martes, 30 de octubre de 2012

Lo informe y la estructura, los dos componentes de la naturaleza de la naturaleza (microcomentarios a la física de Aristóteles, V)



Hemos visto que, para Aristóteles, naturaleza es actividad, principio de cambio. Son realidades naturales aquellas cosas que tienen en sí una ley de transformación propia: hay una dinámica vital, por eso hay seres vivos, los seres vivos son sustancias. Pero ¿cómo es, esencialmente, la naturaleza? ¿Cuál es la naturaleza última de la naturaleza? ¿Es la Naturaleza, en esencia, una sustancia subyacente a los diferentes procesos naturales, que ocurrirían en ella (la materia); o es, más bien, la estructura que ese sustrato sufre (la forma o concepto); o ambas  cosas? Ambas cosas, según Aristóteles, pero más lo segundo que lo primero:

“Parece que la naturaleza o la sustancia de los seres que son por naturaleza es el constituyente primero de cada uno, algo sin estructura por sí mismo. Así, la naturaleza de la cama sería la madera, y la de la estatua, el bronce. Es signo de esto, dice Antifonte, que, si se plantase una cama y tomase fuerza la materia en descomposición como para dar brote, no se generaría cama sino madera, de modo que solo por accidente tiene esa estructura según las reglas y el arte; pero sustancia es lo que permanece al recibir esa estructura continuamente (…) En un sentido, pues, se llama naturaleza a la materia primera subyacente de cada cosa que tenga en sí un principio de movimiento y transformación. Pero en otro sentido, a la forma y la idea de acuerdo con el concepto. Pues tal como se llama arte a lo que es según arte y a lo artificial, así se llama natural a lo que es conforme a naturaleza y a lo natural. Y así como no diríamos de nada que es artificial si solo es cama en potencia pero no tiene forma de cama, ni que es arte, así tampoco en las cosas que se constituyen por naturaleza. Pues lo que en potencia es carne o hueso no tiene aún su propia naturaleza antes de tomar la forma de acuerdo con el concepto, por cuya delimitación decimos qué es carne o hueso, ni es aún algo natural. Así que, en este otro sentido, la naturaleza será, en aquellas cosas que tienen en sí el principio de movimiento, la forma y la idea, que no es separable más que conceptualmente. Y esta es más naturaleza que la materia, pues de cada cosa decimos que es cuando está en acto más que cuando está en potencia”. (193 a y b)

δοκε δ' φύσις κα οσία τν φύσει ντων νίοις εναι τ πρτον νυπάρχον κάστ, ρρύθμιστον <ν>καθ' αυτό, οον κλίνης φύσις τ ξύλον, νδριάντος δ' χαλκός. σημεον δέ φησιν ντιφν τι, ε τις κατορύξειε κλίνην κα λάβοι δύναμιν σηπεδν στε νεναι βλαστόν, οκ ν γενέσθαι κλίνην λλ ξύλον, ς τ μν κατ συμβεβηκς πάρχον, τν κατ νόμον διάθεσιν κα τν τέχνην, τν δ' οσίαν οσαν κείνην κα διαμένει τατα πάσχουσα συνεχς (…) να μν ον τρόπον οτως φύσις λέγεται, πρώτη κάστ ποκειμένη λη τν χόντων ν ατος ρχν κινήσεως κα μεταβολς, λλον δ τρόπον μορφ κα τ εδος τ κατ τν λόγον. σπερ γρ τέχνη λέγεται τ κατ τέχνην κα τ τεχνικόν, οτω κα φύσις τ κατ φύσιν [λέγεται] κα τ φυσικόν, οτε δ κε πω φαμεν ν χειν κατ τν τέχνην οδέν, ε δυνάμει μόνον στ κλίνη, μή πω δ' χει τ εδος τς κλίνης, οδ' εναι τέχνην, οτ' ν τος φύσει συνισταμένοις· τ γρ δυνάμει σρξ στον οτ' χει πω τν αυτο φύσιν, πρν ν λάβ τ εδος τ κατ τν λόγον, ριζόμενοι λέγομεν τί στι σρξ στον, οτε φύσει στίν. στε λλον τρόπον φύσις ν εη τν χόντων ν ατος κινήσεως ρχν μορφ κα τ εδος, ο χωριστν ν λλ' κατ τν λόγον. κα μλλον ατη φύσις τς λης· καστον γρ τότε λέγεται ταν ντελεχεί , μλλον ταν δυνάμει. (193 a y b)

La naturaleza es una síntesis (“mezcla”, no física, sino metafísica, solo separable conceptualmente) de lo informe y la forma. La forma es inmanente a lo informe, pero no se reduce a ello (no se genera la forma de lo informe –ni de nada, porque la forma no se genera: se genera el compuesto de forma y materia-). 

¿Se trata de un dualismo ontológico o gnoseológico? Aristóteles quiere que sea las dos cosas, es decir, que tenga las “virtudes” de cada uno: las formas no son una creación de la mente humana en el intento de entender la naturaleza: tienen un verdadero importe ontológico. Sin embargo, no son separables de la materia más que conceptualmente. Me parece dudoso que esto sea una superación del platonismo. ¿De dónde se deduce que las formas no son separables de la materia? ¿De dónde que la aniquilación de la naturaleza (que Aristóteles considera imposible pero que no tiene nada de lógicamente imposible) implica la aniquilación de las formas? ¿Adquieren las formas alguna característica intrínseca por el hecho de ser inmanentes a una entidad natural? ¿Qué pasa con las formas que no tienen ejemplar natural (los espacios de infinitas dimensiones, por ejemplo, o el número natural siguiente al número de objetos existentes en este mundo)? ¿Hay que identificar existencia con existencia-natural? Ni siquiera para Aristóteles es así, puesto que concibe la posibilidad e incluso la necesidad de seres inmateriales. 
El quizás principal argumento aristotélico contra las formas separadas, basado en que las ideas son universales y, por tanto, no tienen individualidad, es una confusión de la intensión con la extensión: cada forma es un individuo (un concepto, una intensión), independientemente de que sea implementado múltiplemente (su extensión de aplicabilidad). 
Tampoco parece válido el argumento de que la separación ontológica de las formas no explica nada: explica la posibilidad lógica y metafísica innegable de que este mundo no existiese sin que ello afectase a las características propias de las formas, y la posibilidad de que existan, en otros meta-lugares y/u otros meta-tiempos) otros mundos naturales distintos a este, que necesariamente deberían respetar las leyes de las formas. El inmanentismo aristotélico implica que este mundo existe de forma lógicamente necesaria (pues solo él puede dar soporte a la necesidad lógica de las formas o estructuras, de manera que no podemos concebir que no existan pares de cosas si no podemos concebir que dos no sea par).

La naturaleza es más propiamente forma que materia. Aristóteles aduce otros argumentos además del que aparece en el texto citado. Incluso ateniéndonos al razonamiento de Antifonte, arguye, un hombre nace de un hombre, luego la forma hombre es una cosa natural. Además, tercer argumento, todo proceso natural es un proceso hacia una forma, puesto que las cosas naturales no ocurren de manera azarosa.

Una versión actual del materialismo al que se refiere Aristóteles es el reduccionismo materialista radical. La verdadera sustancia de una mesa son las partículas que la constituyen, y de estas, lo que subyazca más al fondo…, en último extremo, la energía (sea eso lo que sea). La energía no se crea ni se destruye, se transforma. Pero ¿qué es la energía, sin estructuras? Solo por analogía puede concebirse una sustancia previa a toda estructura. Pocos, si alguno, entre los filósofos modernos y actuales sostendrá que la naturaleza última de la realidad es algo completamente informe en sí mismo (un reduccionismo materialista absoluto, que es lo mismo que un extensionalismo absoluto) sino que reducirán su reduccionismo a uno de tipo relativo, en que las formas “son inmanentes” en una sustancia intrínsecamente dinámica. Las estructuras (limitémonos, en el espíritu de la modernidad, a las estructuras matemáticas o topológicas) están intrínsecamente “mezcladas” en la sustancia universal, pero son (lógica, metafísicamente) irreducibles a lo informe. 
Si un científico pensase en este asunto (es decir, se hiciese cargo de los presupuestos filosóficos de su ciencia), quizás reconocería, aristotélicamente, eso mismo: que las estructuras matemáticas son conceptualmente heterogéneas a la noción de una sustancia completamente dúctil en la que se implementarían sucesivamente aquellas estructuras. Si existe el cambio, tiene que haber, por una parte, nociones inmutables (las formas matemáticas), en segundo lugar, la noción de algo informe que soporte las diversas estructuras, y en tercer lugar, el compuesto de ambos ámbitos, que es lo que propiamente es la naturaleza.

Sin embargo, si las formas (la estructura matemática) no se reducen a la materia, ¿por qué no habrían de ser separables, y tener subsistencia propia? De hecho, es muy difícil resistirse a ello. Hoy, entre las especulaciones limítrofes de los físicos, se dice a veces que el mundo (este mundo) “comenzó” a existir en virtud de, por ejemplo, ciertas asimetrías matemáticas (u otras entidades puramente estructurales)… en la nada. Quien dice eso concibe las estructuras “antes” de toda materia, antes del tiempo.

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