Y tras ellas, más y más preguntas sin fin que se pueden responder o dejar aparcadas, o disimular con ficciones que nos cierran los ojos. No se puede dejar de filosofar en el sentido de que la única manera de no hacerse preguntas es estar muerto.
Alguna vez habrás visto algo curioso como esto: un perro corretea por el parque hasta que se vuelve a ver dónde está el amo y no lo ve o lo huele, y corre desesperado a buscarlo. En su "idea" de normalidad, el amo estaría ahí, pero de pronto no lo percibe y se alarma. Podemos creer que el mundo es así, sencillo y no problemático, pero un día, por muchas razones deja de ser así y nos alarmamos, a veces como con crisis como la que comentábamos antes...
...¿pero no éramos ricos?
JA
ResponderEliminar"Mucha gente no sabe cuánta filosofía hay detrás de la más pedestre de las actividades concretas en el campo, por ejemplo, de la tecnología, o de la política."
Una filosofía que, además, están poniendo en uso sin criterio. Por ejemplo, habrás visto cada vez que tratas de explicar a Malebranche o a Berkeley que hay un número de alumnos que descartan como necedades las preguntas de esos filósofos, o que se parten de risa con las "ocurrencias" de los presocráticos y en especial con Parménides. Podemos -yo lo hago- criticar los planteamientos o las soluciones de esos filósofos pero no podemos zanjar la discusión con un "¡bobadas!" como si no hubiera problemas.
Pero hay -permite que lo diga como si tú no te hubieras ya dado cuenta antes de decírtelo- una urgencia en la vida de casi todos. Una urgencia práctica. Tú no necesitas, para ir en coche, que te expliquen el funcionamiento del motor de explosión o por qué el filtro catalítico es lo que es o hace lo que hace, qué es la catálisis y cuál su cinética y su mecanismo molecular. Giras la llave y prefieres no pensar en todo lo demás para atender al tráfico. Así pasa en la vida del "primum vivere". El campesino necesita saber que algo ES una semilla de trigo y no de una mala hierba, que es tiempo de sembrar y no de cosechar, que los ratones no subirán al silo volando, pero no necesita saber con profundidad qué es una especie vegetal, su origen, la dinámica de los astros o por qué el ratón no vuela y el murciélago sí. Y si debe vivir no puede pasar el rato filosofando, como tú no detienes tu coche hasta saber qué es eso de los óxidos de nitrógeno.
sursum corda!
ResponderEliminarTe consta que soy un férreo defensor de la filosofía como un continuo regido por el método de las ciencias, pero me comprenderías peor que mal si creyeras que entro dentro del hombre de paja del "cientifismo" que os preocupa a los platónicos
Aquí hay un punto muy interesante y difícil. ¿En qué sentido piensas que el método de la ciencia sigue siendo válido en la filsofía, por ejemplo en la epistemología, o la ontología. Aquí platónicos y aristotélicos diferimos, no solo de los cientificistas "de paja", sino entre nosotros. Los platónicos vemos una mayor discontinuidad o heterogeneidad entre las cuestiones "trascendentales" y las cuestiones, digamos, inmanentes o naturales.
LO hago sobre la base de que todo lo que podemos tener, hacer, disfrutar se fundamenta en la capacidad de la razón para alcanzar la verdad mediante un sencillo método: tomar como datos acerca de la realidad sólo lo imprescindible una vez superados todos los filtros que evitan sesgos cognitivos.
Dicho así, un platónico estaría de acuerdo. El problema surgiría en cuanto hablásemos de qué significa "realidad" (o "dato"). El platónico cree verse obligado a aceptar un sentido más profundo de realidad que el que asociamos con nuestro estar en el mundo sensible.
No se puede dejar de filosofar en el sentido de que la única manera de no hacerse preguntas es estar muerto.
En esto vuelven a estar de acuerdo. Creíamos, como el perro, que todo era normal, hasta que "despertamos" a las preguntas, a la curiosidad. Ahora bien, el hombre, quizá a diferencia de cualquier otro ser, ha llegado a hacerse preguntas que van más allá de toda pregunta por cómo se relacionan los fenómenos. Como los habitantes de Matrix, se ha preguntado si vive en un mundo virtual, o en qué consiste la realidad. Y así es como se ha hecho un animal metafísico. Hay quienes (y ahora no lo digo por ti) quieren proscribir esta pregunta, o al menos negar la posibilidad de darle respuesta. El punto central del platonismo es que esta pregunta es la que más nos hace humanos o personas, y que, para solucionarla, no nos basta con apoyarnos en datos fenoménicos. Y aquí es donde un aristotélico y un platónico empiezan a despegarse. Porque el aristotélico, sensatamente, piensa que no vamos a ningún lado si tiramos por ahí, que intentamos volar en el vacío, según la imagen que usó Kant...
Como dices, muchas veces eso despierta la risa y el desprecio de quienes están acostumbrados a escuchar que todo consiste en desarrollar técnicas... sin saber para qué. Las cuestiones del "sentido" de las cosas son para sacerdotes...
Sin embargo, yo compruebo todos los años que los adolescentes son muy receptivos a las preguntas verdaderamente filosóficas, si se les plantean con claridad y con convicción. Desde luego, si el propio profesor empieza pidiendo disculpas por ir a hablar de momias como Parménides... difícilmente va a entusiasmar.
Está claro, como dices, que es urgente el primum vivere, pero también se puede comprobar que el más pobre de los pobres tiene la preocupación metafísica (que se puede encontrar ya en los primeros homo sapiens). Es más, es sorprendente cómo son capaces de sacrificar, muchas veces, sus más elementales necesidades ante el altar de sus creencias metafísicas. El ejemplo que solía poner (de esos ejemplos que repites por falta de originalidad) es el de que en Brasil, mucha gente llega a pasar literalmente hambre todo el año para preparar su traje de carnaval. El carnaval no es para ellos una mera fiesta, sino el acto de mayor sentido (espiritual, digamos) de todo el año.
JA:
ResponderEliminar"¿En qué sentido piensas que el método de la ciencia sigue siendo válido en la filsofía, por ejemplo en la epistemología, o la ontología.?"
Aquí llega cuando la matan. O cuando empiezo a hacer como si escribiera un tratado y no una respuesta. Pero es mi defecto: no sé explicarlo con menos palabras. Veamos.
Empecemos por replantear la pregunta. ¿Hay un método para la ciencia -entendida como una de las del catálogo de las positivas- y otro para la filosofía? El que diga que lo hay debería cargar con la labor de probarlo, pero no voy a seguir ese camino fácil y a esquivar la pregunta.
Mi respuesta, obviamente, es que no, que sólo hay un método para todo conocimiento y que las únicas diferencias consisten en la necesidad de adaptarse al objeto de conocimiento. Pero no hay nada que me haga afirmar que hay distintos métodos para la razón si trata de átomos, si trata de culpables de asesinato o de si existe un mundo o es una ficción. Por lo tanto, respondo que hay un método único, y que no se creó uno nuevo para discutir sobre física a partir de la nada o de otros principios.
Filosofía es, como ya sabes, amor por el conocimiento, idea que pretendía diferenciar a los que lo aman por sí mismo de los que se ganaban la vida con ello hasta el punto de convertirlo en lo que no es. El filósofo se preguntaba en serio y no para quedar bien en el ágora cómo era posible que todo cambiara y que la naturaleza fuera regular, que hubiese una multiplicidad de ejemplos de un modelo común y tantas otras cosas que asombran, más que por su profundidad dada la sociedad actual, porque tuvieran lugar e intentos de respuesta en unas ciudades de un rincón -cierto que próspero- del Mediterráneo. Y el filósofo se preguntaba por el mundo, qué era lo regular, qué lo variable, por qué hay varias cosas ante mí si todas son seres, qué es el derecho y qué la naturaleza, qué es lo que podemos saber, qué es posible decir de manera coherente. Y tantas otras. Y sólo el progreso llevó a que se tratara de forma especializada de física, de química o de ornitología.
LO que sucedió NO ES que las ciencias inventaran un nuevo método radicalmente distinto sino que hubo llamados filósofos que dejaron aparte ese método para divagar sobre cosas que a ti te parecen serias (recuerda cuando mencioné a Schelling) y que a mí me parecen lo opuesto al propósito y trabajo de Platón o de Aristóteles cuando acometían la labor de aclarar los problemas que dejaban abiertos los presocráticos.
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ResponderEliminar"Los platónicos vemos una mayor discontinuidad o heterogeneidad entre las cuestiones "trascendentales" y las cuestiones, digamos, inmanentes o naturales."
Puede que la veas, o que la haya, entre la materia del estudio, pero no la hay en tu actitud ni en tu método, ni en los de nadie. La ciencia se divide de lo que no es ciencia por su método, no por su objeto de estudio.
Claro que si diéramos una importancia sobredimensionada a que algo sea física y no química, también podríamos dársela a discutir qué hay de epistemología en la ontología y al contrario, o a delimitarlas mutuamente. Pero trataríamos siempre de la materia, no del método. Sería absurdo preguntarse si hay un Juan Antonio que se preocupa de ética y otro de historia de la filosofía, y lo sería igualmente si la cuestión es si un método de conocimiento es distinto al tratar de átomos o de epistemología.
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JA:
ResponderEliminar"El problema surgiría en cuanto hablásemos de qué significa "realidad" (o "dato"). El platónico cree verse obligado a aceptar un sentido más profundo de realidad que el que asociamos con nuestro estar en el mundo sensible."
Creo que eso va en el apartado de conclusiones y no en el de métodos, que es lo que yo pongo delante porque lo está. Qué es un dato es un problema metodológico, no físico y si empezamos por preguntarnos por datos diferentes debidos a "tipos" diferentes de realidad, es que hemos dado un salto al apartado de conclusiones antes de terminar el de métodos. O de empezarlo.
Por lo tanto, yo rechazo que podamos o debamos hablar para empezar de realidades diferentes, iguales o mediopensionistas. Eso, si acaso, será alguna de nuestras conclusiones, pero no parte del método ni del principio. Y te recuerdo que un método mal conducido llevará a conclusiones poco seguras, en el mejor de los casos.
La experiencia ingenua cree estar tratando con cosas, directamente, sin ninguna clase de intermediario. Y distingue, como mucho, cosas y conceptos. Pero como tenia pensado discutir con masgüel en el blog de J Zamora a raíz de un video de Varela, es ingenuo creer que la idea, concepto -o dejemos aparte qué llamarlo- de "esa piedra" es algo inmediato, no construido, un dato y, ¡más aún! que la piedra sea un dato y sólido además, más que las ideas platónicas o que las formas aristotélicas.
Hay algo más "sólido" en "esa piedra" pero no es su inmediatez desde luego.
Así que no demos por supuesto nada, dejemos entre paréntesis -como le gusta a Varela citar a Husserl- todo lo que podamos y quedémonos en la experiencia imediata en la medida de lo posible. Será un método correcto el que nos llevará a unas conclusiones o a otras, pero el primer sesgo cognitivo que debemos "limpiar" es el de predeterminar qué tipo de realidad es la realidad, estirando o cortando el método para que dé lugar a lo que habíamos prejuzgado.
JA:
"el hombre, quizá a diferencia de cualquier otro ser, ha llegado a hacerse preguntas que van más allá de toda pregunta por cómo se relacionan los fenómenos."
No estoy seguro de dónde debe ponerse el límite pero la distancia entre el chimpancé y el ser humano es de tal magnitud o cualidad que parece tonto buscar chimpancés filósofos, capaces de reflexionar sobre el método. Y he aquí la clave: la reflexión, la recursividad.
Supongamos algo tan -aparentemente- sencillo como ver. Veo la piedra y luego investigo que veo la piedra porque tengo ojos y lo demás. El estudio y consideración lo visible hace preguntarse más tarde por cómo es posible ver. Pasamos del objeto concreto que postulamos: la piedra, a preguntarnos por cómo es que lo veo y qué es verlo y qué es la piedra. Y una consideración particular sobre el método lleva a preguntarse por el método en general. Lo "explosivo" de la razón humana es su recursividad. Puedo preguntarme por todo, por la capacidad de preguntarme, por el universo en que es posible la capacidad de preguntarme y así hasta el infinito.
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ResponderEliminarJA:
"Como los habitantes de Matrix, se ha preguntado si vive en un mundo virtual, o en qué consiste la realidad. Y así es como se ha hecho un animal metafísico."
El ser un poco testarudo me lleva a discutir demasiados puntos y eso alarga todo, pero creo oportuno o necesario detenerse en el concepto "metafísico".
A más de los que puedes creer, "metafísico" les suena a sobrenatural, a etéreo, irreal, vago, inútil. La raíz de la idea o de la palabra puede ser más prosaica. Conozco dos teorías que me gustan: la de que se trata de la clasificación de las obras de Aristóteles, es decir, los (libros) (que van) DESPUES DE LOS FÍSICOS, ta fysika (biblia); o la de que trata de los principios inmutables (inmóviles se traduce de Aristóteles) más allá de lo que cambia, de lo que se produce, la "fysis". No sé si es correcto desde la gramática griega y se puede traducir por las cosas más allá de lo mudable, pero me parece conveniente considerarlo.
En cualquier caso, si se trata de una mera clasificación editorial, parece banal pero inspiradora: un nombre para la búsqueda de lo inmutable tras lo mutable o en lo mutable, lo que atormentaba a Parménides, Heráclito o Platón.
El ser humano como animal metafísico tampoco sería un animal irreal o divagador sino uno que busca las últimas causas, los últimos principios, en una búsqueda de lo más general. Y eso es lo que hace la ciencia.
JA:
"Hay quienes (y ahora no lo digo por ti) quieren proscribir esta pregunta, o al menos negar la posibilidad de darle respuesta. El punto central del platonismo es que esta pregunta es la que más nos hace humanos o personas, y que, para solucionarla, no nos basta con apoyarnos en datos fenoménicos."
Se trataría de cortar el curso natural del método. Preguntarse por lo general sigue en el hecho a preguntarse por lo particular, pero sólo es posible suponer lo particular suponiendo lo general, que lo precede en todos los demás órdenes. Preguntarse por lo que existe, por lo que es la naturaleza es una generalización tan legítima como preguntarse por las leyes de gravitación universal después de haberse preguntado, y respondido mal que bien, por cómo se mueven las piedras o la Luna. O eso, o renunciamos a preguntarnos por cómo los particulares siguen leyes generales, que es lo que lleva haciendo la ciencia varios siglos con éxito.
Quizá si lo propio de la inteligencia es ir aplicando las preguntas de manera recursiva, preguntarse sin límite es lo propio de la naturaleza humana y limitarse a lo fenoménico sin más constituye una mutilación. ¿Por qué lo nuevo e inesperado nos extraña? ¿Por qué nos intriga lo que no entra en una regularidad sino porque buscamos regularidades? Una postura intermedia podría decir que buscar regularidades no garantiza que las haya. No me parece válida. Podemos negarnos a aceptar cualquier idea que parezca dar cuenta de una regularidad si no supera criterios científicos, pero no podemos renunciar a la regularidad por el simple hecho de que al menos hay una regularidad: yo y mis pensamientos.
No dudo de que algún enfermo mental pueda ser ajeno a las ciencias, pero no parece ser el caso general ni la hipótesis más sencilla porque sólo sé de la existencia de enfermos mentales en la medida en que tengo un conocimiento regular de la realidad. El demente quizá ni puede hacerse esas preguntas.
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ResponderEliminarSin embargo, la idea de las regularidades es también un resultado de una construcción mental. Hume acierta en la diana del problema al revelar que cuando creemos que hay una regularidad no percibimos la regularidad sino una serie o un continuo de fenómenos que NO SON la regularidad, sino casos de esa regularidad. Con Hume se derrumba la presunción metafísica, en el sentido especulativo, de que percibimos las formas, las esencias.
Y más aún, cuando muestra que la idea del Yo no es algo más que otra hipótesis. Aquí quizá habría que hacer un esfuerzo de entender proporcional a mi dificultad para traducir a palabras algo que aparece viciado por la costumbre de significar esto o aquello. Pondré un ejemplo. Cada vez que hablo, aplico reglas gramaticales de las que no necesariamente soy consciente y que en todo caso no aparecen en mi mente cuando hablo.
Lo primero es evidente: un niño conjuga el subjuntivo por costumbre, usa el pretérito anterior de manera apropiada pero no es consciente de la regla que de hecho está usando. Y eso se ve cuando trata de traducir a otro idioma que no domina como materno. Lo segundo es evidente a una segunda mirada: si yo digo, por ejemplo: "quiero que traigas una docena de pasteles", la frase se puede descomponer en elementos pero supone una regla, pues no he dicho "quiero que TRAES" o "que TRAERÁS". Sin embargo, la regla no aparece al mismo nivel que los otros signos. En alemán vamos dando tumbos con le género gramatical y el sol es femenino, la luna, masculino y ni eso nos parece evidente.
¿Dónde está el recuerdo cuando no piensas en él? Desde luego NO en la conciencia, que no contiene más que lo actual. ¿Dónde están las reglas del idioma cuando las aplicas? ¿Y cuando no las aplicas? ¿Y cuando duermes?
No percibimos las regularidades, ni siquiera las de nuestra propia conciencia sino en los casos en que se "materializan" en un caso concreto. Por lo tanto, la regularidad es, como mucho, una hipótesis bien fundada, nunca una evidencia ni un dato. Lo que sí parece un dato es que hay al menos una estructura -regular, si valiera la redundancia- pues sin ella no habría ni lenguaje ni percepción ni recuerdo, pero que tal estructura sólo se revela en sus casos, sus instancias, como tú dices.
Ahí es donde la metafísica queda como dependiente de los fenómenos, cómo búsqueda de lo reglar en lo variable, de lo inmutable en lo mudable. Parece obvio que el caso sigue a la regla en el orden de las cosas, pero que el conocimiento de la regla no sólo sigue al del caso en el orden del conocimiento sino que no es transparente qué es el conocimiento de la regla sino expuesta en forma de casos, de ejemplos, o de función, como un caso que contiene variables.
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Sursum corda!
ResponderEliminarAprecio tu esfuerzo por explicarte sin escribir un tratado (aunque aquí puedes escribir un tratado, si así lo deseas). Yo en mis parlamentos intentaré ser más breve, pero espero no desatender nada que sea importante.
Creo que el punto más interesante de nuestra discusión estaría (seguiría estando) en qué conocimientos consideramos legítimos.
Tú dices que las cuestiones primeras son las metodológicas, y afirmas que solo hay un método de conocimiento, aunque haya diversos objetos o ámbitos. Aunque no lo has hecho explícito, supongo que crees que el Método, el único, es uno que consista en, como dices en algún momento, partir de los datos (entiendo que entiendes los fenómenos sensibles) y buscar, reflexivamente, las leyes o regularidades a que responden (en esto consiste la capacidad racional).
Yo, sin embargo, creo que esto presenta problemas.
Un problema es el propio problema epistemológico. Como la epistemología es una actividad teórica normativa, es decir, que prescribe cómo debe actuarse si es que se quiere hacer ciencia, resulta que ella misma no puede justificarse con ese mismo método que prescribe. Los epistemólogos trabajan a priori, estudiando las “condiciones de posibilidad” de todo conocimiento, haciendo una especie de lógica amplia, que encierre, además de la lógica formal, elementos gnoseológicos. Pero la mayor parte de los epistemólogos no utilizan, en su quehacer, el método científico que prescriben para las ciencias naturales. Solo los partidarios de la naturalización de la epistemología pretenden algo así, pero se contradicen (como argumenté en otra entrada “la epistemologización del naturalismo”): prescriben a priori qué es ciencia legítima y cuál no.
Por tanto, ya la epistemología es una excepción al método científico-natural. La epistemología es una reflexión trascendental acerca del Sujeto y su relación con todo posible Objeto. Esto la hace parte de la filosofía, y heterogénea a toda ciencia natural en cuanto al método.
El segundo caso es el de la metafísica. Tú dices Pero no hay nada que me haga afirmar que hay distintos métodos para la razón si trata de átomos, si trata de culpables de asesinato o de si existe un mundo o es una ficción.
Ahora bien, si el único método válido fuese el que te he dicho más arriba (empírico-racional,digamos) no sé cómo podría abordar la última de esas cuestiones. ¿Cómo puede la experiencia dirimir si el mundo de la experiencia es una ficción? Por eso, como han dicho muchos científicos incluso, la ciencia natural trata del ámbito de los fenómenos (salvar las apariencias, decía Galileo) pero no puede excluir la pregunta metafísica que se plantean los filósofos desde siempre: si la realidad es la que nos presentan los fenómenos.
Si estas preguntas no se pudiesen plantear, solo existiría, para el conocimiento, una sola epistemología (cuando es obvio que no es así), y ninguna metafísica. Sin embargo, las preguntas metafísicas, que no se pueden solucionar empíricamente, tienen pleno sentido, y solo un discurso circular puede proscribirlas diciendo que no son comprobables empíriciamente.
Si, como dice Husserl, no debemos dar nada por supuesto, tenemos que poner en cuestión también si los fenómenos empíricos son los únicos y los más privilegiados fenómenos. Nadie duda de que lo sean para describir precisamente el ámbito de los objetos materiales. Pero no veo bien el argumento para excluir cualquier otro tipo de investigaciones “fenomenologicas”.
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ResponderEliminar"Porque el aristotélico, sensatamente, piensa que no vamos a ningún lado si tiramos por ahí, que intentamos volar en el vacío, según la imagen que usó Kant..."
Sí, como en barón de Münchausen sacándose del barro con caballo y todo tirándose de su propia coleta. La metafísica tirándose de su coleta no puede salir de los fenómenos. Como mucho, puede postular regularidades que permitan explicar un conjunto potencialmente infinito de fenómenos por una regla obtenida experimentalmente.
Imagino que hace rato que ya no me acompañas en este viaje.
JA:
"yo compruebo todos los años que los adolescentes son muy receptivos a las preguntas verdaderamente filosóficas, si se les plantean con claridad y con convicción."
La filosofía que enseñan muchos es un fracaso si el alumno no interioriza la preguntas, no las hace suyas. Parménides, ese bobo, decía que el ser es una bola, jeje. Sin embargo, Parménides el poeta en su obra en verso explica el ser como algo que no depende del punto de vista, sino que es para todos como una esfera: una esfera vista desde cualquier ángulo y distancia. NO es la opinión sino la ciencia, no es la perspectiva individual sino el concepto universal el que puede explicar el ser. Y la metáfora de la esfera, si es realmente una metáfora, es muy adecuada.
Claro que hay gente tan ocupada en lo concreto, en su vivere o en las piernas de la chica de al lado, que apenas puede preguntarse qué veía de raro en la realidad el raro de Parménides.
Reconozco, por otra parte, que si yo puedo encontrar algo interesante en Parménides o en Platón o Aristóteles, quizá me pierdo algo al no verlo en Schelling. Pero también puede ser que no lo haya.
Y lo mismo con otras preguntas sobre la ética, la sociedad. Todo pasa porque no sean respuestas-etiqueta que hay que colocar correctamente tras la correspondiente pregunta-etiqueta. ¿Quién era el presocrático raro que decía lo del agua? ¿Qué bobada era la de Heráclito? Poner a continuación X tal que la pregunta seguida de X equivalga a un punto del profesor.
JA:
"mucha gente llega a pasar literalmente hambre todo el año para preparar su traje de carnaval. "
No sólo eso. Cuando la gente se pelea de verdad es por cosas generales. Bien, uno se puede dar de tortas porque el chico menos indicado miró a la chica menos indicada, pero las guerras de verdad tratan de principios generales y sorprendentemente causan cantidades de muertos.
Saludos y espero que la crisis no pueda con nosotros. Y como en la experiencia, lo particular precede a lo general, que empiece por no poder conmigo.
JA
ResponderEliminar"Sursum corda!
Aprecio tu esfuerzo por explicarte sin escribir un tratado"
Esfuerzo baldío, como puede verse.
JA:
ResponderEliminar"partir de los datos (entiendo que entiendes los fenómenos sensibles)"
Hoy no tengo más tiempo. Mañana, si es posible. Pero para avanzar en el capítulo de la serie yo no diría que los fenómenos sensibles en el sentido de "hay ahí una castaña", ni siquiera, de "veo ahí una castaña", ni de "veo una cosa redondeada marrón". Todo eso es un tipo de generalizaciones. Los datos son lo que queda tras eliminar todas las generalizaciones. Todas. Es decir: lo que tienes en tu conciencia antes de crear las respectivas generalizaciones.
La experiencia se compone de los estados subjetivos sin referirlos a nada diferente, a ninguna regularidad ni nada externo o no contenido de manera actual en la conciencia. Es lo que tienes antes de que sepas que estas viendo, que hay algo, que el color de la castaña es algo que se une a un sabor, a un tacto, a un árbol, a una época, a otras cosas que como tus zapatos parecen de color similar, más en cualquier caso que el de la fresa.
Sursum corda!
ResponderEliminarespero poder contestarte mañana, aunque creo que esperaré a que termines (porque interpreto por tu último comentario que aún quires añadir cosas). No es esfuerzo baldío, por lo menos por mi parte. Otra cosa será cuando, inevitablemente, empezemos a repetirnos (si eso ocurre). Saludos
JA:
ResponderEliminar"No es esfuerzo baldío, por lo menos por mi parte."
Quería decir que era esfuerzo baldío cuando trato de ser breve. El consuelo es pensar qué pasaría si no tratara de serlo.
"interpreto por tu último comentario que aún quieres añadir cosas"
Gracias. Hoy respondo a lo último tuyo. Luego esperaré a que termines tu respuesta.
JA:
"el punto más interesante de nuestra discusión estaría (seguiría estando) en qué conocimientos consideramos legítimos.
Tú dices que las cuestiones primeras son las metodológicas, y afirmas que solo hay un método de conocimiento, aunque haya diversos objetos o ámbitos."
Así es. No podemos prejuzgar qué debe ser el resultado de una actividad de conocimiento porque al condicionarla introduciríamos de entrada un sesgo que la haría NO ser conocimiento. Imaginemos que nos piden que busquemos un libro perdido de Aristóteles y respondemos: no importa, acabo de escribir uno parecido aquí. Es obvio que no sería un libro de Aristóteles, por mucho que quisiésemos imitarlo. Por lo tanto, no se trata de escoger qué es un dato entre posibles opciones sino de excluir lo que sabemos que no lo es, lo que no responde a la pregunta: qué hay en el mundo que no hayas puesto tú. La regla es simple: elimina de entrada como propio del mundo todo lo que hayas puesto tú .
Por eso, las primeras cuestiones son las metodológicas, las que permiten excluir lo que meteríamos de matute si no fuéramos con cuidado. Un día un amigo te dice que ha descubierto un nuevo libro de Aristóteles. Presumiblemente tratarás de verificar que no es un fraude. Otro te responde con supuestos argumentos tomados de Platón y que ni se encuentran en sus libros ni se parecen a lo que escribía. Con mucha razón le dirías que finge un Platón que no es el verdadero.
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ResponderEliminarJA:
"supongo que crees que el Método, el único, es uno que consista en, como dices en algún momento, partir de los datos (entiendo que entiendes los fenómenos sensibles) y buscar, reflexivamente, las leyes o regularidades a que responden (en esto consiste la capacidad racional)."
Decía que es el único, no porque haya una norma: haz todo esto menos esto otro, o por el estilo, sino porque hay una definición. Mermelada de castañas es la hecha con castañas, o si no, no. Pues, del mismo modo, conocimiento es lo hecho con la parte de nuestra conciencia que parece no ser fabricada por nuestra propia actividad. No es que excluyamos libremente algo que podría estar incluido: es que si hemos definido conocimiento como mermelada de datos, lo que no contenga datos no será mermelada de datos. Supongo, si no es demasiado suponer, que todos deseamos saber cosas que no hemos fingido y que nos interesa distinguir las cosas que nos vienen de fuera de nuestra capacidad de ficción de las que fingimos, como si un coche ha invadido nuestro carril realmente. Podemos contraargumentar que todo es fingido, pero eso vamos a dejarlo para donde podemos descartar al solipsismo como error metodológico y/o hipótesis falsada. Quedémonos en que si es posible diferenciar contenidos de conciencia no fingidos y a eso le llamamos conocimiento, el resto es trivial.
Pero los fenómenos sensibles, insisto en lo que dije ayer, no son del tipo: "hay una castaña sobre la mesa" pues decir que es una castaña supone un concepto, un universal. Incluso que hay un algo con aspecto tal, color tal y otras cualidades sigue siendo una hipótesis: la de que el estado de mi conciencia no es una ficción o alucinación sino que contiene al menos algo no debido a mi fabricación. Y eso no es un dato como el color que veo.
En cuanto a buscar las regularidades, hay parte que buscaremos reflexivamente y parte de modo experimental. Reflexivamente lo que depende de nuestras definiciones o nuestras construcciones conceptuales. Experimentalmente lo que podamos afirmar de todo lo demás.
Hace ya tiempo te decía que la lógica es un juego lingüístico de contenedores. Creamos elementos conceptuales que por una parte son fabricación nuestra, pero que sólo tienen sentido si se aplican de algún modo para contener lo que podemos conocer. Dejemos esto aquí por ahora. Pero con lo primero basta para concluir que si hay reglas de manejo de conceptos, los conceptos producto del manejo deben resultar de esas reglas. En ese sentido, incluso la lógica es algo no arbitrario, no fingido sino resultado necesario de unos primeros supuestos. Podemos fingir las reglas, los supuestos, pero no que lo que resulta de ellos no resulta, o al contrario.
Toda otra composición de conceptos en forma de descripción depende para su verificación de la experimentación. Si predetermino que todas las prendas blancas irán en la mudanza en el contenedor de prendas blancas, parece una tomadura de pelo cuestionar si puede ser que lo contenido en el contenedor de prendas blancas debe ser o no una prenda blanca. Ahora bien, podemos preguntar si realmente hemos colocado todas las prendas blancas en su contenedor, si alguna está en otro, o si dentro del contenedor hay algún libro. Es la diferencia entre el a priori y el a posteriori que admira ver cuestionado por algunos. Supongo que eso define mi postura, aparte de que sea discutible o no.
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ResponderEliminarJA:
"Como la epistemología es una actividad teórica normativa, es decir, que prescribe cómo debe actuarse si es que se quiere hacer ciencia, resulta que ella misma no puede justificarse con ese mismo método que prescribe."
Simplemente no estoy de acuerdo con el principio. La epistemología no es normativa sino descriptiva. Es como si llamas normativa a una obra filológica que descarta la autoría de Aristóteles por razones de estilo de una obra supuestamente descubierta. No se trata de prescribir: para ser obra de Aristóteles cúmplanse las condiciones de la A a la S. Muy al contrario, las reglas para ser obra de Aristóteles vienen definidas por lo que son las obras que conocemos. La ciencia no es algo definido libremente salvo en su nombre. De hecho, podríamos llamar ciencia a la petanca y petanca a la ciencia sin perjuicio de la claridad. Incluso llevaría más allá mi objeción a lo que es normativo. Parece que las órdenes son un tipo de magia que realiza lo que se invoca. Pero no: las ordenes son algo del tipo condicional: si no haces tal cosa, te sucederá tal otra, generalmente poco agradable. Son la descripción de la actividad humana.
Pero en todo caso, la epistemología es claramente descriptiva. Se enfrenta a la siguiente cuestión: si ciencia es lo que cumple tales condiciones, ¿cumple A las necesarias para ser definida como ciencia? Un ejemplo, la astrología. Nadie dice que o haces tal cosa con respecto a los astros o quedarás marcado con los astrólogos y al fin de los tiempos te tocará poner eternamente los discos en las fiestas celestiales mientras los demás bailan con las chicas. Simplemente, una cosa es ciencia y otra, que no ha pasado los filtros del método, es pura ficción. ¿Y entonces qué? Entonces nada. Puede uno incluso ganarse el pan escribiendo para las revistas.
Por lo tanto, no queda invalidada la epistemología como requiriendo validación experimental o prescribiéndosela a todas las demás actividades en un círculo vicioso. Se trata de una mera pregunta: ¿nos habla la actividad A de la realidad o está contaminada por la ficción más descarada? Suponemos la definición: ciencia es lo que nos describe una realidad no fingida.
JA:
"Pero la mayor parte de los epistemólogos no utilizan, en su quehacer, el método científico que prescriben para las ciencias naturales. Solo los partidarios de la naturalización de la epistemología pretenden algo así, pero se contradicen (como argumenté en otra entrada “la epistemologización del naturalismo”): prescriben a priori qué es ciencia legítima y cuál no."
Es obvio que la epistemología trabaja a priori. Podemos definir lo que es ciencia antes de que obtenga resultados y es un chiste pretender que hagamos alguna hipótesis a ver qué puede ser ciencia, verificándola por algún criterio pragmático del tipo; nos hace más felices, nos da mejores productos. Tomemos de nuevo la astrología y supón que pasa por un tribunal de filósofos inmortales. Preguntarían ¿y cómo sabe usted que tal persona nacida tal hora en tal sitio será afortunada este mes en el deporte? Lo mismo, más o menos, que preguntan cada día: ¿y cómo sabe usted que la medicina X reduce los episodios de migraña? Denos el estudio clínico doble ciego en muestra representativa que pruebe que X o la astrología son eficaces.
Quizá otro tenga motivos para definir otra cosa como ciencia pero si mi intención es delimitar qué nos habla de la realidad y qué no, parece necesario que mi criterio preceda a su aplicación y que haya definido qué es lo que pertenece o no a tal conjunto. En ningún caso caigo en contradicción si luego afirmo que tal cosa nos habla de la realidad y tal otra no. No puedo decir que las definiciones han de ser verificadas experimentalmente pues eso sería un absurdo ya que para determinar si una mermelada es de castañas ha de estar definido previamente qué es mermelada y qué de castañas.
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ResponderEliminarJA:
"Por tanto, ya la epistemología es una excepción al método científico-natural. La epistemología es una reflexión trascendental acerca del Sujeto y su relación con todo posible Objeto. Esto la hace parte de la filosofía, y heterogénea a toda ciencia natural en cuanto al método."
De acuerdo en la medida en que entiendo lo que hay entre "reflexión" y "Objeto". Ciencia no es algo que vamos descubriendo lo que es, sino un a priori acerca de que el sujeto es capaz de conocer un objeto en la medida en que hay un sujeto consciente y que es capaz de delimitar un ámbito del yo y uno del no-yo. De hecho, es la mera consecuencia de que seamos sujetos capaces de conocer objetos, tomando eso en un sentido amplio pues puede incluir en ese sentido que el teorema tal es algo que no depende de mi voluntad una vez que acepto unos axiomas.
Pero eso no la hace, por mucho que la mires, heterogénea a toda ciencia natural. El conocer tiene su base en poder diferenciar a de no-a. Si imagináramos una conciencia total y perpetuamente homogénea no podríamos decir que conoce nada. Un total y eterno ámbito indiferenciado que sería igual para un huevo o una castaña. Para que haya conocimiento ha de haber diferencias y se define información como el dato que permite decidir entre una opción de sí o no. Una pantalla de un solo pixel en un solo estado no representaría nada o todo por igual. Cuantos más pixeles en más estados, mayor posibilidad de que podamos distinguir en ella un huevo de una castaña. Pues bien, la ciencia es lo que permite diferenciar un huevo de una castaña o una medicina de un camelo y para ello ha de poder delimitar a priori lo que es real de lo que es ficticio. De eso tratan las ciencias: de la realidad o ficción acerca de si la medicina cura, si tal obra es de Aristóteles o si Paco asesinó a Manolo.
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ResponderEliminarJA:
"Ahora bien, si el único método válido fuese el que te he dicho más arriba (empírico-racional,digamos) no sé cómo podría abordar la última de esas cuestiones. ¿Cómo puede la experiencia dirimir si el mundo de la experiencia es una ficción?"
Tengo un blog abandonado y que trataba de esto de modo ordenado, pero hoy me divierto más aquí, que lo vas a leer. Comencemos si hemos constatado que hay estados de mi conciencia que no puedo producir a voluntad, o evitar. No puedo evitar pasar sed, tener tos en el teatro, no puedo verme conduciendo un coche caro, no puedo imaginar que la crisis es un mal sueño para todos. Si no hemos constatado esto, no tendría sentido seguir porque tú sostendrías lo que yo quiero y yo no pasaría sed ni tosería en el teatro, conduciría coches caros y nadie sufriría las consecuencias de la crisis.
Pero no sucede, y tengo sed cuando no quiero y lo demás igual. Sin embargo puedo imaginar que te respondo, aunque no lo que me vas a responder tú, puedo idear lo que haré esta tarde para pegar esta respuesta en trozos pero no si otro habrá respondido ya en esta entrada.
Podría decir alguien que ya que todo lo percibo en mi conciencia no hay diferencia entre un yo y un no-yo. Pero sería una objeción absurda que o dirigiría sí mismo o anularía su pretensión de que no hay diferencia entre yo y no-yo (atiende a que no hablo ni puedo aún de la naturaleza de esa diferencia, de materia y no materia o teorías similares) pues partimos de que yo sí diferencio algo que finjo de algo que no puedo evitar, sin que importe si hay una frontera borrosa ya que hay al menos casos muy definidos como todos los que implican dolor, enfermedad, incomodidad o necesidad. Y eso es lo de la hipótesis falsada: hay cosas que experimento y que caen definitivamente fuera de mi control, incluidos los tics en el ojo de Mariano o los pestañeos acelerados de Alfredo.
Un ejemplo ocurrente es el del cerebro en un puchero, antecedente de Matrix. ¿Cómo sabemos que no estamos en Matrix o en un puchero? Bien, reconozcamos de nuevo que algunos problemas consisten en preguntas mal planteadas. Debería preguntarse ¿Cómo sabemos que hay cerebro, o puchero, o Matrix? La naturaleza del mundo está entre paréntesis: lo decisivo es que ya sea Matrix o La Realidad, eso no evita que yo sea el sujeto y el resto el no-yo. Y si todo lo llamamos sujeto, llamémoslo, ya que al menos vamos a acabar creyendo que la naturaleza es un conjunto de seres conectados causalmente. Pero en ese caso hay partes del yo que no obedecen de la misma manera que otras. Mi dedo-yo se mueve si quiero pero mi fogón-yo no deja de quemarme si acerco sin cuidado el dedo de mi yo al fogón de mi yo. Y hasta aquí lo de la mala definición.
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ResponderEliminarJA:
"Por eso, como han dicho muchos científicos incluso, la ciencia natural trata del ámbito de los fenómenos (salvar las apariencias, decía Galileo)"
La ciencia trata de salvar los fenómenos pero NO POR LO ANTERIOR sino por el simple hecho de que si algo es una realidad y no mi yo, lo que tengo de ella es un estado de mi yo atribuido causalmente (no entraré en muchas distinciones con respecto a "causa") a la realidad, pero NUNCA la realidad misma. Puedo ver e identificar una castaña, pero ni mis percepciones ni mi concepto de la castaña pueden ser una castaña ni depender exclusivamente de lo que sea la castaña aparte de mi.
Los aristotélicos pretendían que el conocimiento captaba las formas. No creo que Aristóteles deba ser interpretado así, al menos cuando se fue distanciando del platonismo. El conocimiento es la estructura de la conciencia que puede ser puesta en correspondencia con algo de la estructura de la realidad, lo dije ya. Pero no hay un paso, ale-hop de la forma de la castaña a mi mente pues de ser así, parte de mí sería una castaña. Hay una posible correspondencia estructural en que si creo que la castaña es grande, ocupa más espacio visual que las que creo que son pequeñas. Lo que nunca sucederá es que yo conozca la naturaleza de las cosas sino el efecto de las cosas sobre mi conciencia una vez que creo probado que parte de mis estados de conciencia no vienen determinados por mí, aunque eso es posterior. Más aún, nunca conoceré por introspección la naturaleza de mi yo, como indicaba arriba sobre que hablo español sin ser necesariamente consciente de sus reglas gramaticales o que recuerdo un poema sin ser nunca consciente del poema como tal sino de manera parcial y sucesiva de sus versos. Seamos más drásticos: nunca conoceré la naturaleza de nada, sino sólo y si acaso sus efectos, y eso son los fenómenos, lo que aparece.
JA:
"Si estas preguntas no se pudiesen plantear, solo existiría, para el conocimiento, una sola epistemología (cuando es obvio que no es así), y ninguna metafísica. Sin embargo, las preguntas metafísicas, que no se pueden solucionar empíricamente, tienen pleno sentido, y solo un discurso circular puede proscribirlas diciendo que no son comprobables empíriciamente."
Como ves, sí y no. Las preguntas se pueden plantear, pero con las restricciones de qué es conocimiento y qué no; pero esas restricciones, únicas, definen por tanto una sola epistemología y, si acaso, una metafísica en el sentido de preguntas por los principios últimos de lo real o al menos de las condiciones de los principios más generales que podemos ir conociendo, como que el mundo es real y relacionado (no hay mónadas aisladas) que no podemos distinguir lo universal como un caso más de lo particular (no hay Ideas), sino que lo universal se da en lo real particular o no se da, que el mundo es una estructura (no hay un Caos). Esas preguntas tienen pleno sentido en la medida en que podamos plantearlas de modo que tengan solución o como problemas de definición o empíricos. Si no -y no presumo de haberlas contestado de manera irrebatible- son palabrería.
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ResponderEliminarJA:
" tenemos que poner en cuestión también si los fenómenos empíricos son los únicos y los más privilegiados fenómenos. Nadie duda de que lo sean para describir precisamente el ámbito de los objetos materiales. Pero no veo bien el argumento para excluir cualquier otro tipo de investigaciones “fenomenologicas”."
Debemos poner TODO en cuestión, pero con método. Los fenómenos son el estado básico de lo que sabemos y todo lo demás es producto de la investigación y queda subordinado a que esté probado a través del método. ¿Cómo y por qué podemos empezar a hablar de otros fenómenos no empíricos o menos privilegiados? ¿Con qué indicios, con qué criterio? Podemos hablar o de los fenómenos o de las regularidades que parezcan tenerlos como casos particulares, algo nada problemático en cuanto a la variable tiempo, pero muy llamativo en cuanto al espacio, pero no de otro tipo de fenómenos. ¿Es que percibimos algo que no sea el habitual conjunto de sensaciones? Si es así, pruébese como se puede probar a un daltónico que distinguimos el rojo del verde. Si no, mejor no multiplicar los entes sin necesidad.
Un saludo.
Un ejemplo:
ResponderEliminarSe me acaba de romper la lavadora, ahora que me encanta tener nuevos gastos a medida que bajan y bajan mis ingresos.
No puedo decir que eso lo haya fingido o imaginado, sobre todo cuando la cosa ha hecho "chac" ante mi sorpresa, y con las consecuencias de nuevo gasto inesperado e indeseado.
El solipsismo es cosa de gente que escribe tranquila en su sillón, sin pasar incomodidades de pobres o medio pelo. Para el resto, nosotros, está claro que existe lo real y que la madre Naturaleza es una hija de la gran puta.
Conservemos el humor, si podemos.
Sursum corda!
ResponderEliminarde entre todos los comentarios interesantes que haces me centro en los que puede haber más disonancia entre nosotros (en otros, muchos, convenimos perfectamente).
El ser humano como animal metafísico tampoco sería un animal irreal o divagador sino uno que busca las últimas causas, los últimos principios, en una búsqueda de lo más general. Y eso es lo que hace la ciencia.
Depende de lo que entiendas por ciencia. Lo que hoy llamamos ciencias materiales (físicas) no estudian los principios más genreales, sino los principios o leyes que rigen este mundo. Los problemas que se planteaba Aristóteles en la Metafísica (qué pasa con los conceptos no materiales, no espacio-temporales, cuál es la estructura lógica de toda realidad posible, etc) no los puede abordar esa ciencia. Algunos los desprecian como pseudoproblemas, pero a mí eso, como he argumentado muchas veces, no me convence.
Quizá si lo propio de la inteligencia es ir aplicando las preguntas de manera recursiva, preguntarse sin límite es lo propio de la naturaleza humana y limitarse a lo fenoménico sin más constituye una mutilación.
Así lo creo.
Hume acierta en la diana del problema al revelar que cuando creemos que hay una regularidad no percibimos la regularidad sino una serie o un continuo de fenómenos que NO SON la regularidad, sino casos de esa regularidad. Con Hume se derrumba la presunción metafísica, en el sentido especulativo, de que percibimos las formas, las esencias.
Yo, en cambio, pienso que Hume no demostró nada ni entendió realmente el problema. Nadie ha sostenido nunca que vemos las Leyes y Formas con los ojos, es decir, que son objetos espacio-temporales. Pero Hume excluye, sin jsutificación alguna, que tengamos la capacidad racional de entender las formas independientemente de la información sensible. Parte de un prejuicio (que todo conocimiento procede de la experiencia y se tiene que remitir a ella en último extremo) y con eso niega la capacidad que, sin embargo, él mismo usa. Nadie ha visto pi, o la Justicia, pero las entiende. ¿Cuál es el argumento de Hume, más que la petición de principio de que solo lo empíricamente representable es válido?
Fíjate que, a diferencia de sus adorados físicos, Hume no ha convencido a todo el mundo, ni mucho menos. Si lo suyo fuese una teoría científica, en el sentido corriente de la palabra, estaría tan aceptada como la mecánica o el darwinismo. Está muy lejos de ser así. Y la razón es que la tesis de Hume es dialéctica, pese a que él, ingenuamente, creía estar haciendo "ciencia del hombre".
Y más aún, cuando muestra que la idea del Yo no es algo más que otra hipótesis.
ResponderEliminarHe aquí un ejemplo del error de Hume. Si realmente no existe el sujeto, sino solo el fenómeno actual ¿qué es la memoria, por la cual podemos identificar este evento actual con otros pasados? Si todo fenómeno es actual, no podría existir ni la memoria ni la imaginación. Sin embargo, Hume habla de ambas como capacidades nuestras (¿de quiénes, si no hay sujetos?) que nos permiten generalizar. Es una contradicción flagrante.
¿Dónde está el recuerdo cuando no piensas en él? Desde luego NO en la conciencia, que no contiene más que lo actual. ¿Dónde están las reglas del idioma cuando las aplicas? ¿Y cuando no las aplicas? ¿Y cuando duermes? ...la regularidad es, como mucho, una hipótesis bien fundada, nunca una evidencia ni un dato.
¿Cómo puede existir una hipótesis, si lo único que existe es el presente empírico? Una hipótesis es algo que, por definición, desborda toda actualidad temporal.
La metafísica tirándose de su coleta no puede salir de los fenómenos.
Es que no somos el barón de Munhausen, sino un pájaro. Lo que pasa es que algunos no se dan cuenta de que saben volar.
No es que excluyamos libremente algo que podría estar incluido: es que si hemos definido conocimiento como mermelada de datos, lo que no contenga datos no será mermelada de datos.
Ya, pero es que para que haya una verdadera discusión metodológica, que tú consideras previa, es preciso que no estipulemos, mediante definición, una sola opción, descartando las otras, porque eso sería una petición de principio. Los platónicos no aceptamos que el conocimiento sea mermelada de datos. Precisamnete porque nos podemos plantear preguntas en las que los datos no jeugan papel esencial alguno y sin embargo parece prejuicio querer rechazarlas. No creo que la alternativa al apoyo en datos sensibles sea la arbitrariedad. Entre otyras cuestiones, ya te digo, la de la misma epistemología no es una cuestión dirimible empíricamente, sino a priori y normativa. Y lo mismo puede decirse de la matemática, o de la ontología (entendida como la investigación de los Posibles -esencias-, etc, o la pregunta acerca de cuáles son criterios adecuados de realidad o existencia).
Pero los fenómenos sensibles, insisto en lo que dije ayer, no son del tipo: "hay una castaña sobre la mesa" pues decir que es una castaña supone un concepto, un universal.
exactamente, pero esto implica, según yo lo veo, que Hume está equivocado. Los conceptos son irreducibles a datos: muchos datos pueden ejemplificar o implementar un concepto, pero este tiene una virtualidad infinita, digamos.
Hace ya tiempo te decía que la lógica es un juego lingüístico de contenedores.
ResponderEliminarHe aquí otro punto de disensión. Yo creo que la matemática no se inventa, sino que se descubre. Y nos dice algo muy esencial sobre cómo puedde ser toda realidad. Excluye ciertas cosas, que son imposibles matemáticos. Otros universos materiales posibles podrían tener otras constantes energéticas, pero es inconcebible (literalmente) un mundo a-matemático o contra-matemático, es decir, con "otra" matemática. Y lo mismo que se dice de las formas matemáticas creo yo que se puede decir de otras formas (porque no toda forma es matemática, mientras no se demuestre lo contrario).
Dices que no crees que la epistemología sea prescriptiva, pero luego escribes La ciencia no es algo definido libremente salvo en su nombre.
Ahora bien, si la ciencia fuese algo empírico en el sentido de que hubiera que inferirla de los datos, ¿a qué llamaríamos ciencia, de entre lasmuchas actividades humanas o animales que hay? Tú mismo lo dices, está definido a priori: lo que no cumpla tales criterios, no será ciencia, por definición. Esto no tiene nada de empírico ni descriptivo. Lo cierto es que todos los conceptos son prescrptivos. Luego podemos comprobar si a tal o cual concepto le corresponde algo en el mundo material, pero el concepto está definido a priori. Y lo mismo pasa con la ciencia. Somos capaces de identificar ciertos fenómenos humanos como "ciencia" precisamente porque tenemos un concepto a priori (normativo) de lo que DEBE SER ciencia.
Pero en todo caso, la epistemología es claramente descriptiva. Se enfrenta a la siguiente cuestión: si ciencia es lo que cumple tales condiciones, ¿cumple A las necesarias para ser definida como ciencia?
esto no es epistmeología, sino sociología o historia de la ciencia. La parte epitemológica es la que has dado por supuesta en la prótasis del condicional. ¿Quién tiene que decir "ciencia es lo que cumple tales condiciones"? Esto no es empírico, es previo a la empiria acerca de la ciencia. Es precisamente, repito, lo que permite discriminar quién está haciendo ciencia de quién no. Cualquier epistemologo, por muy naturalista que quiera ser, pone a priori unas condiciones de lo que considerará ciencia.
Tú mismo lo reconoces a continuación: No puedo decir que las definiciones han de ser verificadas experimentalmente pues eso sería un absurdo ya que para determinar si una mermelada es de castañas ha de estar definido previamente qué es mermelada y qué de castañas.
Luego el elemento fundacional de la ciencia, no es empírico.
Pero eso no la hace, por mucho que la mires, heterogénea a toda ciencia natural.
ResponderEliminarYo creo que la hace suficientemente heterogénea como para no meterla en el saco de las demás ciencias naturales. Yo no niego que todo conocimiento humano sea, al fin y al cabo, de un mismo género. Lo que me niego es a mutilar el género, restringiéndolo a una de sus especies, menos generales.
En esto estamos de acuerdo, nominalmente. La diferencia está en lo que metemos en el no-yo. Yo soy más generoso (ahora, con la crisis, quizá me lo replantée).
Debemos poner TODO en cuestión, pero con método.
Exacto. Pero no excluyamos cualquier método. Yo creo que las argumentaciones "metafísicas" (en el sentido de que no son dirimibles con experiencias, porque todas las experiencias las confirman -son tautológicas respecto de ellas-) no carecen de significado. Son cuestiones generales, de fundamentos.
Un saludo.
Hola:
ResponderEliminarVengo de contestar en una entrada de J Zamora a Masgüel
"SUPERVENIENCIA Y DETERMINISMO"
cosas relacionadas con esto de aquí.
Me quedo ahora sin tempo. Prometo esta noche o mañana.
Saludos
JA:
ResponderEliminar"Lo que hoy llamamos ciencias materiales (físicas) no estudian los principios más genreales, sino los principios o leyes que rigen este mundo."
Date cuenta de que has mezclado dos cuestiones distintas: la de que las ciencias tratan de partes de la realidad y la de que tratan sólo de una parte de la realidad y no de toda.
Creo que estamos de acuerdo en que el conocimiento es una actividad unitaria o única y que no es más conocimiento tratar de un tema que de otro. Es en lo adjetivo en lo que se diferencian, en tratar distintos aspectos, pero en lo substantivo coinciden. Así, no hay problema en que la biología trate de unos temas, la química de otros o la física de otros, salvo en lo que se refiere a la explicación reductiva de unos temas a otros.
Pero eso no implica que dejan parte de la realidad sin tratar, cosa que debería demostrarse. Y no porque al tratar de partes no se pueda dejar otras, la mayoría o las más importantes fuera, como ha sucedido antes de que progresaran las ciencias o puede seguir ocurriendo ahora, sino porque partimos de los únicos datos que tenemos. nuestra experiencia subjetiva, y es la aplicación del método de conocimiento lo que perfila las diferentes teorías, lo que queda explicado o lo que se observa pero no queda explicado, o "huecos" que estemos dejando sin observar ni explicar.
Peor eso no sucede, salvo accidentalmente, pues la ciencia aspira a observar y explicar la totalidad d ela realidad y está capacitada para ello, sobre todo porque la cuestión es la inversa: sólo podemos alcanzar lo que es posible con nuestros medios. Son nuestros medios para el conocimiento lo que delimitan lo que es conocimiento.
Considero aparte algo que creo evidente: que podemos observar toda la realidad en principio porque lo real es lo que interacciona con nosotros. Podemos observar efectos indirectos de unas partes de la realidad sobre otras ya que, en resumidas cuentas, todo lo conocemos de modo indirecto por sus efectos sobre nuestra conciencia. Y si algo no interaccionara en absoluto con nosotros ni directa ni indirectamente, no podríamos conocerlo, pero por el mismo motivo sería problemático decir que existe o es real.
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ResponderEliminar"Los problemas que se planteaba Aristóteles en la Metafísica (qué pasa con los conceptos no materiales, no espacio-temporales, cuál es la estructura lógica de toda realidad posible, etc) no los puede abordar esa ciencia. Algunos los desprecian como pseudoproblemas, pero a mí eso, como he argumentado muchas veces, no me convence."
Invirtamos el orden de las cuestiones: si algo lo constatamos como un pseudoproblema, no hay motivo para asombrarse de que la ciencia o la filosofía, que son sinónimos en realidad, no lo estudien. El método viene primero y es lo que delimita lo que podemos estudiar.
Por ejemplo, un problema al que has aludido en alguna ocasión: las leyes que supuestamente rigen lo cambiante, el fenómeno, no pueden tener las características de lo cambiante, del fenómeno. El fenómeno es temporal pero la ley debe ser atemporal; el fenómeno se da de forma local, mientras que la ley es no local; el fenomeno es particular y la ley es universal. Eso está en la base de toda ciencia pues si un físico aplica la ley de gravitación en el Universo es en la medida en que constata que se puede aplicar como ley general. Pero el principio de la ciencia de buscar principios generales no es, en mi opinión, materia de la ciencia, de las que hacen separar química de física, sino parte de su estructura común.
No se trata del método, pues eso pertenecería a la lógica del conocimiento, delimitada a priori por qué entendemos por conocimiento, sino de algo intermedio entre el método y la cuestión de hecho, a posteriori. Conocimiento de la realidad es lo que podemos afirmar como causa de lo que está en nuestra conciencia sin que lo cause la conciencia. Lo percibido una vez eliminado lo subjetivo. Y este conocimiento tiene carácter y forma de regularidad, ya que sólo como una regularidad podemos decir que algo rojo real es causa de una percepción de rojo. Ahora bien, es una hipótesis que la regularidad, la estructura de nuestro conocimiento subjetivo, corresponde a algo que está fuera de nuestra conciencia. Y eso es lo lo que resulta de aplicar un principio metodológico a priori a una situación que puede darse o no darse.
"Nadie ha sostenido nunca que vemos las Leyes y Formas con los ojos, es decir, que son objetos espacio-temporales. Pero Hume excluye, sin jsutificación alguna, que tengamos la capacidad racional de entender las formas independientemente de la información sensible."
Como decía antes, las leyes de los fenómenos no son otro fenómeno sino estructuras de los fenómenos o las condiciones en que se pueden dar los fenómenos. Y no sólo, evidente,ente, el espacio y el tiempo, sino la regularidad, la forma de ley.
Un poco más abajo dices que Hume se contradice. Y yo creo que lo hace en cuanto pone ontología en lugar de epistemología. Es decir, creo que no podemos partir como condiciones de posibilidad de otras regularidades y estructuras que las que están en la base de nuestra conciencia, y que los datos sólo pueden venir de la experiencia. Pero que los tenemos como experiencia sólo en cuanto que nuestra conciencia tiene una estructura.
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ResponderEliminar"Si realmente no existe el sujeto, sino solo el fenómeno actual ¿qué es la memoria, por la cual podemos identificar este evento actual con otros pasados? Si todo fenómeno es actual, no podría existir ni la memoria ni la imaginación. Sin embargo, Hume habla de ambas como capacidades nuestras (¿de quiénes, si no hay sujetos?) que nos permiten generalizar. Es una contradicción flagrante."
Coincido con esto, pero dejando aparte la cuestión de qué es el sujeto.
Sin memoria no podrías percibir que dices "casa", o "tres" y no "pupitres" pues la palabra se extiende en el tiempo. Es obvio que la conciencia abarca la pluralidad y que el fenómeno se da en marcos subjetivos plurales, como extensión en el espacio, como duración en el tiempo, como cualidades radicalmente diferentes y mutuamente irreducibles como el sonido o el olor. Y sin una síntesis de la pluralidad no es posible la percepción que tenemos.
Del mismo modo, cuando Hume aplica la crítica metodológica de que sólo conocemos conexiones habituales entre fenómenos y no leyes evidentes en su sucesión, eso no le permite negar la estructura de la conciencia, ya que él mismo supone el hábito como regularidad. Toda explicación, de Hume o de cualquier otro, puede prescindir de todo menos de la estructura explicativa, de la forma legal de la regularidad. Sin ella, el que el Sol salga un día y otro estaría desconectado y no daría lugar ni al hábito de pensar que siempre amanece.
Podemos prescindir de las estructuras, pero quedaríamos como presumiblemente están los demenciados, incapaces de comprender una regularidad y de tener memoria de algo sobre el indicio que sea. Pero como dije antes, la filosofía no la hacen los dementes ni los que no diferencian el yo del no-yo, sino los que por poder hacerlo hemos llegado a plantearnos estas cuestiones.
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ResponderEliminar"para que haya una verdadera discusión metodológica, que tú consideras previa, es preciso que no estipulemos, mediante definición, una sola opción, descartando las otras, porque eso sería una petición de principio."
Sólo estipulamos llamarla "ciencia", pero no su naturaleza ni extensión. Es su naturaleza la que define el concepto y su extension, por lo que no hay petición de principio. Si somos conscientes de que es subjetivamente diferente imaginar que percibir, si percibimos como necesidades inevitables tener hambre, tos o todo lo que vivimos a disgusto, implica que diferenciamos de hecho dos ámbitos de lo dado en la conciencia. Así, del mis mo modo que cuando te digo que una rosa es roja te doy información para que imagines que esa rosa roja tiene el color de la fachada de tu casa, si te digo que algo es conocimiento te estoy indicando que es algo que no puedo fingir que no es así y que nadie puede hacerlo.
Sólo puedes decir que "el "bioyogur" tiene algún efecto en la salud es un conocimiento" sí y sólo si lo dicho es verdadero. Y te interesa que se diferencie si es verdadero y calificar de estafa que se diga y que no aparezcan los efectos supuestos por ninguna parte.
La ciencia es un compromiso para afirmar sólo lo que todos podemos encontrarnos como ajeno a nuestra voluntad. Y eso no es sólo epistemología sino moralidad social.
"nos podemos plantear preguntas en las que los datos no jeugan papel esencial alguno y sin embargo parece prejuicio querer rechazarlas."
Esas preguntas tienen, como dije, un aspecto metodológico y será de la lógica del conocimiento. a no ser que las hagas sobre la realidad, en cuyo caso será una afirmación sobre el hecho que podrás verificar sólo de manera experimental, es decir, por experiencia diseñada y controlada.
"Los conceptos son irreducibles a datos: muchos datos pueden ejemplificar o implementar un concepto, pero este tiene una virtualidad infinita, digamos."
Pero eso no es sólo patrimonio de los platónicos. Cualquier empirista en sus cabales te dice que verificar " todo A es B" equivale a verificar un conjunto infinito de "este An es B". SI una ley general implica un conjunto de datos, el concepto general los abarca igualmente y es algo que se construye sobre el dato pero no es un dato del mismo orden; así como el conjunto se construye sobre el elemento, pero no es un elemento del mismo orden.
Los conceptos aparecen como regularidades, como que cuando piensas en el caballo piensas en una forma, unos colores o un sonido de los cascos al trotar. Es un concepto en cuanto recoge estructuras llenas de variables. Pero por ese mismo motivo, nunca percibes un concepto sino que compruebas de hecho que tras pensar en el agua te acuerdas de la sed saciada. El concepto es, si acaso, algo de la conciencia como cosa en sí; jamás un fenomeno ni es reducible a fenómenos. Sólo podemos explicarlo con otra estructura, otro concepto, como una aplicación de un dato o conjunto de datos sobre otro conjunto de datos. Y el hecho de que tratemos de explicarlo y que podamos, si acaso, es prueba de que hay una estructura de datos y que es previa a los datos como posibilidad.
Lo mismo, ya que citábamos a Hume, que Leibniz contestaba a Locke sobre que todo lo que está en el intelecto procede del sentido, menos el intelecto mismo. Pero lo que hay en el intelecto es una capacidad de asociar, una estructura que permite recordar o imaginar o conceptuar, pero no ideas ni conceptos. Nada sobre el mundo, ningún dato sino estructuras. Y lo que experimentamos como reacciones o tendencias instintivas son para nosotros experiencias que pueden desvelar una base previa a la experiencia de otras cosas, pero que no dejan de ser experiencias.
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ResponderEliminarImagino que nunca has olido la piridina. Vete a un laboratorio de ciencias y que te dejen olerla. Tu reacción instintiva será de desagrado, pero eso no lo habrás sabido hasta que lo experimentes, aunque vayas prevenido por esto que te digo. Tu reacción y la manera subjetiva como la percibes es algo previo a que lo experimentes. No es algo que desarrollas a partir de la primera vez que la hueles, aunque sobre esa vez elabores otras reacciones. Pero la existencia de esas predisposiciones sólo la conoces experimentándolas.
Creo que la piridina tiene uno de los olores más insoportables que existen.
Seguiré esta noche.
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ResponderEliminar"Yo creo que la matemática no se inventa, sino que se descubre. Y nos dice algo muy esencial sobre cómo puedde ser toda realidad. Excluye ciertas cosas, que son imposibles matemáticos."
La matemática, como la lógica, se sigue de unos axiomas, de unas definiciones y reglas básicas. Y según eso, se construye o se deduce lo demás. Pero si te refieres a los axiomas, yo creo que parten de operaciones elementales del lenguaje, como la formación de conjuntos, la afirmación y la negación, la inclusión. No creo que se pueda crear ningún otro conjunto de axiomas sin esas bases, sin el lenguaje natural.
"Otros universos materiales posibles podrían tener otras constantes energéticas, pero es inconcebible (literalmente) un mundo a-matemático o contra-matemático, es decir, con "otra" matemática."
Las constantes son contenidos y la lógica y las matemáticas son formas. Claro que podría haber otras constantes. Lo que no podría haber es una lógica sin lenguaje o que destruyera la función del lenguaje. Cuando decimos que podemos formar un conjunto de elementos blancos damos una información, pero es la misma que si decimos que, además, podemos formar un conjunto de elementos no blancos. Fíjate que no se dice que haya elementos blancos ni elementos no blancos, sino que podemos formar esos conjuntos sobre la base de UN SOLO CRITERIO, necesario para que podamos formar el conjunto de blancos, pero que delimita del mismo modo el de los elementos que no lo cumplan.
"Somos capaces de identificar ciertos fenómenos humanos como "ciencia" precisamente porque tenemos un concepto a priori (normativo) de lo que DEBE SER ciencia."
Aunque estoy de acuerdo en lo anterior a esa frase, no creo que lo que dices en ella tenga el sentido que parece tener. Es como si tratáramos de la vista y del color blanco. Es obvio que para que llamemos a algo blanco hay una condición necesariamente anterior en el orden de qué depende de qué, y es la capacidad de ver el blanco y de distinguirlo de otro color o colores. Para que llamemos ciencia algo ha de haber la capacidad de percibir o de hacer cierta cosa, que yo creo que podemos identificar con constatar que ciertos fenómenos son ficciones subjetivas y otros no. Luego, lo empírico es si la física cumple la definición de conocimiento o de ficción, o de si lo cumple la astrología.
El a priori es en relación con el acto de conocimiento, con el hecho de que existimos y somos seres que conocemos, pero no es una especie de necesidad de que se dé un contenido, un hecho. La necesidad lógica es de la forma, no del contenido y es necesario que si existe un sujeto que conoce y que puede diferenciar en sus percepciones por el criterio de que algo sea una ficción, existe el conocimiento. Pero no hay necesidad ni de que haya tal sujeto ni de que pueda diferenciar entre lo que finge y lo que percibe de modo pasivo.
Pero por "deber ser" creo que se entiende otra cosa. Sería un deber la orden de que se hiciese química, pues no hay deber sin posibilidad de hacer algo y lo contrario. "Debes hacer ciencia" parece suponer la posibilidad de hacerla o no, además de la de diferenciar entre hacerla y no hacerla. Por ejemplo, puedo diferenciar entre filtrarme por las paredes y no hacerlo, pero para que haya la prescripción de no filtrarse por las paredes sin permiso debe haber la posibilidad de hacerlo y de no hacerlo.
Pero entonces hay una descripción previa, a la que yo me refiero, sobre qué es ciencia y qué no lo es.
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ResponderEliminar"Cualquier epistemologo, por muy naturalista que quiera ser, pone a priori unas condiciones de lo que considerará ciencia."
Hay gente que no lo hace, pero deberían ser ellos los que defendieran su postura. Yo creo que tenemos algunas capacidades, como diferenciar lo que percibimos de lo que fingimos o lo que hacemos con las manos del resto de actividades. Por el primer criterio separamos ciencia de lo que no lo es; por el segundo, las actividades manuales de las demás. La ciencia es la consecuencia de que podemos conocer y que lo hacemos. En ese sentido, el poder conocer es a priori en relación con conocer de hecho. Y ciencia no es algo que establezcamos empíricamente como podíamos recoger cuál ha sido la historia de la química, que pudo ser diferente de la que fue.
Por eso también decía que la ciencia y al filosofía no se pueden separar una de otra por sus principios, sino sólo ambas de las pseudociencias o de la palabrería.
"Lo que me niego es a mutilar el género, restringiéndolo a una de sus especies, menos generales."
Creo que coincidimos en que el conocimiento lo es por su método, por diferenciar lo que es real de lo que podemos fingir. Una proposición puede ser construida con elementos que pueden ser compuestos como afirmación o negación, y nos queda la labor de verificarla. Eso es propio de todas las ciencias. Pero entre ellas se diferencian por su materia de estudio, no por su método,
Así que para mutilar la ciencia como género habría que mutilar el método. Si dejamos de estudiar las esponjas del fondo de los mares perdemos la información sobre éstas, pero la ciencia no deja de ser ciencia aplicada a los demás hechos. Debemos estudiar primero y siempre el método.
"Yo creo que las argumentaciones "metafísicas" (en el sentido de que no son dirimibles con experiencias, porque todas las experiencias las confirman -son tautológicas respecto de ellas-) no carecen de significado. Son cuestiones generales, de fundamentos."
Supongo que estamos de acuerdo y que como tales cuestiones de método y fundamentos podemos tratarlas. Por ejemplo ¿ cuál de las interpretaciones de la mecánica cuántica es verdadera? Y deberemos decir que si cada una de ellas no predice hechos que no predigan las otras, no hay distinción entre ellas y que lo que se interpreta es superfluo y debemos quedarnos con los fenómenos tal cual los observamos, definimos y verificamos.
Un saludo.
JA:
ResponderEliminarQuizá al decir que la epistemología dice lo que debe ser ciencia usas un sentido como el de "el hombre debe morir" o "el cuadrúpedo debe tener cuatro patas". O sea, que es necesario que el hombre muera o que el cuadrúpedo tenga cuatro patas.
Yo no llamaría "prescriptivo" a eso pues ya he explicado a qué se lo llamo. Pero no haré cuestión de tu afirmación de que la epistemología prescribe lo que debe ser ciencia si el sentido que usas para "prescriptivo" es el de que es necesario que la ciencia sea lo que determina a priori la epistemología partiendo de unas bases. Yo digo que tales bases son que hay una conciencia que contiene fenómenos con estructuras y que parte de esos fenómenos no se siguen del propósito de percibirlos, como lo imaginado de la imaginación y que pueden ser explicados como efectos de estructuras externas a la conciencia.
Espero tu respuesta.
Sursum corda!,
ResponderEliminarvoy contestando a lo que dices (lo hago sintéticamente, pero espero que no se pierda nada):
Creo que estamos de acuerdo en que el conocimiento es una actividad unitaria o única y que no es más conocimiento tratar de un tema que de otro.
Sí, pero creo que no lo interpretamos de la misma manera. Para mí, las preguntas que no se pueden dirimir mendiante experimentos empíricos (como por qué existe este universo, si existen entes inmateriales, y mil otras) no por ello son pseudoproblemas. Y la razón es que, mientras tú crees que el único acceso datual a la realidad es, de alguna menra, empírico, yo no veo la justificaciín de esta restricción. La fenomenología es mucho más amplia que la fenomenología sensible, que es una parte. Los matemáticos tratan de objetos que tienen características más generales que las de este mundo (podrían servir para cualquier otro mundo posible), por eso no hacen experimentos empíricos, ni pueden ser falsados así. Lo cual no quiere decir que no tengan un acceso "intuitivo" o fenomenológico a su objeto.
Además, algunas cuestiones (las que atañen a condiciones de posiblidad -del conocimiento ,de la decisión, etc-) son a priori respecto de toda experiencia posible, precisamente porque les dan cobertura legal. Por tanto, sería circular ampararlas en experimentos. Por eso, el epistemólogo no hace experimentos. Por ejemplo, todo lo que tú estás escribiendo aquí no es ciencia empírica, sino "metodología", que es algo a priori respecto de toda experiencia. Por eso nadie te va a pedir una demostración empírica de ello. Si la pretendieses (mostrando, por ejemplo, que los científicos actúan, de hecho, como dices tú que hay que hacerlo) estarías incurriendo en círculo, porque ellos actúan precisamente así porque creen que es como debe actuarse, y se excluye a priori de la ciencia al que no lo hace.
partimos de los únicos datos que tenemos. nuestra experiencia subjetiva, y es la aplicación del método de conocimiento lo que perfila las diferentes teorías
Pero, insisto, no toda experinecia es del tipo "mancha verde aquí". Eso es lo que tendría que justificar quien dice que más allá de la ciencia natural no hay conocimiento.
si algo lo constatamos como un pseudoproblema, no hay motivo para asombrarse de que la ciencia o la filosofía, que son sinónimos en realidad, no lo estudien. El método viene primero y es lo que delimita lo que podemos estudiar.
Pero es que para "constatar algo como pseudoproblema" hay que tener ya un criterio a priori de lo que son problemas auténticos.
Pero el principio de la ciencia de buscar principios generales no es, en mi opinión, materia de la ciencia, de las que hacen separar química de física, sino parte de su estructura común.
No es parte de la ciencia natural, pero es una investigación a priorística completamente legítima e imprescindible. Lo que prueba que hay vida más allá de la ciencia natural (y antes de ella).
Como decía antes, las leyes de los fenómenos no son otro fenómeno sino estructuras de los fenómenos o las condiciones en que se pueden dar los fenómenos. Y no sólo, evidente,ente, el espacio y el tiempo, sino la regularidad, la forma de ley.
ResponderEliminarDe acuerdo. Lo que añado es que no hay que devaluar las "estructuras", como si fuesen algo vacío y que no son conocimiento.
Coincido con esto, pero dejando aparte la cuestión de qué es el sujeto.....Y sin una síntesis de la pluralidad no es posible la percepción que tenemos.....Toda explicación, de Hume o de cualquier otro, puede prescindir de todo menos de la estructura explicativa, de la forma legal de la regularidad.
Vale, pero es que Hume niega la existencia del sujeto. Estás de acuerdo conmigo en que esto es contradictorio con su análisis de las condiciones de posibilidad del conocimiento.
Esas preguntas tienen, como dije, un aspecto metodológico y será de la lógica del conocimiento. a no ser que las hagas sobre la realidad, en cuyo caso será una afirmación sobre el hecho que podrás verificar sólo de manera experimental, es decir, por experiencia diseñada y controlada.
Experimentar, depende de lo que entiendas por eso. Por otra parte, no veo por qué las cuestiones "formales" no tienen que ver con la realidad. Describen rasgos generales de la realidad. Que no describan rasgos concretos no les quita toda sustancialidad.
Pero eso no es sólo patrimonio de los platónicos. Cualquier empirista en sus cabales te dice que verificar " todo A es B" equivale a verificar un conjunto infinito de "este An es B".
Ya, pero ¿cómo lo sabemos? Esa pregunta es el patrimonio platónico. Porque las alternativas son, o recurrir a la inducción (pero es una falacia pasar de n casos a infinitos), o algún arbitrarismo, según el cual los conceptos son arbitrarios, pese a que solo mediante ellos conocemos lo que conocemos.
Lo mismo, ya que citábamos a Hume, que Leibniz contestaba a Locke sobre que todo lo que está en el intelecto procede del sentido, menos el intelecto mismo. Pero lo que hay en el intelecto es una capacidad de asociar, una estructura que permite recordar o imaginar o conceptuar, pero no ideas ni conceptos.
Quye los fenómenos se relacionen causalmente, o matemáticamente, etc, no es algo que ponga el sujeto, porque en ese caso toda la ciencia sería subjetiva. No creamos asociación, sino que la descubrimos.
Por otra parte, dado que podemos hacernos preguntas acerca de la casua de todo (incluido el universo), o acerca de la mente, etc, no veo por qué eso van a ser pesudoproblemas, solo porque de ellos no se pueda aportar (ni se deba) experimentos empírircos, lo que es imposible por definición.
Pero si te refieres a los axiomas, yo creo que parten de operaciones elementales del lenguaje, como la formación de conjuntos, la afirmación y la negación, la inclusión. No creo que se pueda crear ningún otro conjunto de axiomas sin esas bases, sin el lenguaje natural.
ResponderEliminarPero el lenguaje no es arbitrario, porque si lo fuese, todo lo sería. El lenguaje (Logos) es la estructura de la propia realidad, estructura de la cual poseemos innatamente una copia.
Pero por "deber ser" creo que se entiende otra cosa. Sería un deber la orden de que se hiciese química, pues no hay deber sin posibilidad de hacer algo y lo contrario.
"Deber ser" se usa en toda proposición de necesidad. Por ejemplo, si algo es par, debe ser divisible. Si algo es un electrón, debe tener carga negativa. El uso moral es uno de los posibles.
Yo creo que tenemos algunas capacidades, como diferenciar lo que percibimos de lo que fingimos o lo que hacemos con las manos del resto de actividades. Por el primer criterio separamos ciencia de lo que no lo es; por el segundo, las actividades manuales de las demás. La ciencia es la consecuencia de que podemos conocer y que lo hacemos.
Por ejemplo ¿ cuál de las interpretaciones de la mecánica cuántica es verdadera? Y deberemos decir que si cada una de ellas no predice hechos que no predigan las otras, no hay distinción entre ellas y que lo que se interpreta es superfluo y debemos quedarnos con los fenómenos tal cual los observamos, definimos y verificamos.
No tiene por qué. Muchos científicos reconocen honestamente que donde acaba la ciencia física no acaba toda pregunta razonable. ¿Cuál es el argumento de que todo lo que no se puede dirimir empíricamente, es pseudoproblema? Sólo conozco un argumento, circular: porque no es ciencia lo que no se puede dirimir empíricamente. De hecho, es falsado por esa propia proposición, que no se puede falsar empíricamente que no es ciencia lo que no se puede falsar empíricamente.
Un saludo
JA:
ResponderEliminar"las preguntas que no se pueden dirimir mendiante experimentos empíricos (como por qué existe este universo, si existen entes inmateriales, y mil otras) no por ello son pseudoproblemas. Y la razón es que, mientras tú crees que el único acceso datual a la realidad es, de alguna menra, empírico, yo no veo la justificaciín de esta restricción."
Depende de qué tipo de preguntas. Volvemos a la clasificación de Kant: si se trata de juicios sintéticos, han de ser a posteriori; si pueden ser a priori, han de ser analíticos. ¿Cómo puedes deducir una existencia de una definición? ¿Cómo puedes deducir varios casos de existencia de una sola definición? Eso ya lo preguntaba Aristóteles y los platónicos siguen sin responder. Por cierto, tengo que pasar por tu entrada sobre el argumento ontológico.
"Los matemáticos tratan de objetos que tienen características más generales que las de este mundo (podrían servir para cualquier otro mundo posible), por eso no hacen experimentos empíricos, ni pueden ser falsados así. Lo cual no quiere decir que no tengan un acceso "intuitivo" o fenomenológico a su objeto."
Pero no hacen experimentos como no los hace nadie para ver si un cuadrúpedo tiene cuatro patas, más que tres y menos de siete. Parten de axiomas y de definiciones tales que todo se sigue de axiomas y definiciones y no hay propiedades que no se basen en ello. Si un teorema puede ser probado, no hace falta experimentación y si puede ser comprobado no lo es buscando hechos sino viendo si cada caso particular se sigue de la definición de los términos. No veo que haya intuición de nada ajeno a una definición posible dado el lenguaje.
"todo lo que tú estás escribiendo aquí no es ciencia empírica, sino "metodología", que es algo a priori respecto de toda experiencia. Por eso nadie te va a pedir una demostración empírica de ello."
Y creo que todos los problemas que no sean de hecho, o son metodológicos o son falsos problemas porque no hay otra solución que o se trata de cuestiones de forma o de hecho.
"no toda experinecia es del tipo "mancha verde aquí". Eso es lo que tendría que justificar quien dice que más allá de la ciencia natural no hay conocimiento."
Sería suficiente citar un caso de ese tipo de experiencia. Sinceramente digo que no lo conozco. Por eso digo que sobre el tipo de experiencias "hay una marcha verde aquí" sólo se puede hacer un tipo de ciencia y dentro de unos límites, y es la ciencia positiva. el resto o es metodología o se trata de falsos problemas. Pero insisto, no conozco otro tipo de experiencia. ¿A qué te refieres?
"para "constatar algo como pseudoproblema" hay que tener ya un criterio a priori de lo que son problemas auténticos.
Un problema es una la descripción de una situación en la que hay al menos una variable de la que no conocemos su valor. Pero es necesario que se den dos cosas: la definición precisa de los términos y la posibilidad de dar valor a las variables de tal manera que la descripción sea una verdad. Para resolver ¿Existe Dios? "Dios" debe estar bien definido y debe haber alguna situación incompatible con que Dios exista y alguna compatible. De otro modo ¿qué sentido tiene la pregunta? Debemos precisar si se trata de problemas lógico-lingüísticos, o de hecho, o de una combinación de ambos tipos. Y creo que si los términos del problema están mal definidos dirás que se trata de un fals problema; o si describen hechos que deberían darse pero de tal modo que sea imposible saber si se dan o no se dan.
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ResponderEliminar"Sc!: Pero el principio de la ciencia de buscar principios generales no es, en mi opinión, materia de la ciencia, de las que hacen separar química de física, sino parte de su estructura común."
JA: No es parte de la ciencia natural, pero es una investigación a priorística completamente legítima e imprescindible. Lo que prueba que hay vida más allá de la ciencia natural (y antes de ella).
Quise decir que no es materia sino forma de la ciencia. No es un hecho que la ciencia debe averiguar sino parte de su método, sin el cual no es ciencia. La ciencia explicativa busca principos generales capaces de abarcar los datos, que también son el resultado del método, pues una experiencia no es por defecto un dato sino el resultado de hacer varias suposiciones.
"pero es que Hume niega la existencia del sujeto. Estás de acuerdo conmigo en que esto es contradictorio con su análisis de las condiciones de posibilidad del conocimiento."
De acuerdo, pero con la restricción que hice antes sobre que no podemos basarnos en una idea a priori del sujeto. Si no hay un modo en que los datos estén presentes en una percepción que los "sintetice", cada dato es algo ajeno a todo lo demás. Como decía arriba, cuando Hume pone la costumbre como explicación, ya está poniendo algo diferente de los datos y que los relaciona. Es la costumbre de un sujeto, aunque el sujeto no sea algo permanente en el tiempo y unitario.
Croe que el escepticismo de Hume no es que sea falso sino que es innecesario e injustificado.
"no veo por qué las cuestiones "formales" no tienen que ver con la realidad. Describen rasgos generales de la realidad. Que no describan rasgos concretos no les quita toda sustancialidad."
Las que son meramente formales no tiene que ver con la realidad. Si podemos describir lo que es un triángulo es porque podemos hacer descripciones en que se contengan variables. No es posible hacer una imagen universal pero sí una definición porque "ángulo" es valido para describir cualquier par de segmentos que coinciden en un punto. Lo formal es lo que se sigue de mantener en todo momento las definiciones. Otra cuestión es qué tipo de mundo es el que puede contener ángulos y qué tipo de conciencia es la que puede concebirlos. Y ésas ya no son formales sino que dependen del significado dado a los axiomas.
Sigo mañana.
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ResponderEliminarCuando los platónicos o los racionalistas tradicionales se refieren a la estructura a priori del mundo y que parece ser accesible a la mente de modo diferente de la experiencia, parecen hacerlo a la forma lógica o matemática de las afirmaciones. Pero quizá una forma más profunda de estas escuelas filosóficas se refiera a por qué podemos describir la realidad de manera lógica y matemática. Y eso sí es interesante.
La lógica y la matemática son operaciones del lenguaje acerca de cualidades y cantidades, acerca de la formación de conjuntos y de lo que puede decirse de las relaciones entre elementos y conjuntos o entre conjuntos. El que podamos hacer una deducción no tiene mayor interés que el que podamos tener un lenguaje y el que podamos crear un concepto tampoco pues no veo que el concepto o el razonamiento tengan que ver nada más que con la capacidad de hacer afirmaciones generales, es decir, que contienen variables.
Es a eso a lo que me refería hace ya tiempo con lo de que la lógica es un juego de contenedores y no parte del mundo real. Si decimos que todos los A son B, la deducción consiste en combinar esa afirmación con otras, manteniendo lo que se afirma en cada paso. "Todo A es B" equivale a la unión de Todos los enunciados particulares "An es B" o a la inclusión del conjunto de los A en el de los B.
Lo interesante es preguntarse por cómo es que el mundo permite la formación de conjuntos, es decir, cómo es que hay elementos cuyas cualidades son idénticas o similares. O cómo hay leyes naturales que se aplican a todo elemento con tal propiedad y en todo espacio y tiempo.
Pero el que podamos enunciar las correspondientes proposiciones no nos dice a priori que el mundo haya de tener una estructura. Más bien lo dice a posteriori, como la constatación empírica de que nuestro conocimiento y lo que conocemos tienen una estructura. Lo sabemos dado que conocemos y el conocimiento implica una estructura, pero es imposible saber a priori ni cuál ni por qué. Tan sólo que o conocemos buscando estructuras o no conocemos en absoluto. Y ahí vuelvo a lo que decíamos de Hume acerca de que mencionar la costumbre y la asociación de ideas implica admitir una estructura subyacente al conocimiento, que puede crear estructuras verdaderas o falsas, verificables o no, pero estructuras al fin y al cabo.
Entonces, ¿cómo es que en el mundo todos los electrones tienen la misma masa o carga? No me refiero a cómo sabemos eso, pues es una hipótesis verificable sólo por experimentación y hasta donde ésta puede verificarla. A lo que me refiero es a cómo es posible que haya elementos dotados de propiedades idénticas y que siguen las mismas leyes.
Lo cierto es que desde la filosofía griega se categorizó la esencia y la materia, suponiendo unos que tal esencia tenía una existencia separada de los individuos determinados por la materia concreta o unida a ellos. Pero no creo que podamos ir un paso más allá que constatar que ambas categorías de unidad y permanencia, por un parte, y pluralidad y cambio, por otra, no pueden ser reducidas a un sistema de conceptos que no las contenga.
La lógica o la matemática sólo son posibles si nuestra mente puede concebir estructuras y las afirmaciones acerca de estructuras del mundo sólo pueden ser verdaderas si el mundo tiene estructuras aparte de las de mi mente. Pero todo lo que podemos decir con garantía de verdad es resultado de la ciencia experimental: No nos sirven de nada ni la lógica ni la matemática para afirmar qué estructuras existen, qué cualidades, qué regularidades. Sólo que si no hubiera ninguna no podríamos estar pensando ni hacer afirmación relevante alguna.
Es decir, toda ciencia sobre el mundo es experimental y toda ciencia formal se refiere a nuestra forma de hablar del mundo. ahora bien, parece una verdad de hecho que el mundo es ordenado porque podemos hacer afirmaciones generals y acertar algunas. Y nada más.
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ResponderEliminar"pero ¿cómo lo sabemos? Esa pregunta es el patrimonio platónico. Porque las alternativas son, o recurrir a la inducción (pero es una falacia pasar de n casos a infinitos), o algún arbitrarismo, según el cual los conceptos son arbitrarios, pese a que solo mediante ellos conocemos lo que conocemos."
La pregunta puede tener una respuesta que zanja la cuestión: NO lo sabemos y la inducción no es válida para conocer la verdad de una proposición sintética universal.
Pero la inducción no es el paso ilegítimo de un número de particulares a una regularidad universal, cosa tan obvia que no es necesario explicarla. Consiste en presuponer que hay regularidades y correlacionar variables que podamos poner, quitar o variar de modo controlado. Sin presuponer regularidades la inducción no puede ser ni siquiera útil en la práctica.
Suponemos que hay leyes universales y tratamos de determinar qué forma tienen y qué variables contienen, con la restricción de que todo se mantenga en las mismas condiciones. Por otra parte, está la suposición de que las leyes naturales son más simples que su resultado como un mundo combinación de todas ellas.
Nos vale como ejemplo el conocido del pavo inductivista de Russell.
El pavo llega a una generalización, cosa que hace cualquier pavo real, pero falla en su predicción. Lo que se ha hecho al plantear el problema es suponer que si hay una ley más compleja que el análisis del pavo, el pavo no puede detectarla. En realidad es un caso esperable pues el pavo no puede concebir algo más complejo que su capacidad de concebirlo.
El ser humano tiene, en cambio, la capacidad de pensar de modo recursivo. Puede pensar en una generalización pero en la posibilidad de que las circunstancias no se mantengan constantes y que sean más complejas que la última hipótesis verificada suponiendo condiciones invariables. El pavo y el científico inductivista pueden llegar a conclusiones verdaderas: hay una regularidad, que en caso del granjero es dar de comer al pavo cada día. No hay un caos sino un orden que el pavo acaba por conocer.
El error del científico sería pensar, como el pavo, que nada puede cambiar, pero creo que cuenta con argumentos para proceder de modo razonable. El primero es que en condiciones constantes podemos conocer las regularidades. El segundo, que las regularidades naturales son más simples que alguna hipótesis construida sobre la base de la recursión.
El granjero tiene una estructura para su acción y el pavo no la detecta. Sin embargo, un pavo filósofo, al que por su edad hace tiempo ya nadia planea comerse, ha visto bastantes ciclos completos de alimentar y comerse a otros pavos y ha podido construir una hipótesis acerca de cómo piensa el granjero. El granjero, por otra parte, necesita ser más complejo que la hipótesis del pavo inductivista pues, de otro modo, no sería capaz de tener una regla de comportamiento como ésa. Ahora bien, al estudiar la Naturaleza parecería algo sorprendente que se comportara de manera más premeditadamente compleja que el método de un científico, en una especie de juego de engaños.
La inducción puede obtener teorías verdaderas acerca de regularidades si, en primer lugar, hay regularidades y si las leyes naturales son más simples que una hipótesis. Si tras la naturaleza hay un genio maligno cartesiano que planea engañarnos y que tiene capacidad para hacerlo, no podemos saber nada, pero la hipótesis del genio maligno ha de pasar por la navaja de Occam: ¿se trata de una suposición más allá de lo necesario? ¿Cómo sabremos que existe partiendo de lo que conocemos?
Sigo mañana.
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ResponderEliminar"Quye los fenómenos se relacionen causalmente, o matemáticamente, etc, no es algo que ponga el sujeto, porque en ese caso toda la ciencia sería subjetiva. No creamos asociación, sino que la descubrimos."
No sé si debemos entrar en si los fenómenos se relacionan causalmente pues prefiero que aclares tu postura. En cualquier caso, estoy de acuerdo en que la relación entre los hecho reales que suponemos en la base de los fenómenos es real. Afirmo que conocimiento es la parte de nuestra experiencia que no podemos atribuir a nuestra subjetividad como causa. Podemos crear mediante la imaginación pero conocemos lo que no creamos y se nos presenta al margen de nuestra voluntad e incluso contra ella.
Pero el sujeto ha de poder percibir una estructura. Poseemos experiencias que son distintas por la estructura de los datos, algo similar a como "casa" y "saca" se pueden diferenciar sólo en cuanto que puedes percibir el orden de las sílabas. Si el cerebro interpretara los datos a su capricho no podrías diferenciar "casa" de "saca" ni una persona de pie o cabeza abajo ni algo invertido en el orden del tiempo. Y es la capacidad de asociar datos en estructuras lo que permite conocer que el mundo está formado por estructuras diferentes y reconocibles.
"dado que podemos hacernos preguntas acerca de la casua de todo (incluido el universo), o acerca de la mente, etc, no veo por qué eso van a ser pesudoproblemas, solo porque de ellos no se pueda aportar (ni se deba) experimentos empírircos, lo que es imposible por definición."
Me parecen unas preguntas y una cuestión demasiado genérica. Lo que , sin embargo, parece que dices es que podemos hacer afirmaciones acerca de hechos y conocer su verdad de manera independiente de la experiencia. Sin embargo creo que tú mismo verás que no es así. Si dices que nuestro conocimiento no es subjetivo deberás sostener que lo que se contiene en la subjetividad no es suficiente descripción de lo que hay fuera de ella. Es como si admitieses que al oír una palabra no podemos reducir la palabra percibida a un orden subjetivo de las sílabas pero dijeses que el orden en que las emite el hablante al que oyes puedes conocerlo sin conocer a posteriori ese orden dado que con ambas podría haber dicho tanto "casa" como "saca".
Si el conocimiento del mundo no es arbitrario, es empírico ya que por la imaginación podemos formar todo lo posible con un lenguaje o una imagen, pero un lenguaje puede enunciar tanto una cosa como su contraria y es la experiencia la que acredita cuál de las dos se da de hecho.
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ResponderEliminar"Pero el lenguaje no es arbitrario, porque si lo fuese, todo lo sería. El lenguaje (Logos) es la estructura de la propia realidad, estructura de la cual poseemos innatamente una copia."
El lenguaje es un modo de diferenciar hechos. Imaginemos un lenguaje que sólo consiste en un símbolo. Es como una pantalla de un solo pixel blanco. Es obvio que no puedes diferenciar ni siquiera dos cosas pues todo o es blanco o es blanco, o es 1 o es 1.
Para describir algo debes usar más información y para representar una figura que puedas diferenciar de otra debes usar más pixeles y de más colores, lo cual es equivalente a lo anterior. Por ejemplo, que acumules 1s o que sustituyas una acumulación de 1s por otros símbolos.
El lenguaje así creado permite a priori formar todas las estructuras expresables, lo cual no significa que exprese el mundo ya que puede quedarse muy corto y necesitar ampliarse de modo recursivo. Por ejemplo, si podemos decir que se sale por la puerta de la derecha es porque podemos decir eso o que se sale por la de la izquierda. Sin embargo o una afirmación es verdadera y la contraria falsa, o bien lo opuesto. El lenguaje permite construir expresiones falsas o no dirías que existe lo falso ni que podemos ser libres al hablar. Luego no es más copia de la realidad "El caballo de Alejandro se llamaba Bucéfalo" que "El caballo de Alejandro NO se llamaba Bucéfalo" o "El caballo de Alejandro se llamaba Rocinante".
Tu impresión es que si analizamos las expresiones, detectaremos que las falsas son a priori contradictorias. Pero eso implicaría que el lenguaje no puede expresar otra cosa que lo real y que no podríamos decir nada falso, cosa que parece imposible si podemos decir A o noA.
""Deber ser" se usa en toda proposición de necesidad. Por ejemplo, si algo es par, debe ser divisible. Si algo es un electrón, debe tener carga negativa. El uso moral es uno de los posibles."
SI usamos ese significado de "deber" como implicación necesaria, se trata de lo mismo que he afirmado: la ciencia es ciencia por su propia naturaleza y algo es ciencia o no lo es a priori y no por sus consecuencias, que es d elo que tratábamos.
Si alguien dice que la ciencia es ciencia porque produce efectos prácticos beneficiosos, como internet o las vacunas, eliminaría una parte de la afirmación aparentemente sintética y la convertiría en analítica y tautológica; o bien haría una generalización falsa o inverificable. O sea, "ciencia es lo que es ciencia" ya que "produce efectos beneficiosos lo que produce efectos beneficiosos"; o bien algo falso como "saber que Marte tiene dos satélites" produce necesariamente efectos beneficiosos.
Lo que intenta decir el pragmatista es que los efectos prácticos beneficiosos permiten afirmar algo sobre la verdad, no sobre los efectos prácticos, incluso que los efectos prácticos presentes permiten decir algo sobre efectos prácticos futuros. Pero si "verdad" significa "produce efectos beneficiosos" sólo se trara de una tautología.
"Muchos científicos reconocen honestamente que donde acaba la ciencia física no acaba toda pregunta razonable. ¿Cuál es el argumento de que todo lo que no se puede dirimir empíricamente, es pseudoproblema?"
Creo que hay casos diferentes. Por ejemplo, cualquier cosa de la que resulte imposible en teoría o en la práctica obtener datos es inverificable y puede tener todo el sentido del mundo como qué desayunó César el día en que lo asesinaron. Imaginemos también un teorema de los que son verdad y no pueden ser demostrados, según Gödel. Aunque resulte imposible comprobarlo caso a caso ni demostrarlo, no carece de significado ni de relevancia. Un pseudoproblema es el por su formulación hace que no describa nada de la realidad y sea posible tanto afirmarlo como negarlo. Por ejemplo, si el universo cambia cada diez segundos de su forma actual a la imagen especular.
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ResponderEliminar"Sólo conozco un argumento, circular: porque no es ciencia lo que no se puede dirimir empíricamente. De hecho, es falsado por esa propia proposición, que no se puede falsar empíricamente que no es ciencia lo que no se puede falsar empíricamente."
Si definimos "ciencia" como lo que puede ser falsado empíricamente, la definición no es falsa ni su aplicación es circular. Y si es posible hacer un tipo de afirmaciones que sea posible falsar empíricamente y otro tipo que no lo sean, podremos decir que pertenecen a dos conjuntos excluyentes. Y si ampliamos la definición a todo lo que puede ser falsado de tal modo que no dependa de nuestro capricho, podemos haber construido una definición de "ciencia" con sentido, verificable y útil.
Pero ciencia es lo que permite construir afirmaciones verdaderas que no dependen de nuestra voluntad. Es ciencia formal, que no depende de nuestro capricho una vez afirmados unos axiomas, ni la que trata de la realidad, que no puede depender de nuestra voluntad si es que "hechos reales" tiene algún significado. Las afirmaciones que no pueden ser falsa, como "el triángulo tiene tres ángulos" o "Bucéfalo nació de una yegua blanca o nació de una yegua que no era blanca " no dicen nada del mundo sino que su verdad depende de la estructura del lenguaje y no podemos sino asentir a ellas. Pero si podemos construir las proposiciones contrarias: "Bucéfalo nació de una yegua blanca" o "Bucéfalo nació de una yegua que no era blanca" necesitamos la experiencia para saberlo. Si la experiencia es innecesaria sólo puede seguirse que no podemos hablar de si una proposición o la contraria es verdadera ni de si se dio el hecho descrito por una o por la contraria o si podemos conocer cuál se dio.
Espero si tienes respuestas.
En algún momento hablaremos llegado a alguna conclusión o creeremos que las posturas respectivas han quedado explicadas. Porque es verdad y porque eso nos permitirá discutir otras cuestiones también interesantes.
Un saludo.
Sursum corda!
ResponderEliminarme encantaría seguir ahora este diálogo, pero lamentablemente no podré los próximos días. Quizá desde el lunes tenga ocasión de responderte. Hasta entonces, un saludo, y muchas gracias por tus aportaciones.
JA:
ResponderEliminarContesta cuando puedas. Con el comentario de seguimiento me llega al correo si pones algo y reanudaremos el debate si es oportuno.
Pensaba añadir aquí una cosa que también tiene relación con el debate sobre los criterios morales que mantienes con Jesús Zamora en su blog.
En cuanto tenga un rato esta noche escribo sobre si hay otros datos que las experiencias subjetivas para poner la base de cualquier conocimiento.
JA:
ResponderEliminarDeseaba comentar esto cin algo más de amplitud:
"mientras tú crees que el único acceso datual a la realidad es, de alguna menra, empírico, yo no veo la justificaciín de esta restricción. La fenomenología es mucho más amplia que la fenomenología sensible, que es una parte. Los matemáticos tratan de objetos que tienen características más generales que las de este mundo (podrían servir para cualquier otro mundo posible), por eso no hacen experimentos empíricos, ni pueden ser falsados así. Lo cual no quiere decir que no tengan un acceso "intuitivo" o fenomenológico a su objeto."
Supongo que podemos estar de acuerdo en que la experiencia subjetiva puede dividirse en elementos y estructuras, por ejemplo, que percibamos colores o cuál es la distribución de colores en el campo visual; o que percibamos hechos considerándolos separados o regularidades, por ejemplo, que oímos un sonido o que lo oímos a intervalos regulares o formando una escala. O que recordamos, disfrutamos, preferimos, deseamos, padecemos o tememos, que son aparentemente estructuras generales y no datos aislados.
El conocer parece requerir necesariamente una estructura, como la requiere el que pensamos en parte usando un lenguaje sin fabricar sus reglas ni ser conscientes de ellas hasta mucho tiempo después de usarlas. Pero tener alguna estructura es compatible con todas las estructuras que podamos imaginar y las que no podamos. Luego qué estructura tengan los fenómenos que observamos o producimos o los que tenga el mundo, incluido en él mi yo, es un hecho que puede afirmarse o negarse con proposiciones no contradictorias pues lo único contradictorio es pensar estructuradamente para negar toda estructura posible.
En resumen, que podemos percibir que se da una regularidad o cualquier otra y cuál se da es un hecho, no un principio a priori, lo mismo que es tan compatible con una estructura del mundo que la mayoría seamos diestros como que fuéramos zurdos. O tan compatible con una ley universal es que se aplique a dos casos, dos mil o dos millones.
la descripción del universo tal cual es es imposible a priori pues las estructuras que podemos tener antes de toda experiencia por formar parte del mundo y por ser una mente pensante no forma parte de la experiencia sino que se deducen del hecho de pensar o de observar tales cosas y no tales otras.
Otra interpretación de tus palabras es que hay datos o fenómenos aparte de lo que percibimos como experiencias: los colores, los sonidos, sentir hambre o sueño. No sé a qué te puedes referir, pero nuestra experiencia parte de la subjetividad y sólo tras convencernos de que algo es objetivo podremos afirmar que lo es. En el debate sobre criterios morales parece que pides que se pruebe que esos criterios no son objetivos si se afirma que hay otros hechos que lo son. El orden, si se sigue el criterio metodológico, debe ser el contrario: hay que probar que el color verde que vemos es algo objetivo y en qué medida, o que lo es que existe la hierba, del mismo modo que deberíamos probar que el que nos guste el color verde lo es o no, partiendo de que lo que tenemos de partida es un fenómeno de nuestra conciencia y no un hecho de cuya realidad no podamos dudar.
Y eso es válido para la moral o cualquier explicación del comportamiento humano.
Dejo esto aquí y espero tus respuestas para cuando te sea posible.
Saludos.