Aquí está el texto de ""Dios ha muerto" ha muerto", una ponencia que presenté en el Ateneo de Cáceres el curso pasado. (El texto está sin pulir, sobre todo en cuanto al aparato bibliográfico)
Yo juraría que también te autocontradices, al fin y al cabo, si todo discuro lleva en sí la semilla de la aporía, ¿no le sucederá lo mismo, esto es, acabará en aporía el discurso que afirma "que todo discurso acaba en aporía"?
YO, por cierto, ya dije en un post que, como dijo Popper, todo sistema filosófico tiende a ser nuboso cuanto más se escarba su mecanismo silogístico, después de todo, nunca manejamos conceptos absolutamente definidos, o sea, distinguidos de la totalidad restante.
Por último, insisto en que equivocas la taxonomía del constructivismo que NO puede estar donde el relativismo sino, si acaso, en la autodemostración o bucle autorreferencial, quiero decir, efectivamente, nuestro modus cognoscendi (por extensión nuestros instrumentos cognitivos) no son efectivos siendo independientes del mundo pero son absolutamente dependientes de nuestro cerebro que, si bien, ha sido ciegamente moldeado por la realidad exterior, el cómo lo ha hecho dependerá de lo que inteligimos a través del cerebro, o sea, y por decirlo en esquema, vamos, chapuceramente: Ideas->Cerebro->Ideas->Cerebro->Ideas->... y el Mundo queda en medio de esa bucle y preguntar exactamente dónde es como preguntar por el fotograma en donde aparece el movimiento de una escena en una peli
Claro que también es aporético el pensamiento dialéctico-racionalista que defiendo. Tan aporético como necesario, como le pasa (casi) a las demás opciones. Toda filosofía es a la vez necesaria ("tautológica", irrefutable...)y aporética y contradictoria (pero no porque nuestros conceptos no sean precisos -porque eso afectaría igual a las ciencias- sino porque en Filosofía se trata de conceptos absolutos, que tienen una completa autorreferencia y heterorrerencia). Esto ya es muy importante advertirlo, porque así se ve que el cientificismo (o sea, la tesis de que no hay más conocimiento que el científico, y que la Filosofía es continuación de la ciecnia pero con otros medios -como decía aquel acerca de la guerra-) es una tesis acientífica y aporética. Esto (la aporética de toda tesis filosófica) es el momento dialéctico. Ahora bien, "mi" filosofía añade la idea de Analogía. Uno y Otro, Racionalismo y Fenomenismo, no están al mismo nivel de aporía. La aporética de lo Otro y lo Múltiple es intrínseca (no hay Múltiple sin Unidad y Diferencia), mientras que la aporética de lo Uno y Mismo no es intrínseca, sino que se produce al pensarlo. Digamos que lo Uno es inefable. La Analogía supone esa asimetría esencial de la realidad, en favor de lo Uno e Idéntico.
En cuanto al constructivismo, yo sigo viendo que cuando dices cosas como ...son absolutamente dependientes de nuestro cerebro das por realidad absoluta al cerebro, es decir, hay una parte de la ciencia que consideras ideconstruible. Eso es lo que hago yo con las ideas en su forma última (no con nuestra representación analógica de ellas). Pero dar por ideconstruible un fenómeno natural es no darse cuenta de que todo fenómeno está cargado de teoría.
Tienes otra (me parece) autocontradicción y a propósito del concepto "ideconstruible" de cerebro: no estás en la grada del Uno sino de lo Múltiple, quiero decir, tu reino NO es el del holismo, el cual, como yo postulo, considera que cualquier concepto humano tienes unos contornos difuminables y si bien válidos en un determinado contexto, su validez precisamente la legitima un determinado contexto (como considerar gravedad a la deformación del tejido espacio temporal producida por solo el sol y la luna), no obstante, tu reino no es ese sino el de las ideas, el de los conceptos irreducibles y múltiples como "dos" o "Perfecto", o sea, el del pluralismo metafísico.
Precisamente cuando digo "cerebro" no aludo a un concepto platónico sino a una abstracción apta para una problemática concreta, a una constelación de hechos cuyo reconocimiento fulmíneo nos lubrica ciertos mecanismo inferenciales pero en absoluto queda ahí postulado ninguna entidad real, todo lo contrario, en última instancia, todo lo que existe es mi YO pero ese YO no es el yo que de normal se considera como tal, por lo tanto, hay que dibujar contornos que faciliten su manejo.
Héctor, haces una interesantísima pregunta (bueno, no es una pregunta, pero lo tomaré como tal), al principio: no estás en la grada del Uno sino de lo Múltiple, quiero decir, tu reino NO es el del holismo . Creo que es muy importante señalar lo que yo considero equivocado aquí. Debería resultar curioso, para empezar, que a un platónico se le acuse de estar en el reino de lo múltiple, mientras que un constructivista-holista se atribuya estar en lo Uno. Ahora bien, ¿por qué va a valer el holismo y su contextualismo para el reino de lo natural-fenoménico y no para el de las ideas? Es un error pensar que las ideas son objetos separados e irrelacionados. Las Ideas (como Dos, por ejemplo) solo son irreducibles a dos cosas: a) a los fenómenos materiales, que a lo sumo las implementan,pero nunca las colman ni por tanto las falsan, y, b), a las ideas inferiores o menos fundamentales. Pero las ideas guardan entre sí relaciones (symploké, dice el Extranjero en el Sofista), de dependencia, contrariedad, coordinación... o sea, hay un álbegra eidética (el reino de las esencias). Ahora bien, hay una Idea, o mejor, tras-idea, la de Perfección, to agathon (que es la misma que la de Unidad -y que la de Belleza-), que es completamente irreducible a nada, porque es la esencia de todas las esencias. Lo que significa que, en el fondo, incluso las ideas múltiples son mera expresión de una sola Idea (el corazón de Platón es Parménides). Esta es la verdadera unidad a la que apunta el platonismo, una unidad aporética e "inefable", pero completamente lógica. El holismo (holon) no es unidad: un todo, como dice Platón, es síntesis de unidad y pluralidad, así que es intrínsecamente múltiple, compuesto. La auténtica unidad es inanalizable.
(Espero que esta parrafada ultrametafísica no ofenda los oídos de los ojos de algunos lectores).
Pues ahora te hago la pregunta explícita: ¿En que se diferencia TU "unidad aporética e "inefable"" de MI en principio fue la deixis ya que cualquier traducció semiótica de un fenómeno implica el uso de un código (ie: objeto semiótico tal que el lenguaje) discretizado y por tanto múltiple (y estático)?
Por lo demás, recoges la concepción de holismo más callejera o cotidiana la cual juzga que el todo es mayor que la suma de las partes (y así, un equipo de fútbol no se puede entender tácticamente como una casi docena agregada de jugadores) pero yo lo uso en el sentido que Quine inauguró en epistemología y que viene a recalcar que cualquier contorno que pongamos a la realidad para estudiarla (caso de la gravedad del Sol y la Luna) generará un error (el cual, eso sí, podremos obviar por su caracter marginal e impráctico de precisar tipo cuando estudiamos la caída de un objeto SIN tener el efecto de rozamiento) fruto de que, en puridad, TODO está relacionado con TODO justo lo contrario dicho por (si no la entendía mal) la Symploké de Platón ya que esta considera que "al principio de causalidad como moviéndose siempre en contextos constitutivamente finitos (llamados armaduras), porque unos procesos causales se desconectan de otros, o porque están desconectados, por principio, de otras entidades o procesos del Universo"
Héctor, todas las teorías metafísica, la tuya y la mía incluidas, si se las lleva hasta el final conducen a un punto inefable y aporético (una singularidad racional -análoga a la del big-bang), pero es muy importante distinguir cómo se llega a ese punto, porque de eso depende completamente la idea analógica que nos hagamos de esa realidad última, y de eso depende, a su vez, todo lo que podamos deducir de ahí para sus manifestaciones. El monismo vedanta llega a la idea de un Uno sin segundo, inefable e inanalizable, y el budismo llega a una nada, también inanalizable, pero llegan por vías opuestas y a conceptos opuestos: mientras que el vedanta llega racionalmente al colmo del Logos (la unidad) el budismo llega al colmo de su deconstrucción, al fenomenismo absoluto. Lo mismo puede decirse, creo yo, de mi Uno y de tu más aquello a que apunta la deixis. Tú haces depender todo el sistema de la parte más feble y contingente (aquello que se podría señalar con un dedo, en caso límite), y yo de aquello que no se podrái deconstruir de ninguna manera. Mi visión me permite salvar la metafísica, es decir, reflexión sobre condiciones universdales de posibildiad de este y otros mundos, incluida la moral y la estética, mientras que tu visión nos condena a la completa contingencia y no logra salvar (según yo lo veo) la noramtividad implícita en el más minimo discurso.
Yo juraría que también te autocontradices, al fin y al cabo, si todo discuro lleva en sí la semilla de la aporía, ¿no le sucederá lo mismo, esto es, acabará en aporía el discurso que afirma "que todo discurso acaba en aporía"?
ResponderEliminarYO, por cierto, ya dije en un post que, como dijo Popper, todo sistema filosófico tiende a ser nuboso cuanto más se escarba su mecanismo silogístico, después de todo, nunca manejamos conceptos absolutamente definidos, o sea, distinguidos de la totalidad restante.
Por último, insisto en que equivocas la taxonomía del constructivismo que NO puede estar donde el relativismo sino, si acaso, en la autodemostración o bucle autorreferencial, quiero decir, efectivamente, nuestro modus cognoscendi (por extensión nuestros instrumentos cognitivos) no son efectivos siendo independientes del mundo pero son absolutamente dependientes de nuestro cerebro que, si bien, ha sido ciegamente moldeado por la realidad exterior, el cómo lo ha hecho dependerá de lo que inteligimos a través del cerebro, o sea, y por decirlo en esquema, vamos, chapuceramente: Ideas->Cerebro->Ideas->Cerebro->Ideas->... y el Mundo queda en medio de esa bucle y preguntar exactamente dónde es como preguntar por el fotograma en donde aparece el movimiento de una escena en una peli
Por cierto, lo olvidaba: muy recomendable el resumen histórico filosófico, vamos, que merece la pena leer el documento
ResponderEliminarHéctor,
ResponderEliminargracias por lo que se te olvidaba.
Claro que también es aporético el pensamiento dialéctico-racionalista que defiendo. Tan aporético como necesario, como le pasa (casi) a las demás opciones. Toda filosofía es a la vez necesaria ("tautológica", irrefutable...)y aporética y contradictoria (pero no porque nuestros conceptos no sean precisos -porque eso afectaría igual a las ciencias- sino porque en Filosofía se trata de conceptos absolutos, que tienen una completa autorreferencia y heterorrerencia). Esto ya es muy importante advertirlo, porque así se ve que el cientificismo (o sea, la tesis de que no hay más conocimiento que el científico, y que la Filosofía es continuación de la ciecnia pero con otros medios -como decía aquel acerca de la guerra-) es una tesis acientífica y aporética.
Esto (la aporética de toda tesis filosófica) es el momento dialéctico.
Ahora bien, "mi" filosofía añade la idea de Analogía. Uno y Otro, Racionalismo y Fenomenismo, no están al mismo nivel de aporía. La aporética de lo Otro y lo Múltiple es intrínseca (no hay Múltiple sin Unidad y Diferencia), mientras que la aporética de lo Uno y Mismo no es intrínseca, sino que se produce al pensarlo. Digamos que lo Uno es inefable. La Analogía supone esa asimetría esencial de la realidad, en favor de lo Uno e Idéntico.
En cuanto al constructivismo, yo sigo viendo que cuando dices cosas como ...son absolutamente dependientes de nuestro cerebro das por realidad absoluta al cerebro, es decir, hay una parte de la ciencia que consideras ideconstruible. Eso es lo que hago yo con las ideas en su forma última (no con nuestra representación analógica de ellas). Pero dar por ideconstruible un fenómeno natural es no darse cuenta de que todo fenómeno está cargado de teoría.
Siento la tardanza:
ResponderEliminarTienes otra (me parece) autocontradicción y a propósito del concepto "ideconstruible" de cerebro: no estás en la grada del Uno sino de lo Múltiple, quiero decir, tu reino NO es el del holismo, el cual, como yo postulo, considera que cualquier concepto humano tienes unos contornos difuminables y si bien válidos en un determinado contexto, su validez precisamente la legitima un determinado contexto (como considerar gravedad a la deformación del tejido espacio temporal producida por solo el sol y la luna), no obstante, tu reino no es ese sino el de las ideas, el de los conceptos irreducibles y múltiples como "dos" o "Perfecto", o sea, el del pluralismo metafísico.
Precisamente cuando digo "cerebro" no aludo a un concepto platónico sino a una abstracción apta para una problemática concreta, a una constelación de hechos cuyo reconocimiento fulmíneo nos lubrica ciertos mecanismo inferenciales pero en absoluto queda ahí postulado ninguna entidad real, todo lo contrario, en última instancia, todo lo que existe es mi YO pero ese YO no es el yo que de normal se considera como tal, por lo tanto, hay que dibujar contornos que faciliten su manejo.
Héctor,
ResponderEliminarhaces una interesantísima pregunta (bueno, no es una pregunta, pero lo tomaré como tal), al principio: no estás en la grada del Uno sino de lo Múltiple, quiero decir, tu reino NO es el del holismo .
Creo que es muy importante señalar lo que yo considero equivocado aquí. Debería resultar curioso, para empezar, que a un platónico se le acuse de estar en el reino de lo múltiple, mientras que un constructivista-holista se atribuya estar en lo Uno. Ahora bien, ¿por qué va a valer el holismo y su contextualismo para el reino de lo natural-fenoménico y no para el de las ideas? Es un error pensar que las ideas son objetos separados e irrelacionados. Las Ideas (como Dos, por ejemplo) solo son irreducibles a dos cosas: a) a los fenómenos materiales, que a lo sumo las implementan,pero nunca las colman ni por tanto las falsan, y, b), a las ideas inferiores o menos fundamentales. Pero las ideas guardan entre sí relaciones (symploké, dice el Extranjero en el Sofista), de dependencia, contrariedad, coordinación... o sea, hay un álbegra eidética (el reino de las esencias). Ahora bien, hay una Idea, o mejor, tras-idea, la de Perfección, to agathon (que es la misma que la de Unidad -y que la de Belleza-), que es completamente irreducible a nada, porque es la esencia de todas las esencias. Lo que significa que, en el fondo, incluso las ideas múltiples son mera expresión de una sola Idea (el corazón de Platón es Parménides). Esta es la verdadera unidad a la que apunta el platonismo, una unidad aporética e "inefable", pero completamente lógica.
El holismo (holon) no es unidad: un todo, como dice Platón, es síntesis de unidad y pluralidad, así que es intrínsecamente múltiple, compuesto. La auténtica unidad es inanalizable.
(Espero que esta parrafada ultrametafísica no ofenda los oídos de los ojos de algunos lectores).
Pues ahora te hago la pregunta explícita: ¿En que se diferencia TU "unidad aporética e "inefable"" de MI en principio fue la deixis ya que cualquier traducció semiótica de un fenómeno implica el uso de un código (ie: objeto semiótico tal que el lenguaje) discretizado y por tanto múltiple (y estático)?
ResponderEliminarPor lo demás, recoges la concepción de holismo más callejera o cotidiana la cual juzga que el todo es mayor que la suma de las partes (y así, un equipo de fútbol no se puede entender tácticamente como una casi docena agregada de jugadores) pero yo lo uso en el sentido que Quine inauguró en epistemología y que viene a recalcar que cualquier contorno que pongamos a la realidad para estudiarla (caso de la gravedad del Sol y la Luna) generará un error (el cual, eso sí, podremos obviar por su caracter marginal e impráctico de precisar tipo cuando estudiamos la caída de un objeto SIN tener el efecto de rozamiento) fruto de que, en puridad, TODO está relacionado con TODO justo lo contrario dicho por (si no la entendía mal) la Symploké de Platón ya que esta considera que "al principio de causalidad como moviéndose siempre en contextos constitutivamente finitos (llamados armaduras), porque unos procesos causales se desconectan de otros, o porque están desconectados, por principio, de otras entidades o procesos del Universo"
Héctor,
ResponderEliminartodas las teorías metafísica, la tuya y la mía incluidas, si se las lleva hasta el final conducen a un punto inefable y aporético (una singularidad racional -análoga a la del big-bang), pero es muy importante distinguir cómo se llega a ese punto, porque de eso depende completamente la idea analógica que nos hagamos de esa realidad última, y de eso depende, a su vez, todo lo que podamos deducir de ahí para sus manifestaciones. El monismo vedanta llega a la idea de un Uno sin segundo, inefable e inanalizable, y el budismo llega a una nada, también inanalizable, pero llegan por vías opuestas y a conceptos opuestos: mientras que el vedanta llega racionalmente al colmo del Logos (la unidad) el budismo llega al colmo de su deconstrucción, al fenomenismo absoluto.
Lo mismo puede decirse, creo yo, de mi Uno y de tu más aquello a que apunta la deixis. Tú haces depender todo el sistema de la parte más feble y contingente (aquello que se podría señalar con un dedo, en caso límite), y yo de aquello que no se podrái deconstruir de ninguna manera. Mi visión me permite salvar la metafísica, es decir, reflexión sobre condiciones universdales de posibildiad de este y otros mundos, incluida la moral y la estética, mientras que tu visión nos condena a la completa contingencia y no logra salvar (según yo lo veo) la noramtividad implícita en el más minimo discurso.