viernes, 11 de enero de 2013

El problema metafísico de la Libertad, VI. La relación entre libertad y naturaleza como una relación causal. I

Si mis razonamientos de entradas anteriores no están fundamentalmente equivocados y la noción de libertad (junto con las otras nociones intencionales o mentales –identificaré ambas cosas sin discutir ahora si deben ser identificadas: no importa para la argumentación-) no solo no es incompatible con la naturaleza física, sino que es irreducible a ella y también necesaria para explicar inteligiblemente lo real, entonces ¿qué relación hay que pensar que existe entre lo uno y lo otro, entre mi libertad y mi cuerpo? Hasta ahora me he dedicado a la parte “negativa” de rechazar el rechazo de la noción de libertad (y anejas). Aquí abordo la cuestión de manera positiva.

Para empezar, creo que la relación (o relaciones, más bien) entre mental y físico, y entre físico y mental, son relaciones causales de pleno derecho. Aunque también creo que eso no es mucho decir, porque las preguntas del tipo “por qué” (que son las que preguntan por causas) forman una clase muy abarcadora.

El lenguaje corriente (incluyendo el lenguaje en que se expresan las personas más cultas y sabias) implica claramente que se trata de una relación causal. “Me va como me va por mi manera de ver las cosas”, “la tila me serenó”, “el miedo y el estrés me provocaron sudores fríos” etc. Yo distinguiría al menos cuatro tipos de causación, en relación con nuestro asunto:

  • Causación intramental.- Unos estados mentales (pensamientos, deseos, etc.) causan otros. Así, la causa de que crea en la conclusión de una deducción (cree que q) es que creo en la verdad de las premisas (creo que p) y la corrección del procedimiento (creo que “si p, entonces q”). La causa de que decida levantarme es que creo que debería hacer cierta cosa y deseo hacerla. Esto es lo que también se llama “razones”, pero las razones son causas.
  • Causación intranatural.- Unos sucesos físicos causan otros sucesos físicos. La causa de que la piedra esté caliente es que le llega radiación solar. (¿La causa del colapso de onda es la interacción del sistema de observación?). La causa de que mi músculo se contraiga es que mi cerebro emite una orden química.
  • Causación mente-física.- Unos estados mentales causan unos sucesos físicos. La causa de que me levantase del sofá fue mi deseo de poner música en el lector de CDs.
  • Causación física-mente.- Unos sucesos físicos causan estados mentales: Tomo un café y mi mente se despierta; una barrena destroza parte de mi cerebro y esto causa que yo pierda la capacidad de emocionarme.
El lenguaje convencional, digo, implica claramente que en todos estos casos se trata de relaciones causales. ¿Claramente? Bueno, nadie tiene muy claro, quizás, qué es una relación causal, o una causa. En los últimos tiempos, las discusiones filosóficas al respecto abarcan casi todo el espectro imaginable de qué son las causas e incluso si son: ¿cómo definir la relación causal?, ¿son las causas inmanentes (a las distribuciones de materia) o trascendentes, las hay mentales o no, son eventos o son cosas, son concretas o abstractas, son necesariamente anteriores en el tiempo o no…; son o no son? Pero las discusiones en torno a la naturaleza de algo no prueban, por lo general, que no haya tal algo, sino más bien todo lo contrario. Creo que el concepto de causa es todo lo esencial y todo lo claro que pueda desearse, y tampoco veo por qué habría que restringirlo, como se hace convencionalmente en casi toda la filosofía de los últimos siglos. La noción más general de causa parece consistir en el siguiente mínimo:

C es causa de E si y solo si: 
siempre que se da o sucede C, necesariamente se da o sucede  E, y si, en caso de que C no existiera o sucediera, entonces no sucedería E; 
C es anterior a E en el orden ontológico (sea cronológico o de otro tipo).

Se trata, pues, de una relación de necesidad, y asimétrica, entre cosas o eventos (suponiendo que esta dualidad sea irreducible).

Se dice que ya los primeros filósofos buscaron las primeras causas de todo. Aunque “enseguida” (al menos ya con Aristóteles) empezó a distinguirse entre Causa propiamente dicha (aitia), principio (arkhé), elemento (stoikheon), etc. Y después, se habló también de “razón”, “fundamento”, etc. La motivación aristotélica y universal para ese analogismo del concepto de Causa era, como en todo su sistema, distinguir sin enajenar lo ontológico de lo lógico. Los partidarios de una metafísica reduccionista “hacia abajo” han intentado con la noción de causa lo que con todas las que no encajan en su pobre rasero: recortarla o incluso eliminarla por decreto. Como no tenían más remedio que aceptar una relación análoga en otros ámbitos, han preferido el recurso de la equivocidad, con el que “fácilmente” puede uno demostrar que no existe problema alguno en ningún sitio. También los racionalistas platónicos queremos acercar el concepto a nuestro sistema metafísico, y nos negamos a distinguir tipos de causas antes de considerarlas en su unidad o esencia. Creo que debemos rescatar la vieja noción de causa, y creo que es un error metodológico (cuando no otra cosa peor) introducir distingos para disolver problemas reales. El equivocismo es un recurso fácil que se paga con la pérdida de visión.

Así que diremos que la tila causó mi tranquilidad (y no solo, aunque también, efectos químicos en mi cerebro –si fue la “tila”-), y que mi deseo de hacer algo causó que me levantase del sofá. Como Davidson, aunque en otro sentido y con otras motivaciones, creo que las intenciones son causas. Y no solo las intenciones: como bien señala Davidson, también nuestras creencias producen efectos en nuestros actos.

Pero para salvar plenamente la unidad de la noción de causa (o cualquier otra) no basta con encontrar una definición muy general, sino que hay que definirla lo más intensamente posible. ¿Está suficientemente definida la noción de causa tal como se ha hecho más arriba, es decir, como una relación de necesitación asimétrica? Me parece que no.

Podría parecer que al menos la relación causal intranatural es suficientemente clara, y mucho más inteligible que aquellas en que se relacionan diversos niveles (las cuales serían analogías o metáforas a partir de esta). Pero eso es completamente engañoso. Si queremos pensar la relación de causalidad como algo más que un milagro, hace falta pensar qué tiene que haber entre esas cosas o eventos para que esa relación sea necesaria. Lo mismo que algunos filósofos se sienten insatisfechos con la mera implicación material y piden que haya una implicación “estricta” en las deducciones (entendiendo por eso que haya razones estructurales que hagan que una proposición implique a otra), deberíamos buscar qué hace, “lógicamente”, que ciertas cosas sean causas de otras.

¿Cuál fue la causa de que la bola A se desplazase en esa dirección y velocidad? Que otra bola, B, chocó contra ella con tal dirección y fuerza, etc. (donde pone “bola” y “chocar” puede ponerse, en principio, cualquier partícula y fuerza últimas, que conserven el mismo esquema básico). ¿Basta con eso? Obviamente, no. Cabe perfectamente la pregunta: ¿pero por qué ese choque tenía que provocar ese efecto? En otro mundo en que no rigiesen las mismas leyes mecánicas que en este, no se habría producido así. Así que hay que completar la descripción: la bola se desplazó porque otra bola chocó con ella y la estructura de la realidad de este mundo es tal que tenía que seguirse ese efecto. De la misma manera, el universo está en el estado en que está aquí y ahora (en nuestro aquí y ahora) en virtud de las leyes que lo gobiernan.

Eso nos empuja a buscar las razones o causas estructurales por las que la causa de nivel uno, causa al efecto. Y no bastará siquiera (aunque es una condición necesaria) con que la estructura de la causa sea, de alguna manera, afín a la del efecto (por ejemplo, si la causa es 2 parece que debe seguirle el 3): será preciso que tanto la causa como el efecto formen parte de un orden, una estructura, una forma, que a su vez esté inscrita en un orden… universal a ser posible. La mejor explicación de la realidad es la que mejor estructura los hechos y las cosas. Es más, los propios hechos y cosas lo son si y en la medida en que derivan de la estructura en que se inscriben.

Por tanto, hacen bien quienes dicen que el concepto de causa, empobrecido como lo está en el lenguaje reduccionista, tiene poco que aportar. Pero quizás dirán otra cosa si saben que podemos llamar causa a las leyes estructurales de la naturaleza. Entonces podrían aceptar que siguen embarcados en el viejo proyecto de buscar las causas de la naturaleza. Artistóteles decía que la forma o estructura (morphé) es causa. Hay el tópico de que la nueva ciencia acabó con las formas aristotélicas. Pero esto es un gran desconocimiento de las cosas: lo que hizo la ciencia es prescindir (cuanto puede) de las formas cualitativas para limitarse a las formas puramente matemáticas. Si no se hubiese cometido el error de dejar de llamar "causa" a esto, sería más inteligible en qué medida la ciencia moderna es continuidad y en qué medida no lo es, de la ciencia antigua.

Yendo a nuestro asunto, ¿cómo son las causalidades mental-física y física-mental? Es decir, ¿qué relación concreta (o lo más concreta o definida posible) debe haber entre lo uno y lo otro, y entre lo otro y lo uno? Desarrollaré esto en la siguiente entrada.

9 comentarios:

  1. Dos brevísimos apuntes:
    1) ¿cómo podríamos distinguir un mundo en el que ocurrieran EXACTAMENTE las mismas regularidades que en el nuestro, y ADEMÁS ocurrieran "necesariamente", de un mundo en el que ocurrieran EXACTAMENTE las mismas regularidades que en el nuestro, pero NO ocurrieran necesariamente? Yo no veo cómo. Así que me parece que podemos quitar con toda tranquilidad el "necesariamente" en tu definición de causa, y sustituirlo por un austero "siempre".
    (Por cierto, no me parece que haga falta la segunda parte, la de "si C no ocurriera, E no ocurriría", pues obviamente, aunque la causa de mi dolor de cabeza puede haber sido un golpe, si no me hubiera dado un golpe, me podría haber pasado cualquier otra cosa que me produjera dolor de cabeza).
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    2) lo del "orden" (y no digamos el "orden universal") que mencionas me parece un concepto la mar de oscuro; te agradecería ulteriores aclaraciones en otras entradas (y no digamos ya lo del "orden ontológico").
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    Por último, no me resisto a citar dos entradas mías sobre el tema:
    una
    otra

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  2. Jesús,

    Gracias por los apuntes y por tus enlaces. Son interesantes cuestiones, sobre todo la primera, a mi juicio. Te digo lo que pienso acerca de eso:

    Lo que planteas es la pertinencia de la noción de “necesidad”, al menos en cuanto aplicada al mundo de los hechos naturales. ¿No podríamos eliminarla (prescindir de decir que, por ejemplo, “necesariamente la energía es directamente proporcional a la velocidad” o “necesariamente la gravedad es inversamente proporcional a la distancia”) y quedarnos simplemente con algo como “siempre hasta ahora la energía ha sido proporcional a la velocidad”, etc.)? Yo creo que es obvio que no: las leyes científicas, como fórmulas matemáticas que son, implican la necesidad, es decir, la imposibilidad de que sea de otra forma (si la ley es válida). Aunque en la enunciación de una ley no figura el predicado modal, sino solo el contenido del lenguaje objeto (“la gravedad es inversamente proporcional a la distancia”), en el metalenguaje, cuando se plantea si eso es así por necesidad o puede ser de otra manera, el científico tiene que decir que eso es así necesariamente, es decir, que no puede no ser así (si la ley es válida). Si la ley de gravedad es válida, necesariamente y sin posible excepción los cuerpos se atraen con esa proporción. Y lo mismo vale para una ley probabilística: necesariamente tiene esa probabilidad, no podría tener otra (según esa ley). Por tanto, el científico implica necesariamente la noción de necesidad (aunque la use poco), a diferencia del mero acumulador de datos, que puede vivir en la contingencia. Sin embargo, es entendible que uno se plantee lo que planteas, porque a la vez (sin que haya incompatibilidad) el mundo material es contingente (necesariamente contingente, podría decirse).

    ‘Necesario’ es aquello que no-puede ser de otra manera. (Por supuesto, esto es una definición en cierto modo circular, porque “puede” es una noción tan modal como “necesario”. Pero no creo que nadie pueda pensar sin nociones modales. Sin decir, por ejemplo, que mañana puede llover).

    La noción de necesidad no tiene su lugar primitivo o primigenio en el ámbito de los hechos. Los hechos son todos contingentes (podrían ser de otra manera). Efectivamente, ningún hecho o cúmulo de hechos permite inferir necesidad. Pero tampoco probabilidad. No permiten inferir (lógicamente –que es en lo que consiste inferir-) nada a futuro. Del hecho de que “siempre” (quieres decir, supongo, un cierto número concreto de veces constatadas, de entre las en principio infinitas posibles) se haya producido una determinada secuencia, no se puede inferir, con ningún grado de necesidad ni de cuasi-necesidad (probabilidad) que tenga que volver a producirse. La proposición “aunque la secuencia C se haya producido n veces, puede que no se produzca n+1” es consistente. Por tanto, tan posible es que en el instante siguiente se produzca C como no-C. Y no se puede siquiera decir “cuanto mayor es el número de veces que se ha producido C, más probable es que se produzca”, porque la probabilidad es una proporción necesaria entre casos posibles.

    (sigo)

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  3. (sigo y termino)

    El origen o lugar primigenio de la noción de necesidad está en las matemáticas y, en general, en la ciencia formal, es decir, aquella para cuyos objetos no tiene sentido el tiempo ni el cambio. Creemos que existe una necesidad puramente lógica y, por tanto, unos imposibles lógicos. En un segundo estadio, creemos que hay necesidades matemáticas e imposibilidades matemáticas (todas las proposiciones matemáticas son o necesarias o imposibles).

    Las propiedades formales (que son imprescindibles para definir incluso las entidades y eventos materiales) imponen ciertas constricciones a estos, de modo que hay cosas físicas que son imposibles por puras razones formales (lógicas y matemáticas). Pero quedan (suponemos) múltiples otras posibilidades (mundos posibles) de cómo podrían comportarse y ser las cosas. En esto, lo natural es contingente.

    El concepto de necesidad pasa a la ciencia natural desde las ciencias formales. La ciencia natural consiste en aplicar estructuras lo más precisas posibles, o sea, matemáticas (que son estructuras necesarias en sí mismas) a los hechos, en sí completamente contingentes. Cuando los científicos encuentran un modelo matemático de un conjunto de hechos naturales lo que encuentran es un isomorfismo entre cierto número concreto de hechos y una forma matemática. Por supuesto, nunca se puede afirmar que los hechos seguirán respondiendo siempre a ese modelo (lo finito es inconmensurable con lo infinito), y en eso la naturaleza siempre será contingente. Pero la ciencia solo es posible con el supuesto de que las leyes que encuentra son necesarias.

    De hecho, la labor del científico de predecir acontecimientos solo tiene sentido con el concepto de necesidad. Supongamos que un científico ha constatado que “siempre” ha ocurrido cierta regularidad (los cuerpos se han atraído con la fuerza gravitatoria). ¿Qué puede inferir de este hecho? Lógicamente, nada.

    La ciencia era antes determinista: eso quería decir que, dadas las condiciones anteriores, se seguía necesariamente (no posiblemente, ni siquiera probablemente) el estado futuro. Después la ciencia se ha hecho “indeterminista”, es decir, piensa que hay un ámbito en el que no puede predecirse con seguridad, sino con una probabilidad P lo que ocurrirá. Pero piensa que el evento futuro tiene necesariamente esa probabilidad P.
    Por supuesto, esa necesidad de la ley científica, está sujeta a la hipoteticidad de todas las leyes naturales. Podría ser que las cosas dejasen de comportarse así mañana, pero eso significaría que esa ley matemática no era la correcta. Por tanto, la hipoteticidad intrínseca (suponiendo que lo sea) a la ciencia natural, no entra en conflicto con el necesitarismo de las leyes. Dicho de otra manera, el científico establece la Hipótesis de que la ley L es necesaria. Si se incumpliese una sola vez, no sería la ley. Es decir, no puede no suceder así si es la ley correcta. Esto es todo lo que quiere decir, a mi juicio, el necesitarismo científico-natural (a diferencia del necesitarismo lógico y matemático)

    Por tanto, a tu pregunta de cómo distinguiría un mundo con simple regularidad de uno con necesidad habría que contestar: a nivel fáctico la necesidad no existe (salvo en lo que es imposible), pero en el nivel fáctico es imposible inferir nada. La necesidad habita en lo inferencial, y es ahí donde habita la ciencia, que no se limita al nivel fáctico, sino a la aplicación de estructuras necesarias a lo fáctico.

    Saludos

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  4. Como te imaginarás, no estoy de acuerdo: no necesitamos suponer que la ley de la gravedad es NECESARIAMENTE verdadera para inferir de ella la posición que tendrá mañana la luna; sólo necesitamos suponer que al menos de aquí a mañana será verdadera, o sea, "verdadera a secas".
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    Tampoco estoy de acuerdo en tu equiparación de la necesidad con la precisión: dos estructuras pueden ser exactamente igual de estructuradas, pero una ser contingente y otra necesaria (aunque, como te digo, yo no veo la diferencia por ningún lado entre un universo que tuviera de hecho cierta estructura matemática de modo contingente, y otro que tuviera EXACTAMENTE LA MISMA estructura matemática pero la tuviera de modo contingente).
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    Tu intento de meter el problema de la inducción medio de tapadillo tampoco veo que lleve a ningún sitio ni que haga falta para nada. El problema de la inducción es que a partir de un número finito de casos no es posible deducir CON LA LÓGICA SOLA lo que pasa en los demás casos (no es necesario que la relación entre aquéllos casos y éstos tenga algo que ver con el tiempo); "inducir" consiste en hacer la CONJETURA de que en los demás casos pasa "lo mismo" que en los observados (y nuestras distintas conjeturas al respecto se diferencian unas de otras en qué es lo que conjeturan que es ese "lo mismo"), pero a efectos inferenciales, tiene EXACTAMENTE el mismo contenido la conjetura de que en los casos no observados SE CUMPLE una regularidad que también se cumple en los observados, que la conjetura de que en los casos no observados SE CUMPLE NECESARIAMENTE una regularidad que también se cumple en los observados.

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  5. Jesús,
    ¿qué significa "verdadero a secas"? ¿Qué significa que "la ley de la gravitación" es "verdadera a secas"?
    ¿Lo que pronostica el científico para mañana es necesario que ocurra? Y, si no lo es, y es solo "posible", ¿cuánto de posible? Y, si es un cierto cuanto de posible, ¿ese cuanto es necesariamente ese, o es solo posible...?

    Puesto que no es necesario el concepto de "necesario" ¿no tenemos que creer que hay cosas imposibles (o sea que necesariamente no pueden suceder) y otras que no pueden no suceder (como que en una pelota quepa más agua que en cualquier otro continente con la misma superficie)? ¿Puede entonces... una patata ser un sistema de lógica?



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  6. ¿Qué significa que "la ley de la gravitación" es "verdadera a secas"?
    Pues que todos los cuerpos se atraen con una fuerza proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que hay entre ellos.
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    ¿Lo que pronostica el científico para mañana es necesario que ocurra?
    La cuestión de si la luna va a estar mañana NECESARIAMENTE donde dicen los cálculos, o va a estar allí de hecho, pero no necesariamente, me parece baladí, al menos en comparación con la cuestión realmente importante: si va a estar allí o no va a estar allí.
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    si no lo es, y es solo "posible", ¿cuánto de posible?
    "Posible" no admite grados (al contrario de "probable"). Pero lo que estoy discutiendo no es si tenemos que considerar los hechos necesarios o sólo posibles, sino SI HACE FALTA PARA ALGO el introducir las nociones de necesidad-posibilidad para hacer cálculos y predicciones sobre ellos.
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    Fíjate en que P y Q pueden estar en la relación de ser "condición suficiente" o "condición necesaria" el uno del otro (y ahí "necesario" no se opone a nada como "posible"): Si ES VERDAD QUE "si es verdad que P, entonces es verdad que Q", pues entonces P es condición suficiente de Q, y Q es condición necesaria de P. Esto último quiere decir meramente que, si no ocurre Q, entonces no ocurre P, pero no necesitamos, para decir eso o para que eso sea verdad, asumir ADEMÁS que, "si no ocurre Q, entonces P NO PUEDE ocurrir"; quitando el "no puede" tenemos EXACTAMENTE la misma capacidad de hacer inferencias a partir de la relación que hemos supuesto que se da entre P y Q.
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    ¿no tenemos que creer que hay cosas imposibles (o sea que necesariamente no pueden suceder) y otras que no pueden no suceder (como que en una pelota quepa más agua que en cualquier otro continente con la misma superficie)?
    En mi opinión, la mayoría de los usos de los conceptos de "necesario" y "posible" pueden reconstruirse como ejemplos de CUANTIFICACIÓN SOBRE CASOS. Solemos decir que P ocurre necesariamente si ocurre Q como OTRA MANERA DE EXPRESAR el hecho de que P ocurre SIEMPRE, EN TODOS LOS CASOS EN QUE, ocurre Q. Y tendemos a decir que P es posible, pero no necesario, cuando HAY CASOS EN LOS QUE OCURRE Y CASOS EN LOS QUE NO OCURRE. Decir, p.ej., que ningún cuerpo geométrico PUEDE tener una relación volumen/superficie mayor que la de la esfera es NADA MÁS QUE OTRA MANERA DE DECIR que TODOS los cuerpos geométricos distintos de la esfera tienen una relación menor. Lo interesante no es la NECESIDAD, sino la UNIVERSALIDAD, es decir, el que podamos demostrar que eso ocurre para TODOS los cuerpos, pero no hacemos NADA MÁS si además de demostrar que eso "ocurre para todos" los cuerpos geométricos, demostramos que "ocurre NECESARIAMENTE para todos".
    Si estás muy convencido de que demostrar esas dos cosas es diferente, te agradecería que me mostraras en qué consiste la diferencia, qué añadimos al demostrar lo segundo, y cómo lo hacemos, es decir, qué parte de la demostración termina en "TODOS los cuerpos son tal y cual", y qué hacemos para AÑADIR que la proposición que acabo de entrecomillar, ADEMÁS de ser verdadera, es NECESARIAMENTE verdadera.
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    ¿Puede entonces... una patata ser un sistema de lógica?
    No sé qué quieres decir con esta pregunta.

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  7. Jesús,

    dices que "la ley de gravitación es verdad a secas" significa que todos los cuerpos se atraen con una fuerza proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que hay entre ellos.

    ¿Todos? ¿No son muchos...?
    Si te refieres a "todos los posibles", estoy de acuerdo, porque esa noción es coextensiva con la necesidad, y me basta.
    Una teoría como la de Newton dice que cualquier cuerpo, ayer, hoy y mañana, tiene que comportarse así y no pueden no comportarse así si es que la ley es válida (que nunca te encontrarás un cuerpo que haga otra cosa, o bien la ley será inválida).
    Cuando un científico dice que tal cosa ocurre por tal otra, una manera de refutarle es decir que eso mismo puede ocurrir por otra razón, luego que no es necesario que sea por lo que dice él. Y una ley científica tiene que ser tal que no pueda tener excepciones. ¿Qué hay menos misterioso que esto?

    En fin, yo creo que en esto podríamos hacer como con otras cosas. Prescindamos de los conceptos de necesidad, posibilidad, imposibilidad, como hicimos con el flogisto y los reyes magos. Cuando vea que ocurre eso en el lenguaje completo de la ciencia-natural, pasaré a creer que la ciencia-natural no implica los conceptos de necesidad. Mientras tanto, creo que seguiré pensando, como la mayoría de la gente, exceptuando aquellos para los que no encaja en su metafísica, que las leyes científicas son necesarias o no son leyes.

    Dices lo que estoy discutiendo no es si tenemos que considerar los hechos necesarios o sólo posibles, sino SI HACE FALTA PARA ALGO el introducir las nociones de necesidad-posibilidad para hacer cálculos y predicciones sobre ellos.

    Bueno, eso será a lo sumo lo que estás discutiendo tú.
    Pero, incluso aceptando eso, necesidad-posibilidad son elementos imprescindibles del metalenguaje científico, y aparecerán siempre que el científico discuta la necesidad de tal o cual ley. Las predicciones son válidas lógicamente bajo el supuesto de que la ley enunciada es necesaria, y no meramente posible (Lo que no quiere decir que, por encima de eso, toda ley sea contingente, pero no contiene la contingencia en ella misma). Sustituir esto por términos como "conjetura" es no explicar nada.

    Un saludo necesario

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  8. Una teoría como la de Newton dice:
    (1)que cualquier cuerpo, ayer, hoy y mañana, tiene que comportarse así
    y
    (2)no pueden no comportarse así si es que la ley es válida
    (3)(que nunca te encontrarás un cuerpo que haga otra cosa, o bien la ley será inválida).

    Lo que te estoy diciendo es que lo segundo sobra, y que lo tercero es lo mismo que lo primero (bueno, y lo segundo, en todo caso, podemos entenderlo como una manera enfática de repetir lo primero).
    Si puedes mostrar de qué forma (2) y (3) hacen falta para hacer cálculos a partir de la hipótesis (1) (en caso de que pienses que no son lo mismo que ella), pues, repito: muéstramelo.
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    Cuando un científico dice que tal cosa ocurre por tal otra, una manera de refutarle es decir que eso mismo puede ocurrir por otra razón, luego que no es necesario que sea por lo que dice él.
    Claro, pero lo que estoy explicándote es que eso es LO MISMO que decir "cuando un científico dice que la regularidad X se explica por la ley hipotética Z, una manera de criticarle -yo no diría "refutarle"- es mostrar que X es compatible con no-Z y derivable de alguna otra ley hipotética Y, luego no podemos descartar que Z sea falsa". Fíjate que en esta expresión, no hay nada como una supuesta necesidad EN EL CONTENIDO de X, Y o Z (es decir, ningún científico dice en este diálogo que ninguna de estas tres cosas sea, ADEMÁS de verdadera, NECESARIAMENTE verdadera).
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    Por cierto, lo de "mostrar que eso puede ser por otra razón" es lo que hago yo normalmente en este blog, pero parece que tu argumento sólo vale para los científicos imaginarios, no para ti.
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    una ley científica tiene que ser tal que no pueda tener excepciones. ¿Qué hay menos misterioso que esto?
    Pues "una condición necesaria para que una proposición sea una ley científica es que no tenga excepciones", lo que es EQUIVALENTE a "si una proposición tiene excepciones, entonces no es una ley científica". En este caso, el concepto de "necesidad" se muestra superfluo, o sea, nada más que una manera de enfatizar que no hay excepciones.
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    Prescindamos de los conceptos de necesidad, posibilidad, imposibilidad, como hicimos con el flogisto y los reyes magos. Cuando vea que ocurre eso en el lenguaje completo de la ciencia-natural, pasaré a creer que la ciencia-natural no implica los conceptos de necesidad.
    Bueno, no sé qué ciencia natural ves tú, pero en los libros y artículos que yo veo, no se hace nunca un uso "LITERAL" de los conceptos de necesidad y posibilidad; siempre es compatible con la mera "universalidad a secas" o "no-universalidad a secas".
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    Mientras tanto, creo que seguiré pensando, como la mayoría de la gente,
    Hazlo, pero no podrás evitar que te persiga el come-come de que tú y la mayoría de la gente pensáis eso SIN JUSTIFICACIÓN SUFICIENTE.
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    eso será a lo sumo lo que estás discutiendo tú.
    Eso he dicho.
    .
    sigo

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  9. sigo

    necesidad-posibilidad son elementos imprescindibles del metalenguaje científico,
    Pero no "imprescindibles" por un argumento o necesidad trascendental, sino como una mera forma de hablar, para decir LO MISMO que decimos al decir "esto se cumple siempre".
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    aparecerán siempre que el científico discuta la necesidad de tal o cual ley.
    Comprendo que no tienes tiempo ni ganas de ponerte a buscar ejemplos de ciencia real donde pase eso, ni para mostrar que esos ejemplos son algo más que un "mero dejarse llevar por el uso lingüístico habitual".
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    Las predicciones son válidas lógicamente bajo el supuesto de que la ley enunciada es necesaria,
    ¿¿¿¿???? ¿Qué quieres decir con "válidas"? Una proposición no es ni válida ni inválida; lo son las inferencias. Y la inferencia que va a de la ley de la gravedad más ciertas condiciones iniciales a la predicción, no veo que gane ni un ápice de "validez" por el hecho de que en la premisa ponga, en vez de "la ley de la gravedad es verdadera", algo así como "la ley de la gravedad es NECESARIAMENTE verdadera".
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    la ley enunciada es necesaria, y no meramente posible
    Fíjate cómo tiras el agua para tu molino: yo no digo que para hacer predicciones se suponga "la ley de la gravedad es posiblemente verdadera", en vez de "la ley de la gravedad es necesariamente verdadera"; sino que apunto al hecho de que las predicciones sólo necesitan la premisa de que "la ley de la gravedad es verdadera".
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    Sustituir esto por términos como "conjetura" es no explicar nada.
    Me temo que no entiendo a qué te refieres. Si la naturaleza tiene leyes, obviamente serán leyes; si tiene leyes necesarias, pues mejor para ella; si tiene leyes, pero no son necesarias, pues también. Pero lo que los científicos proponen son, siempre, conjeturas acerca de cuáles son las leyes. Y lo que yo digo es que en la ciencia (ni en ningún sitio) hace falta PARA NADA suponer que las leyes que suponemos que tiene la naturaleza son, ADEMÁS DE VERDADERAS, NECESARIAMENTE VERDADERAS.
    .
    Cuando tengas un ratito y me quieras explicar qué podemos inferir (y para qué nos vale inferirlo) a partir del supuesto de que las leyes naturales (o matemáticas, o lo que sea) NO SON SÓLO VERDADERAS, SINO ADEMÁS NECESARIAMENTE VERDADERAS, pues me lo explicas, si quieres.

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